El último invierno de la condenada

1465 Words

Cuando Verónica vio por primera vez Azrael recordaba los días de luz no por el cielo, sino por su risa. Verónica, ya de veinte años, caminaba por los campos de aquel mundo humano con los ojos abiertos al fin. Era una mirada limpia, dorada por el sol y embriagada por lo nuevo. —Es hermoso —susurró ella, tocando las hojas de un árbol—. No sabía que el verde podía tener tantas formas. Azrael la observaba en silencio, sin atreverse a romper esa visión. —Tú eres más hermosa —le dijo. Y por primera vez, ella lo vio. Durante cinco años, él la había acompañado en forma humana. La había cuidado, alimentado, enseñado a leer el lenguaje de los cielos sin revelarse del todo. Hasta que cedió. Hasta que ella le rogó por ver. Le suplicó. Le habló de un mundo sin luz para ella, y de un amor que n

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD