Miro una vez más a la mujer que permanece desnuda sobre la mesa, dándome la espalda y asomando su rostro por encima del hombro, delineo su cuerpo y miro el lienzo trazando la curva de su cadera. Toco de nuevo la paleta con el pincel, aplico el color buscando crear la luz en el cuerpo y repaso una vez más la sombra que se dibuja en su cuello largo.
Me falta hacer el detalle de los labios y culminar con su cabello que caen como una cascada sobre sus hombros firmes. Debo admitir que esta vez he conseguido una mujer realmente hermosa. Se llama Wendy, piernas largas, cuerpo suave y torneado, hermosos ojos negros y ni hablar del delineado de su rostro. Una belleza en todo el sentido de la palabra.
La puerta se abre y aparece George con las manos entre los bolsillos, mira apenas a la modelo de reojo, quien parece incómoda por la repentina invasión, y se acerca a mí para mirar el lienzo por encima de mi hombro. "Lo has hecho bien" dice. Dejo a un lado el pincel asintiendo hacia la mujer, ella pone sus pies sobre el suelo y envuelve su cuerpo en una toalla.
Una vez solos me giro a mi cuñado, dejando a un lado la paleta y el pincel sobre el taburete.
"Pensé que ya no vendrías" Sobo mi cuello.
"Había tráfico" dice, a manera de disculpa. Siempre es lo mismo con él. Continúa observando la pintura, la cual parece llamar su atención, la examina con ojo calculador y hace una mueca. "¿Para que la pintas?" pregunta. Miro el lienzo con apenas una sonrisa. "Quiero que mi próxima exposición sea sobre amor" respondo. George abre los ojos sin entender, río suavemente poniéndome en pie, debo ir pronto por Brenda.
"¿Amor? No creo que el cuerpo desnudo de una mujer sea precisamente amor" Noto el sarcasmo en su voz, a lo que sonrío. "Es un poco complejo. Necesito cuerpos, esos que podrían despertar el deseo en los demás. La posesión. Ya sabes ese tipo de amor que puede despertar el cuerpo de una persona." Explicarlo me resulta un poco complicado, es algo que se acerca más bien al deseo.
"¿Quieres decir que tu próxima exposición van a ser desnudos?" Quito la bata que cubre mi ropa sintiendo el fresco golpear mi cuerpo. "Algo así, me refiero a que quiero que los espectadores hallen el amor en esos cuerpo." De nuevo hace un gesto de no entender, pero no discute mi punto de vista. George sigue analizando la pintura con curiosidad, buscando entender lo que le acabo de explicar, pero es inútil ahora.
"¿Qué noticias has venido a traer?" Digo, tratando de aligerar el ambiente.
"Hay una exposición en París y quiero llevarte allí. Estoy seguro que tu exposición será un triunfo"
Le miro por encima del hombro. "¿París?"
"Como oyes, artistas coreanos contemporáneos. Tengo mucha fe en ti" Empieza a rondar por el estudio, revisando los lienzos fallidos que acumulo en una esquina.
Eso sonaba bastante bien. París. "Entonces debo apresurarme en terminar las pinturas"
George asiente regresando a mi lado "Estaré avisándote" Mira de reojo la pintura de Wendy, ¿Por qué siento que no le agrada? "Debo marcharme, Taylor debe estar esperándome"
Se despide de mí con un apretón de manos. Cuando sale, Wendy entra de nuevo con su cuerpo envuelto en la toalla, hace ademán de quitársela pero la detengo "Déjalo así, terminaremos mañana"
"Pero creí que quería que termináramos hoy" Muerde su labio, me mira a través de sus pestañas de una manera que conozco perfectamente. "Lo haremos después" Ella termina asintiendo y se marcha a vestirse al baño. Consulto la hora en mi reloj, tengo tiempo de sobra para ir por Brenda a casa de su profesor.
He admitir que esa propuesta es lo mejor que me ha podido suceder. Puedo extenderme en tiempo sin tener que preocuparme mucho por el estado de la niña y vivir con el temor de llegar tarde por ella, sé que la compañía de ese hombre le hace bien.
Tomo un trapo y limpió rastros de acrílico en mis manos, miro de nuevo la pintura de la mujer y busco aquello que disgustó a mi cuñado ¿Qué será? Me le quedo mirando, estoy seguro que lo he pintado bien.
Sin darle vueltas al asunto recojo mis cosas, quiero ir temprano por Brenda y ayudarle con los deberes. Wendy aparece de nuevo en el umbral, tiene el bolso oculto bajo su brazo y me mira largo tiempo, sin moverse "¿Sucede algo?" Ella se acerca y deja un casto beso en mis labios, yo la tomo por los hombros y la aparto sin dejar que el contacto dure.
"Wendy, es mejor que lo dejes. Sabes que no pienso tener algo contigo" Ella me mira "Pero..." La suelto echándome hacia atrás " Es mejor que te vayas"
Accede en silencio, pero es evidente el disgusto que genera mi rechazo. Se marcha con pasos fuertes, dejando atrás la soledad y su orgullo herido.
Sin reparar en los berrinches de la modelo, salgo de allí hacia el estacionamiento. Subo a mi auto encendiendo la música para no sentir el tiempo correr. Me muevo entre las calles pavimentadas sin dejar de pensar en la noticia de George, tengo que hacer unas pinturas maravillosas.
Llego al condominio donde vive el profesor, me apeo de mi auto ajustando mi chaqueta y me miro de reojo en el cristal del vidrio del automóvil. Satisfecho, subo los seis pisos en el ascensor y me dirijo a la puerta que ahora me es familiar.
Después de un par de golpes la puerta se abre y aparece él con una sonrisa brillante, su rostro está manchado de pinturas de varios colores que logran llamar mi atención, sus ropas están hechas también un desastre de arriba a abajo. Miro por detrás del profesor a mi hija, que está en el suelo en las mismas condiciones, su rostro está pero no le importa, sonríe de una manera que no recuerdo haber visto.
Desconcertado me adentro a la señal de Ryan "Hola, señor Clark, nos ha encontrado jugando" Cierra la puerta y corre a la niña, toma un pañuelo y limpia con cuidado las manchas de su rostro "Le enseñaba a Brenda los colores. Espero no le moleste que se haya ensuciado" Niego todavía anonado. Nunca había visto a Brenda de ese modo.
"Está bien" Me acerco a la niña y dejo un beso en su frente "¿Cómo te has portado, princesa?"
"Bien" La felicidad en su voz me tranquiliza, no me importa que se ensucie si eso la hace feliz. Sin alargar la visita, la tomo de la mano y ayudo a que se ponga en pie. El profesor se apresura y trae la mochila la cual me extiende. La recibo con una sonrisa y la cuelgo en mi hombro.
"Despídete" Digo a Brenda.
Ella asiente y agita su mano."Adiós, profesor"
Él se agacha y agita también su mano "Adiós, princesa Brenda. Adiós señor Clark"
"Hasta luego"
Abro la puerta para marcharnos. Cuando nos encaminamos hacia el ascensor miro por encima del hombro al profesor que se despide con la mano desde la puerta. Le miro a los ojos y me siento atrapado por ellos, regreso la mirada al frente dejándome llevar por mi hija ¿qué pensará del amor?