CONTRASTE

1280 Words
Dejo una rosa negra sobre la lápida de mármol n***o en la que se lee el nombre de nuestro hermano, Diego Rivera. Quien hace tres años sin dudarlo un instante dio su vida por salvar a nuestros sobrinos Seung y Mi-suk. Levanto la mirada observando a mi sobrino quien ya es un hombre de dieciocho años, mi sobrino abraza por los hombros a su madre que lo observa con lágrimas en los ojos para luego dejar un beso en su sien. Me enderezco escuchando la oración que da el cardenal que preside la ceremonia. Observo a mi alrededor sintiéndome extraño ya que soy el único entre los Rivera que no tiene su propia familia, mis hermanos sostienen en sus brazos a sus hijos con sus parejas junto a ellos apoyándolos. Respiro profundamente mientras un recuerdo viene a mi mente de hace tres años con cierta mujer que resulta ser mi esposa. El día que nos casamos caí en sus provocaciones y encanto. No pude resistirme, hubiese dudado de mi hombría si la hubiera rechazado y más cuando se paró frente a mi enfundada únicamente en un sensual y muy provocador conjunto de encaje azul rey el cual resaltaba en su piel blanca y hacia juego con su hermoso cabello rojo. "consumamos nuestro matrimonio?" fue su pregunta antes de unir sus labios con los míos dándole inicio a una noche cargada de pasión y lujuria. Durante los dos meses que estuvo con nosotros cada noche entraba a mi habitación donde dábamos rienda suelta a nuestra pasión, sabía perfectamente que mi familia la odia por que le declaro la guerra a Antonio, drogo a Maria Paula haciendo que abortara a su primer bebé. Sin embargo, eso no me importo para recorrer su cuerpo, para estar en su interior y disfrutar de ella de forma intensa hasta que fue el momento de sacarla del camino. Observo a los demonios, solo ellos saben dónde se encuentra ya que fue a ellos a quienes se la entregamos. Sé que está mal que piense en ella de la forma en que lo hago, que la desee de la forma en que lo hago, mi familia la odia y soy consciente que jamás saldrá del lugar donde la tienen. Pero eso no quita el hecho de que durante dos meses se convirtió en mi fantasía volviéndola insuperable e incomparable para mí, ya que ninguna mujer antes o después de Biserka Horvat se le iguala. Vuelvo a la realidad cuando siento una mano posarse en mi hombro observando que se trata de mi sobrino. Me doy cuenta que la ceremonia ya ha terminado y todos nos dirigimos a casa, donde cenamos en familia. Unas horas después voy a mi casa en la villa abrumándome un poco ante el silencio en esta, a medida que avanzo por los pasillos noto las paredes vacías y todo el lugar frio y sin vida. camino hasta la habitación principal decorada en tonos grises y negros. Sin encender las luces camino hasta el enorme ventanal que da al jardín viendo a Santiago con Seri, ella se encuentra sentada en un columpio mientras él empuja suavemente. Sé que la dragón se siente culpable por la muerte de Diego, pero nada mas lejos de la realidad, nuestro hermano hizo algo que cualquiera de nosotros hubiera hecho. Mi hermano trata de confortarla y puedo notar en sus ojos lo mucho que la ama. Aparto los ojos de la ventana caminando al closet en busca de la caja fuerte, la cual abro tomando mi antiguo teléfono en el que únicamente guardo dos fotos. Lo enciendo abriendo la galería donde las veo, abro la primera. Es ella mirando directamente a la cámara completamente desnuda con el cabello esparcido por la almohada y cubriendo su desnudez una sábana de sea azul. Esa mañana desperté viéndola dormir y amé el contraste que creaba el color de su cabello sobre el color de las sabanas, pero justo cuando estaba por tomar la foto ella abrió los ojos. La segunda es de ella de espalda en un viaje que hicimos a Canadá, de nuevo ame el contraste de su cabello sobre el abrigo n***o que vestía aquel día. Me siento en el borde de la cama observándola. Biserka es una mujer preciosa, caí en sus encantos sabiendo perfectamente que se encapricho con mi hermano Antonio ya que esta fue la causa de todo lo ocurrido. Apago el celular metiéndolo de nuevo a la caja fuerte dejando su contenido como un secreto. Me desnudo dirigiéndome al cuarto de baño donde me ducho con agua muy fría recordando en esa pelirroja, bajo una de mis manos hasta mi m*****o tomándolo trayendo a mi mente sus labios alrededor de este mientras esos ojos color tormenta me observaban fijamente. Mis manos enterradas en su hermoso cabello mientras la embestida de espaldas a mí, acelero el movimiento de mi mano alrededor de mi m*****o recordando sus gemidos, paso saliva apoyando una mano en la pared recordando todas las noches que pase junto a ella hasta que me corro jadeando guardando aquellos recuerdos en lo más recóndito de mi mente. Termino de ducharme antes de salir, me enfundo en un traje n***o antes de salir de la habitación y la casa. Me dirijo al garaje subiéndome en uno de los autos saliendo de allí ya que en Croacia me necesitan. BISERKA HORVAT... El sonido del cuello del hombre al romperse me satisface por un instante antes de dejar caer el cuerpo sin vida de ese imbécil. Respiro profundamente mientras camino saliendo de la jaula donde me esperan los guardias que protegen este lugar. Me guían por los helados pasillos de la caverna en la que he pasado los últimos días, meses o años. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que esos hijos de puta me metieron aquí, no sé si es de día o de noche hace mucho que perdí la noción del tiempo. Cuando me desperté y me di cuenta de mi nueva realidad sentí muchísima rabia. Durante días fui encadenada y torturada para que diera la información que me mantiene con vida, el paradero del primogénito de Antonio Rivera. Ese maldito del que me encapriché hasta el punto de perderlo todo, tenía otras formas de obtener lo que quería de los demonios, pero todo cambio en el momento que lo vi, convirtiéndome en algo que jamás creí y debido a esto lo perdí todo pasando quien sabe cuánto tiempo en este lugar. No sé dónde estoy, pero sé que me encuentro en Rusia ya que los guardias hablan ruso y es más que obvio que solo los demonios tienen el poder hacerme esto, de mantenerme en lugar como este. Camino observando el fuego de las antorchas que iluminan escasamente el lugar, no hay luz más que esa. El hielo decora las paredes del foso en el que me encuentro y el frio es insoportable, aunque es algo a lo que tuve que adaptarme al pasar horas completamente desnuda y encadenada. Llego a la celda en la que he vivido todo este tiempo, un guardia la abre para mí, me adentro sintiendo la mirada de esos imbécil sobre mi cuerpo, pero los ignoro adentrándome al lugar donde solo hay una pequeña cama plegable con una cobija y almohada. - ¿continuas invicta? – pregunta el hombre que se encuentra junto a mi celda y que me observa desde la oscuridad, siento su intensa mirada sobre mí y sonrio complacida ya que él será mi pase de salida de este lugar. - Si no fuera así – respondo viendo el color intenso de sus ojos avellana iluminarse cuando se acerca a los barrotes – no estaría aquí...
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