—No piensas en tu pobre madre, eres mi único hijo, y parece que no deseas formar una familia en algún momento de tu vida. Sabes lo mucho que deseo que te cases, seas feliz, tengas hijos, una buena esposa, y ahora que lo puedes tener me dices que no te importa.
Helena refuta con voz dolida y melancólica.
Bastián la escucha atentamente, y lo cierto era que no tenía corazón para confesar la verdad a su madre de que no era padre del hijo de esa mujer. Que no la conocía de nada, y que jamás en su vida se había acostado con ella.
El CEO cierra los ojos, intenta buscar la manera de solucionar aquel mal entendido, pero no encontraba ninguna opción viable. La única era confesar la verdad y eso destrozaría a su madre.
—Madre, no llores, cálmate por favor. Mira, necesito que escuches lo que teng
