-Sé honesto- le pedí con una sonrisa- ¿Qué opinas? -Mmm… ¿Debo ser del todo honesto?- preguntó con voz divertida y le di una mirada de advertencia- Pues… ¿La verdad? -Oh, vamos. Sólo suéltalo- dije exasperada. -Me gustas con cola- dijo con una sonrisa, sí. El dibujo de Nat-Sirena como lo había bautizado Alondra estaba ahora enmarcado con madera turquesa y adornado la pared del recibidor de la casa, combinaba con las paredes blancas y de seguro no había otro lugar mejor para tenerlo- ¿Puedo preguntarte algo?- dijo él sin dejar de mirar el dibujo. -Claro, cariño. -¿Le dijiste a Maddy que estás embarazada?- preguntó sorprendiéndome, abrí los ojos mucho. -No, para nada. ¿Por qué lo preguntas?- sus dedos no dejaban de acariciar el dibujo, miré su mano y noté a lo que se refería… El bebé.

