BLAIR La noche se había posado sobre la universidad Kins Jefferson con un manto de silencio pesado, apenas interrumpido por el susurro lejano de los árboles que rodeaban los dormitorios. Las luces de los pasillos permanecían encendidas, lanzando destellos amarillentos contra las paredes blancas y frías, que parecían más amplias a esas horas en las que nadie transitaba por allí. El aire olía a desinfectante y a humedad contenida, como si la piedra de los muros llevara décadas absorbiendo secretos. Kendall caminaba despacio, con pasos suaves que se deslizaban sobre el suelo brillante. Llevaba las manos escondidas dentro de los bolsillos de su chaqueta ligera, como si quisiera protegerlas del temblor que la recorría, había estado encerrada en la biblioteca, antes de ir a donde la esperaban,

