Capítulo ocho: Wildest Dreams. Valesheka Estoy más que nerviosa, tal vez sea el hecho de que detesto ser el centro de atención. Me hace sentir incómoda y siento que entro en un ataque de ansiedad. Comienzo a jugar con mis dedos nerviosa, solo escucho a Kevin hablar con Cristina. Miro al frente y se abren unas puertas en la que demuestras una casa enorme. Bueno esto no parece una casa sino una mansion de color blanco. Hay mucho coche dejando a las personas. Las luces de toda la casa se encuentran prendidas y hasta los árboles llevan luces doradas. Al frente de la casa hay un escudo de una rosa con una frase Atwood dorada. Kevin se baja y le abre la puerta a su esposa, ella sale y luego me abre la puerta hacia mi. Me extiende la mano y la tomo. Llegamos hasta la entrada. – Tiene