Capítulo cinco: Middle of the ninght

2161 Words
Capítulo cinco: Middle of the night. Valesheka He estado leyendo el diario y el libro en donde se supone está la respuesta que tanto he buscado, sé que no es una cura definitiva pero un tranquilizante. Esa poción hará que mi licantropía duerma. No sé quién creó el libro y no sé si será del todo cierto y la única persona que me lo podrá confirmar es el señor Kevin, él ha vivido mucho tiempo y el me podría decir quien escribió este libro. Así que tengo que regresar a la casa, creo que sería una forma de despedirme de Noah y de Harding, no sé si los vuelva a ver, esta es una misión s*****a. Quiero decirle que lo recuerdo o bueno gran parte de lo que vivimos. Quiero decirle que si yo no sobrevivo o si me aleje porque no funcionó, no fue por su culpa nunca será por su culpa. Recuerdo gran parte de lo que me pasó, es raro. Es como si hubiera estado despierta y no consciente. Habram me manipulaba pero no era malo conmigo, se que todos me dijeron que él quería mi poder y quería matarme pero en la oportunidad que estaba en su casa nunca trato de matarme. Camino por mucho rato, hasta que visualizo la casa, veo que en la parte está Alex y Diego conversando. A Diego se le ve muy triste y Alex lo abraza, es un momento muy íntimo y me da pena estar viéndolos. Me acerco y ellos se voltean y se ponen en guardia, me ven y no hacen ningún movimiento. Hasta yo tenía miedo de acercarme, la última vez que me vieron yo fui muy brusca con Cordelia. Tal vez no fue tan buena idea venir, pero necesitaba venir a hablar con Harding y con Kevin. – Vengo en son de paz– les digo y muevo mi camiseta que tengo puesta, que es de color blanca. Diego es el primero en acercarse, Alex está en guardia viendo cada uno de mis movimientos. El finalmente se acerca hasta estar frente de mí, sus ojos inspeccionan los míos como buscando una respuesta, le sonrió de medio lado para tranquilizarlo. Suspira y me abraza y yo lo abrazo de la misma forma. – ¿Finalmente eres tú?– me pregunta. – Soy solo yo– le respondo algo dudosa por su efusivo abrazo. Se separa de mí y él se me queda viendo, sus ojos avellana están un poco rojos. Diego siempre ha sido dramático y llorón por lo que no me sorprende verlo así, pero miro la cara de Alex y él tiene una expresión sombría, algo que me pone en estado de alerta. – ¿Qué fue lo que pasó?– miró a Diego, pero él no dice ninguna palabra. – Yo…– susurra Diego mira a Alex. – ¿Qué es lo que pasa?– Esta vez miró a Alex. – Es Noah…– no tiene que decir nada más, por lo que entró corriendo a la casa. En la sala están los brujos, Lois y Logan hablando con Kevin, ellos voltean a verme sorprendidos. Busco con la mirada a mi hermano, pero no lo veo. – ¿Dónde está mi hermano? – les preguntó, pero nadie responde. – ¿Vienes hacerle daño?– Logan es el primero en acercarse a mí. Su ceño está fruncido, me mira de la forma en la que antes lo hacía. – ¿De qué hablas? ¿Qué le pasó? – estoy confundida, ayer lo vi y él estaba normal les dije que se vayan y ellos lo hicieron. – Logan, basta– Lois mira a Logan y luego a mí, me ve como si estuviera decepcionado de mí. Me mira como el monstruo que soy. – ¿Valesheka? – el señor Kevin se acerca a mí con el ceño fruncido, me inspeccionó de arriba abajo, que bueno que me cambie la ropa que tenía. – ¿Si? – ¿Recuerdas todo?– él pregunta acercándose a mí. – Gran parte sí, al convertirme en licántropo debió borrar la hipnosis de Habram – pero eso no explica qué fue lo que pasó– ¿pero no entiendo nada? ¿Dónde está Noah? – Ellos fueron a buscarte ayer, pero Noah regresó con una mordida de licántropo. – él termina de decir, mis manos se dirigen a mi boca en donde un grito ahogado escapó de él. Yo mordí a mi hermano, muchas cosas rondan en mi cabeza. Lo que no quería que pasara pasó y yo soy la única culpable. comienzo a retroceder y todo se pone borroso, escucho que algo se cae y se rompe al estrellarse contra el piso. Escucho que Kevin me habla pero no entiendo que es lo que dice. Los dejo en la sala y con mi súper velocidad voy al cuarto de él, que comparte con Harding. La casa es enorme, pero a Harding no le gusta dormir solo y Noah quiso acompañarlo. Abro la puerta marrón de su habitación y lo veo en la cama, a su lado se encuentra Cordelia y sentados en un sillón se encuentra Harding y Matt, ellos se dan cuenta de mi presencia y se levantan del sillón. Cordelia me mira y sé que está furiosa, en su mirada lo veo. Ella me odia y tiene todo el derecho de hacerlo, hasta yo estoy enojada conmigo misma. Ella se acerca rápidamente hacia mí y me abofetea, me sorprendo, ella nunca me había levantado la mano, hasta ella se sorprende. Volteo a verla y lágrimas salen de sus orbes verdes. Yo estoy conteniendo las fuertes ganas de llorar pero no por la bofetada si no por la causante del gran dolor que les estoy causando a todos. Sé que ella ama a mi hermano y yo estoy rompiendo su corazón. – Lo siento – le digo en un susurro, Matt la sujeta de la cintura. Me siento nuevamente como en la escuela, todos me detestaban y me odiaban y se siente horrible, me siento la peor persona del mundo en este momento. – Cordelia no fue la culpa de Valesheka. Ella no era consciente. – No le pegue por eso. – ella me mira enojada– te pegue porque viniste a pedirle perdón cuando ni siquiera te acuerdas de él, ya solo pídele perdón por que por tu culpa él morirá y vete, por favor. Ella se separa de Matt y se va a una esquina dándome la espalda, veo a Harding quien no sé si me mira aliviado o decepcionado. Me acerco a su cama y veo a Noah. Por su frente hay gotas de sudor, está sin su camiseta por lo que puedo ver su marca de la mordida, la herida está aumentando su tamaño y las venas se ven resaltadas, se ve que no le falta muchas horas. Me duele verlo de esta forma, su cabello rubio está húmedo por el sudor. Paso mi mano por su cara, mis palmas están un poco frías por lo que se acerca a mi toque. Su piel se eriza a mi toque. Y sus ojos se remueven y se terminan de abrir. Por mucho tiempo odié que tengamos los mismos ojos azules con un toque de gris. – Lo siento. – el murmura– no quise hacerte llorar. Se remueve y hace una mueca por el dolor, es imposible que mis lágrimas no aparezcan en esta ocasión. El murmura algunas cosas sin sentido. Menciona a mamá y papá. – Yo lo siento, nunca quise hacerte daño. Noah yo siempre te amare y si esto no funciona me arrepentiré el resto de mi vida. – le doy un beso en la frente y me quedo unos minutos ahí me separo y busco un vaso, veo un vaso con agua, la cual votó en el piso. – ¿Qué haces? – Matt me pregunta, se encuentra detrás de mí. Decido ignorarlo y seguir, esto me dolerá. De mi bolso sacó el cuchillo de plata y lo desenvuelvo de la tela. – Valesheka, ¿Qué haces? – Harding me sujeta de la mano, por lo que lo miro. Sus pestañas están un poco húmedas por lo que sé que estuvo llorando. – Tienes que confiar en mí y dejarme hacerlo, amor– él se sorprende de la forma en la que lo llamo, sus ojos verdes se abren de la impresión al igual que su boca rosácea, suelta mi mano. Agarró el cuchillo con toda mi palma y el metal me abre la piel, gotas de sangre comienzan a caer en el vaso. La herida se demora en cerrar por lo que se llena lo suficiente el vaso de mi sangre. Colocó el cuchillo en la mesita de noche intentando solo tocar el mango de ella. Volteo a ver a mi hermano y Cordelia se coloca a su lado. La miro esperando que me den él permiso de hacerlo, ella asiente. – No sé si esto funcione, solo lo vi una vez– le digo y ella asiente, espero que funcione, solo tengo un recuerdo borroso de Habram dándole a su soldado, espero que no le haya puesto nada más. – Inclínale la cabeza, por favor– ella lo hace y acercó el vaso a los labios de Noah quien comienza a beber todo. El termina de ingerir todo y lo recostamos, no sé cuántos minutos pasan que ninguno de nosotros dice nada, escucho que abajo están hablando los chicos del porque regrese. Se que ahorita no soy la favorita de nadie, pero se siente feo que hablen mal de ti. Cojo el brazo de Noah en donde está la mordida y veo como poco a poco desaparece y se comienza a curar la herida. Se escucha un suspiro colectivo. – Lo siento– dice Cordelia, la miro– no quise pegarte, pero ¿desde cuanto recuerdas todo? – No recuerdo todo, solo la mayoría de cosas. Pero desde que me transformé en licántropo, lo recordé todo o gran parte de ello. – ¿Qué pasó? – volteamos a ver a Noah, su voz está algo ronca, y está algo pálido. – Bienvenido rubio, parecías ebrio hablando incoherencias– Matt le remueve el cabello. – Te extrañe, pensé que te perdería – Cordelia se abalanza hacia él y comienza a darle besos en su cara, hasta terminar en sus labios. Me alejo de ellos, cuando los chicos y los brujos comienzan a entrar a la habitación, veo en una esquina a Kevin, me acerco hacia él. Todos comienzan a explicarles lo que hice. Detrás de Kevin unos pasos más allá se encuentran Harding quien me sonríe de medio lado, le sonrió un poco. Pero mi expresión cambia. Sé lo que vine hacer aquí, no quiero darle más esperanzas a alguien de quien pronto se debe olvidar de mí. Vine a terminar todo definitivamente, Harding merece a una persona que no tenga tantas complicaciones con ella. Alzó nuevamente la vista y lo veo, él intenta acercarse, pero Logan se acerca a él y le da un abrazo, aprovecho eso para hablar con Kevin. – ¿Cómo lo hiciste? – me pregunta Kevin– por mucho tiempo todos buscamos una cura para la mordida de licántropo. – Solo recuerdo que Habram lo hizo a unos de sus soldados, pero no sabía para qué era. Luego recordé que en la guerra él estaba presente, así que su sangre lo curó, no pensé que funcionaria. Pero necesito que me ayudes en algo. – Si claro, dime– miro alrededor y sé que Harding y tal vez Matt están escuchando todo lo que hablamos, ya que son los únicos que nos miran fijamente. – No, aquí no, ¿puede ser en privado? – él mira alrededor y asiente. – Si claro, vamos– asiento, pero antes de irme me acerco a la cama de Noah, él me sonríe. Le sonrió un poco, no puedo dejar de sentirme culpable, estoy segura que si él no me hubiera salido a buscar ni siquiera estaría así. – Gracias por salvarme– le doy un beso en la frente y cierro mis ojos, él se deja besar. Él es el único familiar que me queda con vida y si lo hubiese perdido, me hubiese vuelto loca. Lo miro, poco a poco comienza a tomarse su piel rosácea, le sonrió un poco. – Gracias por no morir; descansa, regresaré más tarde a verte– le sonrió y le guiño un ojo a Cordelia que no se despega de mi hermano, agarro con cuidado el cuchillo de plata y lo envuelvo en el pañuelo que tiene un poco de manchas de sangre, lo guardo en mi mochila. Antes de salir de la habitación veo a Harding, quien se va acercar a mí, niego y con mis labios digo “Luego”. Él asiente y salgo rumbo a hablar con Kevin, tengo que saber si lo que este libro dice es verdad.
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