Capítulo 29. Emma se volteó y mira a Mónica muy sería. — Descansa hoy, nos vemos mañana, a primera hora Franco. — Sale muy orgullosa, Emma la sigue con la mirada. — Vamos, déjala, ven a comer. — Emma fija su mirada en Franco quien se ríe, sabe que estas dos mujeres serán una explosión. Emma se sienta a comer, come todo lo que quiere, al terminar Franco la lleva a conocer a los empleados y el lugar, es enorme, hay un enorme campo de tiro, varios perros enormes y todo el lugar está encerrado por enormes puertas de alambres de púas, con electricidad que con solo tocarla con la punta del dedo te destrozaría en pedazos, es evidente que el lugar es digno de un mafioso, la mansión es enorme y con una gran piscina dónde Franco arroja a Emma y luego se sumerge él. — FRANCO. — Grita enojad

