Capítulo 2

1911 Words
Pablo: Como todos los días, voy camino al trabajo, mi madre me llamó para decirme que haría una de sus cenas familiares, lo hace cada semana, pero aún así me llama recordándomelo — Mi niño hermoso, el viernes hare una cena familiar, ya sabes que debes venir, no te eh visto hace muchos días — dice suspirando, pongo los ojos en blanco y respondo — Mama, fui a tu casa hace dos días – le digo y me arrepiento enseguida de hacerlo — Estas insinuando que soy mentirosa o exagerada? Acaso una madre no puede extrañas a sus hijos? Te tuve en mi vientre durante 9 meses…— comienza a decir, pero no la dejo continuar — Mama, ya sabes que me encanta ir a verte, pero estos días he terminado muy agotado del trabajo por eso voy directo a mi departamento — le digo antes de que continúe con su sermón de victima — Pablo, cuantas veces tengo que decirte que no tienes que trabajar tanto, eres el jefe por dios, delega, para eso eres el dueño, tienes 30 años y ni siquiera tienes novia, creo que voy a morir esperando ser abuela — dice con voz triste — Ya hemos hablado de este tema, sabes que cuando llegue el momento de tener hijos será, no lo estoy buscando, no está en mis planes por ahora, te adoro, pero no estoy preparado para tener hijos por ahora — le digo con voz cansada, se lo he repetido tantas veces — Todo por culpa…— empieza a decir y me molesto y la interrumpo — Sabes perfectamente que no me gusta hablar de eso – suspiro cansado – nos vemos el viernes madre – termino la llamada y sigo mi camino a la oficina Me quedo pensando en la forma que le hable a mi madre, me siento pésimo por lo que le envío un mensaje “lamento la forma en que te hable, sabes que te adoro, pero no me gusta recordar ese pasado. Nos vemos el viernes te amo” Doy enviar cuando llego a mi oficina, saludo a mi secretaria, la que es una señora de unos 45 años, digo señora porque se caso hace un mes, por lo mismo dejara de trabajar en unos meses, al verla recuerdo que debo buscar una nueva secretaria, le sonrío y pido que pase a mi despacho — Buenos días, Flor — le digo sonriendo — Buenos días Pablito – si ella tiene el permiso de llamarme así — Necesito las flores mas lindas que puedas encontrar – le digo sonriendo — Que le dijo a su madre ahora?- me dice como si leyera mi mente — Solo necesito recordarle que la amo, aunque a veces me saca de quicio con su insistencia en algunos temas – le digo y con eso ella ya sabe a qué me refiero — Entonces un arreglo para su madre, un consejo, ella solo quiere verlo feliz – me dice Flor — Pero si yo soy feliz —le respondo — Pablito, cuando sientas que el trabajo es algo secundario en la vida serás verdaderamente feliz, tienes toda la vida por delante para ser feliz, solo tiempo al tiempo, ya verás que sin darte cuenta estarás pensando solo en un mujer sin poder controlar lo que ocasionara en ti al tenerla cerca – me dice Flor, ella es una romántica como yo lo era en mi adolescencia — Como tu digas mi querida asistente – le digo para terminar con el tema — Recuerda buscar mi reemplazo mi querida jefecito – responde ella – solo me quedan unos meses aquí – termina de decir y se retira — No quiero buscar una secretaria, ella es perfecta, es eficiente, responsable y tiene todo en orden como me gusta, el solo imaginar buscando otra persona para este puesto me da dolor de cabeza, definitivamente dejare eso para más adelante, será algo que me volverá loco, de eso estoy seguro. Paso el día ordenando y programando reuniones, lo normal trabajo y más trabajo, pero me gusta hacerlo amo lo que hago, desde pequeño quise ser dueño de una empresa, admiraba a mi padre, sigo haciéndolo, por eso cuando me dijo que me haría cargo de su empresa fue mi mejor regalo en la vida, eso no quiere decir que mis hermanos quedaron sin nada, es solo que soy el jefe, pero la empresa nos corresponde a todos, la mayoría de las veces cuando me toca tomar decisiones importantes lo consulto con mis hermanos, Victoria y Tomás, siempre me dicen que haga lo que yo considere conveniente, Valentina por su parte, está estudiando leyes, por lo que siempre me consulta y me pide leer los contratos, me gusta que sea así, trato de hacerla participe de cada contrato que hago, así la preparo para que se ambiente con la empresa, cuando tenga su titulo será la abogada de la empresa de tecnología MAC. Solo pensar en eso me hace sentir orgulloso, mi niña como le digo desde pequeño ya se está convirtiendo en toda una mujer profesional y responsable. Mi hermana preferida como se dice ser ella de mí, me llama a diario, aunque hace alrededor de un mes ya no lo hace como antes, cuando la llamo yo me dice que está ocupada o que está saliendo con su mejor amiga, eso me tiene pensando en si Sofía le contaría sobre el beso, quizás por eso me está evitando, siempre he sido su chofer para sus salidas, ahora ya ni siquiera me envía un mensaje avisando si está bien, creo que cuando salga del trabajo la llamare para que me diga que le pasa conmigo que ha cambiado tanto. Al final del día no pude llamar a Vale, tuve mucho trabajo y termine demasiado tarde una reunión, a mitad de camino a mi hogar, recibo una llamada que de solo ver el nombre en mi celular sonrío, “Llamando Lisette” contesto — Hola, extrañándome?- le digo sonriendo, siempre nos hemos tenido confianza — Claro querido amigo, por eso te llamo, ya que si fuera por ti no nos veríamos — me dice con voz molesta, pero fingida — Vamos, sabes que cada vez que puedo te llamo, sin contar todos los mensajes que nos mandamos a diario – le digo riendo — Solo estaba bromeando, ya sabes que mi sentido del humor es distinto a los de las personas normales, pensé que ya me conocías, aunque me conoces mejor que nadie – me dice con voz sexy, eso ocasiona mucha risa en mi — Jajaja nos vemos? Voy en camino a mi departamento ahora — le digo de forma sugerente — Sabes que nunca me niego a una buena noche de sexo – me dice alegre — Entonces nos vemos en mi departamento, llegaré en unos 10 minutos – le digo y escucho que se ríe y dice — Adiós amor – me rio ya que ella nunca dice esas palabras a menos que esté tratando de deshacerse de alguna cita que salió mal o que la aburrió No me extraña que sea su salida de una cita pésima, llego a mi departamento y me preparo un trago, necesito relajarme. Estoy comenzando a beberlo cuando suena la puerta de mi casa, me levanto extrañado, la única que puede entrar sin anunciar hasta mi piso es mi madre y hermanas, no recuerdo avisar en conserjería que vendría Lisette, abro la puerta y me sorprende ver a mi hermana favorita Valentina – hermanito, puedo pasar? –dice muy seria, asiento y ella ingresa a mi departamento – ya me parecía extraño no saber nada de ti, ¿estás bien? – le pregunto preocupado – estoy bien, necesitamos hablar, necesito consejos – me dice acomodándose en mi sofá Tomo mi teléfono para enviarle un mensaje a Lisette avisándole que mi hermana esta aquí, pero Vale me dice – no es necesario que arruines una cita, solo estaré unos minutos, ya sabes que mamá me espera en casa – me dice ella señalando su lado del sofá para que me siente, lo hago y me dice – estamos saliendo con chicos – cuando dice eso no entiendo el plural que ocupo en la oración – estamos? Yo no hermanita – le digo sonriendo – bobo tu no, yo y Sofía – cuando nombra a Sofía dejó de sonreír, eso no me agrado mucho escuchar – cómo que están saliendo con chicos? ¿Qué clase de chicos? – le digo tratando de sonar alegre – vamos manito, chicos de nuestra edad, tenemos derecho a tener novio o no estas de acuerdo con eso? – me dice ella con una ceja alzada – estaré de acuerdo cuando lo vea, no quiero un imbécil siendo tu novio – le digo serio – por favor, manito tengo casi 19 años, ya sabes que los cumplo en unas semanas, creo que ya es tiempo de comenzar a disfrutar la vida sin estar pegada a ti – me dice ella sonriendo Suspiro y tomo su mano, ella siempre me ha dicho manito, un diminutivo de hermanito, cuando era pequeña no podía pronunciar la r y ella comenzó a decirme manito – estoy de acuerdo en que disfrutes de la vida, pero siempre con responsabilidad, si algún chico te hace llorar se las verá conmigo, nadie te hará daño mi niña – le digo abrazándola – podrías hacer lo mismo con Sofía? Ya sabes no tiene un hermano mayor que la cuide como yo – me dice Valentina – claro, si ella acepta no tengo problema – le digo con una sonrisa forzada – aceptará! Eres como el hermano mayor que nunca tuvo – me dice mi hermana guiñando el ojo Si supieras que Sofía me hace desear no ser tan mayor y menos ser como su primo, pienso para mi. – bueno manito, ya me voy, nos vemos el viernes y disfruta tu cita rompe corazones – me dice golpeando mi hombro con risa – no tienes que buscar un novio como yo – le digo siguiendo su juego – que asco! Obvio no buscaré un novio como tu jajaja – me abraza y se va para ir a casa, cuando está en la puerta la miro y le digo – cómo te vas a casa? Es muy tarde para que tomes un taxi – le digo serio – calma manito, abajo está papá, él me trajo y me llevará – me dice sonriendo – vaya con papá, ni siquiera se bajó a saludarme – digo cruzando mis brazos – él sabe cuando quiero hablar a solas contigo – me dice ella – te acompañó abajo – le digo tomando las llaves de mi apartamento Bajamos y en la entrada veo que papá está conversando con Lisette, seguramente la vio y la entretuvo para que no subiera mientras estoy con Valentina, al vernos sonríe – mi amor, ya nos vamos? – le dice a Valentina – si papi, ya estoy lista, hola Lisette – le dice saludando con la mano – hola Vale, un placer verte –le responde Lisette – bueno nosotros ya nos vamos, nos vemos en alguna otra ocasión – dice mi padre Nos despedimos y estoy seguro que mañana recibiré una llamada d emi madre a primera hora al saber que Lisette venía a verme a esta hora, ella sabe que somos amigos, pero como siempre quiere que seamos algo más.
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