Primera impresión

1389 Words
Mi espalda sufrió las consecuencias de aquel golpe, todo mi cuerpo se sentía entumecido y adolorido. -Oh, yo… lo siento mucho Circe, olvidé que aún no conoces mucho de la magia y del poder de este lugar -se disculpó avergonzada mientras me ayudaba a ponerme de pie -¿Qué acaba de ocurrir? -pregunté confundida -Es la magia protectora del lugar, para ir a cualquier sitio debes concentrarte y usar la magia -¡Oh, cielos! ¿te encuentras bien? -esa era la voz de Ángela, sonaba alarmada -Lo estoy -sentí un dolor soportable en la espalda y mis extremidades -eso creo -Lo siento mucho, soy una tonta -Miau suspiró y me abrazó -disculpa mi torpeza y mi ingenuidad -murmuró algo casi imperceptible y apretó mi cuerpo con fuerza ¡Increíble! nada me dolía ahora, aquel tremendo golpe ahora era solo un recuerdo. -¿Pero que…? -dije sorprendida -La magia es increíble si sabes usarla de manera adecuada -dijo Aarón sonriendo -tal parece que tu nueva amiga tiene gran experiencia en todo tipo de magia y encantamientos, es un alivio que esté contigo ahora -Lo siento de nuevo, debo enseñarte lo básico. Todo desde… el principio, supongo. Es mi primera vez como guía de la escuela, debo aprender mucho -Me tomó de la mano -Descuida. Y prometo que te daré toda mi atención para no perder ningún detalle. Sus palabras, una tras otra sin parar, me explicaron a detalle como la magia nos permitía ir a cada lugar de la escuela, los salones de clases, los salones de prácticas y los descansos, incluso para ir al comedor. Y lo más importante, para ir a tu propia habitación requerías de la mayor concentración de poder. No eran encantamientos o hechizos que debía memorizar, era algo más… profundo: el deseo y la concentración de llegar al lugar necesario. -Quizá al principio no puedas llegar hasta tu habitación, pero me han dicho que puedes usar la mía, tiene un espacio para los visitantes que puedes usar mientras te acostumbras a… este lugar -dijo mirando a su alrededor Ahora estábamos en medio del pasillo, desde ahí podía ver la escuela entera, pero era engañoso, sólo podía verla, no podía caminar hacia cualquier lugar que quisiera, era como una película a través de una pantalla en movimiento. -Es momento de llevarte hasta la dirección, el director quiere una entrevista personal para asesorarte y darte tu horario de clases Y en un abrir y cerrar de ojos estaba delante de una puerta imponente con un enorme sol brillante tallado y detallado. La puerta se abrió para darme paso a una nueva sala, el escritorio era una pieza elegante y estaba vacío, aún así el dueño, el director de la escuela, parecía trabajar en “algo”. Había olvidado el destello de sus ojos, su cabello bicolor perfectamente arreglado, su barba recortada y bien definida, y su traje hecho a la medida. Parecía concentrado en su trabajo, ignoraba por completo mi presencia. Así que me dediqué a observar detenidamente la enorme y espaciosa oficina, en la que el escritorio sólo parecía un accesorio pequeño en el centro. -¿Estás mejor? -preguntó rompiendo el silencio Su voz era encantadora y gentil, levantó la vista del escritorio y al fin me miró. -Sólo estoy… sorprendida -Me refiero al incidente con la puerta, ¿te duele algo? -se puso de pie Y aunque su rostro no mostraba ninguna emoción evidente, en unos instantes estaba a mi lado con su mano sobre mi hombro. Un escalofrío recorrió mi cuerpo entero al sentir su tacto, era como… electricidad corriendo por mis venas a toda velocidad. -Estoy bien -dije nerviosa -Ya lo veo, hizo un buen trabajo -pero su mano seguía tocando mi hombro -Acércate Señaló una silla que de pronto apareció frente al escritorio, al dar el primer paso hacia allá él soltó mi hombro y caminé vacilante hasta el asiento, pero él ya estaba en su puesto inicial, pero esta vez su mirada estaba fija en mí. -Circe Gaia, es un honor para mí tenerte en esta escuela, y estoy seguro de que todos aquí se sienten tan ansiosos como yo por tu llegada -sonrió Su sonrisa era reluciente, gentil y hasta atractiva, ¿por qué no lo sería? él desbordaba belleza, de alguna manera cualquier cosa en él lo hacía atractivo. ¿Sólo era así para mí? era un hombre, en toda la extensión de la palabra, sus rasgos masculinos eran únicos y yo diría que perfectos. No había arrugas en su cara, ni una sola, parecía congelado en el tiempo, su piel era tersa, lisa y perfecta, y su mirada gentil y profunda. -Gracias -dije después de tragar saliva -Aún estoy… confundida -Entiendo -dijo sin dejar de mirarme -eso sólo será por poco tiempo, sé que podrás acostumbrarte a tu nueva vida muy rápido, me encargaré personalmente de cualquier asunto que necesites, no dudes en pedirme cualquier cosa que desees ¿Era un genio que cumplía deseos? o algo por el estilo, ¿o sólo mostraba amabilidad? -No sueles ser tan amable con los alumnos Cyrus -dijo un hombre Había entrado a la oficina sin llamar a la puerta, o por lo menos, no lo escuché. -Circe, éste hombre inoportuno es tu profesor de criaturas místicas, su nombre es Werner Nobou -Lamento haber irrumpido en la oficina, querido Cyrus, pero tenía que ver con mis propios ojos aquella majestuosa criatura que trajo consigo a la elegida -me miró y extendió su mano hacia mí No comprendí aquel gesto, me quedé inmóvil observando la mano del profesor, el director se acercó a mí y tomó mi mano, un cosquilleo recorrió de nuevo mi cuerpo, y con un movimiento suave expuso el tatuaje en mi muñeca -¡Es increíble! -dijo el profesor asombrado -¿Podrías, ya sabes… invocar? -No sé cómo lo hice la última vez, lo siento -agaché la mirada avergonzada mientras intentaba calmar el repiqueteo de mi corazón -Será la próxima, querido amigo -dijo el director Un suspiro de decepción surgió de aquel hombre y desapareció del mismo modo en el que había llegado. El director soltó mi mano delicadamente y regresó a su puesto tras el escritorio -Sabía que vendría -dijo sonriendo -todos hemos querido conocerte desde tu renacimiento -sonrió de nuevo Y eso me gustaba, su sonrisa era atrevida, gentil y seductora, pero su mirada le daba un toque especial, algo que me hacía imposible apartar mi vista de él. -Es probable que por el momento no puedas ir a tu habitación, lo siento, pero eso es cuestión de tu magia y tu entrenamiento, cómo ya dijo la señorita Tora, podrás quedarte en su habitación el tiempo necesario. Él continuaba hablando, comprendía sus palabras y tomé los papeles que me dió, miré el croquis de la escuela, y mis horarios para clases y entrenamientos -No es común entregar papeles, pero mientras te acostumbres a este lugar es mejor entregarte las cosas por escrito -Gracias -respondí mientras tomaba los papeles con la manos De nuevo alguien irrumpió en la oficina, esta vez era una mujer, era joven y hermosa, su cabello rubio y lacio bien arreglado la hacía ver elegante y juvenil al mismo tiempo. -¡Qué simpática! -dijo al mirarme Pero no me molestaron sus palabras, verla tocar los hombros del director me molestaba, no era un toque común, era más bien algo incómodo, por lo menos para mí lo era. comencé a sentir calor, demasiado para mí gusto, la mujer sonreía y no quitaba sus manos del sitio donde los tenía. ¿Por qué me molestaba eso? -Sé lo que depara el destino -dijo ella -¿pero no puedes divertirte antes de eso? No me hablaba a mí, esta vez no era yo el centro de atención, no de ella. Todo este tiempo había deseado no ser el centro de atención, pero en este momento deseaba serlo. Se acercó al oído del hombre frente a mí y eso me sacó de quicio. De repente, la mujer desapareció de la sala abruptamente. -La próxima vez solo ignora lo que sea que te incomode -me lo decía a mí -pude actuar a tiempo antes de algo más ocurriera, pero debes controlar tus emociones -agregó -Lo… ¿lo siento? -debía disculparme, ¿había hecho algo malo? agaché la mirada.
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