—¿A quién? —Susurro con el corazón a punto de salirse de mi pecho —.¿A quién le recuerdo Edrick?
—A la única mujer que he amado en mi vida.
Cierro los ojos, trata de safar mi mano de su pecho pecho y me detiene.
—Pues no soy esa mujer —Me safo de su agarre —. Lamento que me confunda pero puedo apostar que ambas somos tan diferentes.
—Tiene razón, ella era tan alegre y dulce —Sus palabras hacen que me detenga —. Y usted es tan fría y amargada que no podría ser ella nunca.
—Sofía ¿Me escuchaste?
La voz de mi entrenador hace que salga de mis pensamientos, niego y suelto la mancuerna que sostenía.
—Lo siento, estaba recordando una cosa.
—Te decía que hemos terminado por hoy, nos vemos el viernes.
—Por su puesto.
Asiente y se retira.
Había pasado una semana y no podía sacar de mi cabeza lo sucedido aquella vez en la oficina de Edrick.
Verlo sufrir nuevamente después de tantos años un ataque de ansiedad me hizo llenarme de angustia.
Edrick sufre de ellos al estar muy estresado, nervioso o asustado al igual que Máx Emiliano.
Me debato entre ir al spa y luego tomar una ducha o ir a la casa directamente a tomar un baño e ir a la oficina.
Observo mi reloj y veo son pasada las nueve, le dije a Valentina que llegaría a las once así que estoy tarde.
Tomó mi bolso y salgo del Gimnasio subiendo a mi camioneta para regresar a casa.
En el camino mi móvil suena, me coloco mi auricular y contesto la llamada.
-¿Bueno?
-Lamento molestarla señorita Lombardo
-¿Qué pasa Valentina?
-Los socios de Londres llegaron y esta todo listo para cerrar la negociación pero falta su firma en los documentos de firma de sesión
-¿No puedo firmarlo a luego?
-No señorita, se necesitan con suma urgencia
-Esta bien en quince minutos estoy ahí
Cuelgo la llamada, manejo en dirección de la empresa y luego de algunos minutos llego.
Tomo mi bolso y saco de el mi carnet de la empresa, al entrar las chicas de recepción me saludan y me miran asombradas al igual que los demás presentes en el piso.
Creo que es la primera vez que ven a un superior en ropa deportiva en la empresa.
Subo al elevador, presionó el número de piso y espero que subo.
Al llegar lo primero que me encuentro es una mujer gritándole a Luna mientras está luce bastante asustada.
—¡Eres una estúpida! —Golpea su escritorio —. No sé cómo puedes trabajar aquí.
—Buenos días —Me acerco a el escritorio —. ¿Sucede algo?
—La señorita quiere hablar con el señor Benson, le he dicho que esta en una reunión importante y no puede atenderle pero se niega a créerme.
La tipa me observa de arriba abajo, sus exagerados labios y busto que amenazan con salirse de su blusa llaman mi atención.
—Señorita, creo que si tiene alguna molestia con el señor Benson es mejor que la tome con el y no con Luna, ella no tiene culpa de nada .
—¿Y tú quién diablos te crees para venir a darme órdenes a mi? —Me mira con prepotencia —. ¿Quién diablos te crees para entrar a una empresa como está vestida de tal manera?
—No me creo nadie a diferencia de usted, solamente le pido respete al personal de la empresa.
—Yo no tengo que respetar a una estúpida secretaria —Manotea el escritorio nuevamente —. Y menos tengo que hacerle caso a las palabras de una simple empleaducha que viene vestida como una zorra barata de gimnasio para llamar la atención de sus jefes.
Sin poder aguantar más impacto mi mano en su mejilla abofeteandola.
Luna y Valentina gimotean asombradas, mientras ella me mira con asombro.
—¡Maldita zorra! —Grita levantando su mano y la detengo en el aire.
—Amanda ¿Qué coño haces? —Edrick aparece sujetandola por la cintura y aparatandola.
—¿Quién coño es esta maldita perra? —Grita eufórica — Quiero que la largues ahorita mismo.
—Amanda, calmate —Forsejea y el la detiene—. No puedes venir hacer un escándalo a la oficina.
—Edrick soy tu novia, esa mujer me golpeó te exijo que la eches ahora mismo.
¿Amanda?
La miró fijamente y es cuando la recuerdo.
Por su puesto, ella es la tipa con la cuál Edrick estaba en el baño besándose.
Ha cambiado mucho, ahora es rubia y tiene una que otra operación en su cuerpo que la hace lucir diferente.
La mirada de Edrick se clava en mi, Lucas llega a mí lado y mira toda la escena confundido.
—Señor Benson su novia está falta de modales y no pienso permitir que ni ella ni nadie venga a faltarle el respeto a Luna, a cualquier empleado de empleados de esta empresa o a mi porque la próxima vez hago que la corran.
—¿Quién diablos te crees? —Ríe con prepotencia —. Tú no eres nadie para correrme.
—Me basta con ser la vicepresidenta de la empresa y contar con el cincuenta por ciento de acciones como para poder correrla —Se queda callada —. Es mejor que sepa controlar a su fiera o la próxima vez no respondo.
Me acerco a él escritorio de Valentina, me enseña los documentos, tomo el bolígrafo y firmó.
—¿Algún otro pendiente?
—La comida con los socios está noche señorita, eso sería todo.
—Bien, puedes retirarte cuando gustes y nos vemos mañana Valentina.
—Gracias señorita Lombardo.
Paso nuevamente a su lado caminado al elevador.
Lucas me mira asiente, le sonrio levemente y presionó el botón del elevador esperándolo.
Escucho murmullos al levantar la vista veo a un grupo de hombres.
—Sofía Lombardo, es un placer verte nuevamente después de mucho tiempo.
—Lo mismo digo Arturo —Se acerca y deja un beso en mi mejilla — ¿Qué haces aquí?
—Firmando un contrato de negocios pero estamos esperando a la vicepresidenta para que diera su firma y todo estuviera listo.
—Ya no tienen nada que esperar, ya le di mi firma a los documentos.
Miró a un lado y observo la mirada de Edrick fija en mi mientras sigue sujetando a su novia.
Lucas se acerca al escritorio de Valentina está le entrega los papeles y se acerca.
—¿Eres la vicepresidenta de esta empresa? —Asiento —. Entonces me quedo tranquilo, se que este trabajo está en mejores manos.
—Gracias Arturo, ahora si me disculpas llevo algo de prisa por regresar a casa.
—¿Cómo está Howard y tu madre?
—Mi padre está mucho mejor y mamá sigue a su lado, ya sabes que es algo terco en ocasiones.
—Howard nunca cambiará —Ríe —. Espero reunirme con ustedes antes de irme.
—Cuenta con ello, le diré a papá que te llame para que puedan cenar con nosotros.
—Aquí están los contratos listos —Lucas se los extiende —. Teniendo la firma de la señorita Lombardo pueden revisar que todo está bien.
—No hace falta, Sofía tiene toda mi confianza —Arturo sonríe —Ha llevado muchos negocios en Londres y todos con buenos resultados así que estoy tranquilo.
—Señor Benson, señor Cáceres gracias por todo.
El elevador llega abriendo sus puertas, Arturo me extiende su mano, la tomó y me ayuda a subir al elevador junto a los demás hombres.
Antes de las puertas del elevador cierren Observo aún la mirada fija de Edrick mientras su novia le habla a su lado.
Siento como mi pecho empieza a doler y trato de calmarlo.
Se quedó con ella, con la misma tipa que me fue infiel.
Soy una estúpida, como pude pensar que el me amaba cuando convirtió a esa tipa en su novia.
El elevador se detiene, salgo desoidiendome de Arturo y sus demás socios.
Salgo buscando mi auto y conduzco de regreso a casa.
Es mejor que saque a Edrick de mi mente, el nunca me dio mi lugar y mucho menos me amo.
“Es tiempo de rehacer tu vida Sara”
Me repito mentalmente, es lo mejor si no quieres volver a sufrir.
Al llegar a casa me encuentro a mis padres con Maxi en el jardín, le doy un beso a cada uno y subo a mi habitación a cambiarme .
Trato de no pensar en todo lo sucedido, me doy una ducha rápida y cuando estoy por salir de la habitación mi móvil suena.
Es un mensaje de Bruce avisándome que ya se encuentra en la ciudad.
Al llegar al comedor veo a Marié riendo junto a Maxi y mis padres.
—Puidste venir siempre. —Me acerco y dejo un beso en su mejilla.
—Tengo una semana libre y quiero aprovecharla para pasarla con mi bello sobrino.
—Mamá, mi tía me va a llevar a las clases de fútbol mañana y luego iremos al parque a subirnos a los aparatos electrónicos.
—Que bueno cariño, espero la pasen bien y quien quita y los acompañe .
—Eso sería estupendo. —Dice emocionado.
—Hija ¿No fuiste a la oficina hoy? —Pregunta mi padre.
—Sólo pase a firmar unos papeles papá, que por cierto me encontré con Arturo Tiffin y es un nuevo cliente de la constructora.
—Hace un año que no lo veo —Mamá asiente —. Lo llamaré luego para invitarlo a cenar.
—Le dije que le llamarías para invitarlo a cenar con nosotros.
—Cuenta con ello hija, Arturo es un buen amigo.
—Lo sé, papá.
Luego de almorzar juntos y pasar un buen rato juntos conversando y compartiendo con Maxi, observo mi reloj y veo que son pasada las cuatro de la tarde.
Recuerdo la comida con los posibles nuevos clientes, me disculpo con ellos y me voy a mi habitación para poder alistarme.
Peinó mi cabello con un recogido suelto de lado, sombrero mis ojos con sombra negra y roja, pinto mis labios de color carmesí.
Me coloco unos zapatos de tacon de punta, un vestido con corsel n***o y falda roja completamente largo.
Me coloco mis pendientes a juego con mi collar de diamantes.
Tomó un bolso de mano introduzco mi identificación, mi móvil y mis tarjetas.
Me doy una última ojeada frente al espejo y salgo de la habitación bajando las escaleras cuidadosamente.
Al bajar me encuentro con mis padres, Marié y Maxi.
Me despido de ellos, Simón me ayuda a salir y abordar la camioneta.
Le doy la dirección del restaurante y al cabo de casi media hora llegamos.
Al llegar al restaurante el mesero me lleva a la mesa en donde ya se encuentran dos de los tres clientes junto a Edrick quien me mira de arriba abajo.
—Lamento la tardanza señores.
—Una mujer nunca llega tarde, nosotros llegamos temprano.
Jeorge, un hombre ya mayor me resokde con cierta coquetería, recibe mi mano dejando un beso en ella al igual que los demás.
Edrick me ayuda a tomar asiento a su lado, suspiro y tomo asiento tratando de calmar mis emociones .
Empiezo a conversar con los dos hombres frente a mi, olvidandome por completo de él, llega el tercer socio disculpándose y empezamos la cena.
Al cabo de unos veinte minutos terminamos de cenar y Jeorge me invita a bailar una pieza en la tarima frente a las mesas.
Aceptó, empezamos a bailar lentamente mientras río al contarme anécdotas a lo largo de su vida.
La canción termina y nosotros también. Cuando doy por terminada todo aparece Edrick frente a nosotros.
—¿Me conderias a tu bella acompañante para bailar esta pieza?
—Por su puesto. —Jeorge sonrie deja un beso en mi mano y le entrega mi mano a él.
Jeorge se va dejándonos a solas, observo a la gente a nuestro alrededor observarnos y trato de sonreír ocultando mi descontento.
—Quería pedirte disculpas por lo de esta mañana —Me mira fijamente —. No puedo justificar el comportamiento de...
—Puede ahorrarse las disculpas señor Benson —Susurro interrumpiendo lo —. No me interesa recibir una disculpa de usted o de su novia, solo me interesa que respete a las demás personas.
—Amanda no es mi novia. —Sentencia con una leve sonrisa.
—Su vida personal no me interesa señor Benson.
—La de usted a mi si ¿Qué me cuenta de ella?
Sus ojos azules tratan de mirarme fijamente y esquivo su mirada mirando al suelo.
—Mi vida privada no es de su incumbencia.
La música termina, me alejo de él y regresó a la mesa donde los Jeorge y los otros dos clientes se despiden.
Tomo mi bolso de la mesa, camino por el pasillo para salir a la salida cuando me sujetan del brazo girandome y aericonandome contra la pared.
—¿Por qué siempre estás a la defensiva conmigo? ¿Por qué me huyes? —Musita a centímetros de mi boca —. Dame una razón o terminaré por volverme loco.
—Edrick por favor aléjate —Susurro con dificultad —. No me lo hagas más difícil, aléjate.
—Dame una razón.
Sin poder evitarlo me quedo muda, muda mirando cada parte de su cara, sus ojos, sus gestos.
Me pierdo en sus ojos y es ahí cuando regreso a la realidad al sentir sus manos sobre mi mejilla mientras sus labios besan los míos delicada y apasionadamente ...