—¿En serio es necesario tanto para arreglarme? Sabes que no soy de usar maquillaje, no me gusta —digo, saliendo del baño, mientras Kate coloca un sinnúmero de productos frente al espejo. —Sí, sí lo es —dice acomodando todo con emoción—. Además, no te pondré mucho, solo rubor, delineador de ojos y un poco de labial. En lo que tardaremos será en el peinado, ya que la "celebración" será de noche, así que no habrá inconveniente con el brillo del sol. —Vale —digo resignada a una tarde atareada. (...) Ahora Kate se está bañando mientras yo me pongo mi vestido. No suelo usarlos, pero en ocasiones especiales hago la excepción. No es que los odie, solo que no son completamente de mi agrado. Inicialmente, iba a ponerme uno rojo de nuevo, pero Kate insistió en que probara este, y bueno, acepté.

