Bipolar

1688 Words
¡Me besó, me besó, me besó! ── ¡Pero qué carajos JungKook! Pasaron más de dos horas desde que desperté y lo primero que hice fue recordar a JiMin besándome la noche anterior. No le correspondí, tenía los labios fuertemente apretados tanto que me dolieron por un rato. Claro que, todo cambió cuando me mordió y entonces me besó. JiMin se marchó sin dar explicaciones y yo me quedé ahí acostado como idiota. No podía decírselo a mis padres porque al escucharme se darían cuenta de que mi estado no era normal, ni a YoonGi porque él o lo mataba o se burlaba de mí. Tenía que aclarar las cosas, JiMin no me gustaba, los chicos no me gustaban, tampoco las chicas, pero era porque aún no encontraba a la indicada. Me levanté de la cama, hice un poco de limpieza en mi recamara, levanté las cosas tiradas en el suelo, tendí mi cama y fui a bañarme. Mi cara tenía la apariencia de un zombie incluso después de ducharme. Prendí el televisor para distraerme un rato. Caminé por la casa sólo con una toalla en la cintura. Después de todo tendría que apurarme e ir a comer a la pequeña cafetería que estaba a dos calles de mi casa. No quería limpiar aun la cocina. Me apresuré a ponerme mi uniforme. ──Ya los extraño ──murmuré a la nada. Mi uniforme tenía arrugas por todos lados. Aún entonces no volvería a tocar una plancha en mi vida. La última vez que lo intente quemé una de mis playeras favoritas y eso definitivamente no iba a suceder con mi uniforme. Metí los libros necesarios a mi mochila, agarré dinero que mis padres dejaron para mis necesidades. Mi cabello seguía mojado, me puse una gorra y salí de casa. Entré a la cafetería, pedí un desayuno simple y esperé a que estuviera listo, al poco rato regresó la camarera con un tazón de arroz y una taza de café. Me quedaba tiempo suficiente para llegar a la escuela. Le pagué a la señora que me atendió y agradecí el almuerzo. Salí de nuevo, pero con dirección a la escuela. Hoy no estaba de humor para ver a las chicas que normalmente me seguían, camine rápido sin siquiera saludarlas como de costumbre. Agradecí al cielo porque aún no había llegado JiMin, sólo estaba un muy dormido YoonGi que descansaba sobre su mesa. Me senté enfrente de él y empecé a molestarlo al menos así tendría algo que hacer antes de ver a JiMin. YoonGi se movió bruscamente y se levantó. ── ¿Qué te pasa inútil? ¡Kookie! Me alegra verte ──me dio un abrazo efusivo. ──Yo también YoonGi y no sabes cuánto ──dije apartándolo ya que no me dejaba respirar. ── ¿Tampoco has podido dormir bien? ──dijo acordándose. ──No. Tuve una mala noche. Extraño a mis padres. ──Pensar que falta un mes para que regresen, no sé cómo sobrevivirás. ──YoonGi, si tú has podido sobrevivir seguro que yo también ──me animé. ──Eso dices ahora ──sonrió. Mi dolor de cabeza de ayer, mi pesadilla al despertar. ──Hola chicos. Ahí estaba JiMin con la sonrisa de siempre. Lástima que no podía decir que me alegraba su presencia. Él se sentó y por instinto me alejé hasta quedar en la orilla de donde estaba, lo notó y volvió a reír. El profesor llegó. Creo que nunca antes me había alegrado tanto como hoy al verlo. El azabache y yo fuimos a nuestros respectivos lugares, de a poco el aula se llenaba para dar inicio a las clases de hoy. Todo estuvo bien hasta que llegó la hora de historia tenía que hablar con JiMin sí o sí. Él se comportó como si nada, me pasó el trabajo que habíamos hecho y se puso de pie, yo lo seguí ya que era nuestro turno para exponer. Me sentí seguro cuando pasé a exponer después de él, al fin obtendría el diez que siempre me había merecido. El profesor se quedó con el trabajo. Estaba tan feliz y felicitándome mentalmente que no me fijé cuando la correa de una mochila se enredó con mi pie y caí dándome de bruces contra el suelo. Se escucharon algunas risas y me puse rojo de vergüenza. JiMin me ayudó a levantarme tomándome de los brazos, cuando estuvo cerca de mí recordé lo que pasó el día anterior y lo empujé lejos volviendo a caer. De nuevo esas tontas risas se escucharon, sólo me puse de pie sin mirar a nadie y me tumbé en mi lugar. Mi vista estuvo atenta a la mesa toda la clase. Ya en el descanso me relajé. Tomé mis cosas y me puse delante de YoonGi esperándolo para estar con él en el descanso. ──Kookie, hoy jugaré con los chicos del otro grupo pero si quieres puedes ir como mi animador ──me guiñó un ojo. Maldito, maldito, maldito. ── ¡Jódete YoonGi! ──lo escuché partirse de la risa. Me fui directo a la cafetería. Estaba repleta de personas, quise tirar de mi cabello por la frustración pero recordé que aun traía puesta mi gorra, me lo quité para despeinarlo con las manos, y con el cabello aun húmedo, y sin importarme salí al patio. Busqué un asiento vacío y al encontrarlo me senté, me coloqué los audífonos y cerré los ojos. Mi estómago empezó a gruñir pero no tenía dinero suficiente para comprar algo decente en la cafetería. Me quitaron mis audífonos y enojado abrí los ojos. ──Hola Kook ──JiMin se sentó a mi lado ¡Él no! Quería enfrentarlo pero sabía que aún no era el momento── ¿Tienes hambre? ──me ofreció uno de sus sándwiches. ──No, gracias ──mi estómago volvió a hacer ruidos extraños. Posiblemente mis tripas intentaban comerse entre ellas. ──No seas tonto y come. Lo miré mal por haberme llamado tonto y le arrebaté el sándwich causando que riera. Sí, fui infantil así era yo. Debería preguntarle por qué lo hizo. La mayoría de veces cuando besas a una persona es porque te gusta o eso tenía entendido, sin embargo, había dos problemas. El primero es que, repito, a mí no me gustan los chicos y el segundo que en esta época algunas personas sólo quieren experimentar y no se toman sus acciones en serio. ──Oye, JiMin ──el nombrado centró su vista en mí──. A-ayer. Lo que hiciste h-hablo de que, ¿Por qué? Ni yo me había entendido. No sabía cómo preguntarlo. ──No te entiendo nada ──dijo sin darle importancia──. Aclárate primero y luego me lo dices ¿De acuerdo? ── ¡No tengo nada que aclarar! Sabes perfectamente a lo que me refiero. Ayer... ──Gracias por los cómics ──me interrumpió──. En serio, te los devolveré pronto. Ese idiota es un ¡UN IDIOTA! No sé si lo hace adrede, que es lo más seguro. Abandonamos la cafetería para encaminarnos al aula. JiMin platicaba de cómo estuvo su día anterior y entretenido quedé con sus teorías entre los saltos de tiempo de los comics que olvidé parte de mi enfado. YoonGi se esfumó el resto de las clases y sólo se presentó al finalizar para recoger sus cosas y salir corriendo sin si quiera un adiós de por medio. Su conquista lo tenía ocupado, tanto que dejó de regresar a casa conmigo. Regresé a casa acompañado por el pelinegro. Aunque prefería evitarlo, nada podía hacer si prácticamente vivíamos en la misma calle. Una vez dentro de hogar puse manos a la obra y limpié el reguero de la cocina. Costó un poco retirar el aceite que se desplazó por el suelo. Después de esto, quedó claro que dejarme solo era de las peores ideas de mis padres. Ignoré los estornudos que me atacaron todo el día. El teléfono de la sala sonó y tuve que correr para alcanzarlo, al menos el teléfono seguía en su lugar desde la partida de mis padres. Lo descolgue al tercer tono. ── ¿Bueno? ── ¡Kookie! Pequeño mío, te extraño mucho ──gritó mi padre Tae al otro lado de la línea, alejé el aparato para no quedar sordo antes de los 30. ──Y yo a ustedes papá. ── ¿En serio? ¿Quieres que regresemos ya? Si quieres... ──habló sin parar. Imaginaba a papá Jin haciendo lo imposible por seguir en su luna de miel. ──No, no es para tanto. Puedo sobrevivir un rato más. Ustedes sigan disfrutando su tiempo juntos. Hablé con mis padres durante horas y pude haberme desvelado, pero me mandaron a dormir. Me puse la pijama, preparé mi alarma y levanté las sábanas con la intención de meterme a mi cama y dormir. Como los Ángeles me odiaban, hicieron sonar la puerta, frustrando mis planes. ── ¿Quién a estas horas se atreve a interrumpirme? ──arrastré los pies hasta la entrada, nadie me regañaría por bajar en calcetines. Al abrir la puerta mi loco vecino en modo serio, esperaba. Este JiMin nocturno y el de la escuela empezaban a marearme por sus diferentes comportamientos── ¿Qué se te ofrece? ──pregunté en medio de un bostezo. Esperé en vano una respuesta. Él sólo me miraba──. Estaba a punto de dormir y no estoy para soportar ──un estornudo me interrumpió. JiMin curvo sus labios con aire siniestro, me empujó dentro de la casa y volvióa estampar sus labios. No respondí y él mordió mi labio igual que la primera vez. Aguanté el dolor prohibiendole seguir. Dejó de morderme para pasar la lengua por la pequeña herida que más tarde tendría que curar, el sabor metálico nunca llegó a mi lengua. Seguiría sediento de mi persona cual vampiro así que lo mejor que podría hacer sería darle un buen golpe y gritar por ayuda. El muy maldito me había lastimado el labio. Abrí la boca para insultarlo y el idiota ahora sí me besó. Tenía sujetas mis muñecas para no dejarme golpearlo. Luego de lo que pareció una eternidad por fin dejó de atacar mis labios. ──Hasta mañana, galletita ──sonrió como siempre. Cerró la puerta cuando salió y me volvió a dejar con mil dudas. ──¡Maldito puberto, bipolar y enano! Esta me las pagas ¡ACHU!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD