RENATA Sentí su lengua deslizándose en mi interior, y gemí, en parte por placer pero también por sorpresa. Mis piernas temblaron mientras sus manos recorrían mis muslos, separándolos aún más para él. Nunca me habían puesto en esta posición ni me habían hecho esto así... —Tu sabor es tan increíblemente embriagador —gruñó Xander, justo antes de acercar su rostro entre mis piernas. Me envolvió por completo, acariciando, besando y mimándome. Comencé a suspirar suavemente, el placer ya creciendo en mi interior. No había llegado a su casa con la intención de dejar que me tocara así. Pero entonces bajó el cierre de mi vestido de una forma sensual. Y eso fue todo lo que necesitó para que me rindiera y le permitiera hacer lo que quisiera conmigo. —Xander… —grité cuando su lengua se hundió

