El coche de Mason se deslizaba suavemente por las calles de la ciudad, dejando atrás el bullicio y las construcciones más antiguas para adentrarse en una zona que, poco a poco, se transformaba en un escenario de lujo y exclusividad. El aire dentro del coche era tranquilo, aunque cargado de una tensión leve, como si ambos supieran que estaban en el borde de algo que aún no podían definir.
Nina miraba por la ventana, observando cómo el entorno cambiaba. Los edificios antiguos y desgastados se fueron reemplazando por modernas estructuras de vidrio y acero. Las tiendas de barrio desaparecieron, dejando paso a boutiques de diseñadores, cafeterías elegantes y galerías de arte. En las aceras, perros de razas que apenas reconocía eran paseados con correas de cuero, y familias perfectas, que parec
