La verdad, nunca esperé que Fabricio me pidiera ser su novia frente a todos. Estaba completamente sorprendida, pero al mismo tiempo, una inmensa felicidad me invadió. Me lo había dicho antes, en privado, pero nunca imaginé que lo haría de esa manera, ante tantas personas. Sentí un cosquilleo recorrer mi piel cuando sus palabras resonaron en el aire, firmes, seguras, sin titubeos. La forma en que lo hizo, tan serio y decidido, me dejó sin palabras. Y lo que más me sorprendió fue que, a pesar de todo lo que habíamos pasado juntos, su amor era tan claro y sincero. Cuando me mostró el collar con la luna menguante y la estrella, un símbolo que no solo significaba nuestra unión, sino también la bendición de la Diosa Luna, sentí como si el universo entero hubiera conspirado a favor de nosotros.

