Desrecházame

Punto de vista de Kaya —¿Solo sexo y nada más? ¿Qué quieres decir con eso? No podía creer lo que oía. ¿Acaso guardé mi virginidad para mi pareja en vano? Qué patético. Miré a mi pareja mientras se abotonaba la camisa, su semblante carente de emociones. Ni siquiera se molestó en mirarme. Sabía que era un mujeriego, pero su declaración estaba más allá de mi comprensión. ¿Por qué estaba rechazando un vínculo sagrado? Nosotros, los lobos, literalmente adorábamos el vínculo. Era nuestro destino, pero había veces en que algunos de nosotros éramos rechazados. —Me oíste —dijo sin mirarme. ¿Era yo tan insignificante para él? Pero éramos parejas del alma, y tuvimos el sexo más excepcional la noche anterior. ¿Eso no significaba nada para él? —Eres solo otro acostón. Así que adiós. Se encogió de hombros, dándome una mirada despreocupada. Oh, finalmente me miró, ¡pero qué demonios! Mi boca se abrió. ¿Un acostón? ¿Eso era todo? —No me mires así. Sabes quién soy. No estoy listo para comprometerme —dijo, con una sonrisa astuta en los labios—. Lo sabes. Me estremecí. Por supuesto, lo sabía. Acostarse con otras no era un problema para Theo. Bueno, él era el alfa, pero maldición. Pensé que se asentaría después de encontrar a su pareja del alma. Simplemente no esperaba que el destino nos emparejara juntos. Quizás si supiera mi verdadera identidad, me aceptaría como su Luna, pero mi manada fue aniquilada. El padre de Theo, Bryce, me encontró en el bosque y me dio refugio hace ocho años. Después de eso, trabajé como omega en Black Woods. Aunque no tuve el privilegio del entrenamiento habitual para un hombre lobo de alto rango, estaba agradecida de que me diera refugio. —No eres tan especial, sabes —dijo cuando no respondí. De acuerdo, eso dolió un poco. Sabía que era el lobo menos significativo en Black Woods, pero escucharle decir eso de alguna manera perforó mi corazón. Supongo que debería haberlo visto venir. Él era un mujeriego, después de todo. —¡Bien! Ya que no soy especial, creo que deberíamos ir por nuestro propio camino. ¿Por qué necesitamos estar atrapados por un vínculo estúpido? Estaba luchando contra las lágrimas de ira mientras forzaba las palabras a salir de mi boca. Tuve suerte de que mi loba aún no hubiera salido a la superficie. De lo contrario, ella habría protestado contra eso. Conocer a mi pareja del alma era un sueño, pero no era tan tonta como para amarlo ciegamente. Si no me quería cuando estaba en mi peor momento, no merece conocer mi verdadera identidad. Creí ver algo parpadear en sus ojos. ¿Fue un cambio de color? ¿Su lobo estaba luchando contra él? Bueno, estaría condenada si él también pensaba que era inútil. Quizás él le haría entrar en razón a la cabeza dura de Theo. Oh, cómo deseaba que él rechazara mi sugerencia y me declarara su Luna. Me aferré a un atisbo de esperanza de que él reconocería su error. Pero, ay, mi corazón se desplomó cuando asintió. —Tienes razón. Deberíamos terminar esto ahora mismo. Un nudo apretó mi garganta. Realmente estaba sucediendo. —Yo, Theo Smith, alfa de Black Woods, te rechazo, Kaya, como mi compañera y luna. Esas palabras parecían veneno en mis oídos. Un dolor repentino y ardiente atravesó mi corazón. No pude evitar gemir y agarrar las sábanas con el puño, un rápido jadeo llenó mis pulmones mientras luchaba por contener el dolor. ¡Demonios! Eso se sintió como el m*****o infierno. Y pensé que ver a mi familia ser asesinada sería lo peor de todo. Aspiré una bocanada de aire y conté en silencio. 1…2…3… Negándome a mostrar cualquier signo de desesperación, mantuve la cabeza en alto. El dolor aún persistía en mi pecho, pero sabía que podía sobrevivir a esto. Si fui lo suficientemente fuerte para presenciar el g*******o de mi manada y salvarme de los enemigos a los diez años, era lo suficientemente fuerte para soportar a este idiota. —Bien —jadeé. Mi voz era un susurro entrecortado. Sonaba más débil de lo que quería, así que inhalé con cuidado y hablé de nuevo, esta vez más fuerte—. Yo, Kaya Robinson, acepto tu rechazo. Me estremecí mientras esperaba que el dolor insoportable en mi pecho disminuyera. No sabía cuánto tiempo tomó. Parecía durar una eternidad. Para cuando terminó, estaba empapada en sudor. Eché un vistazo a mi cuerpo para ver si algo había cambiado. Aunque seguía siendo la misma persona, me sentía perdida en la vida. Sin embargo, no permitiría que esto me agobiara, y no permanecería donde no era deseada. Cuando recuperé el aliento, miré a Theo, quien me estaba mirando con la boca abierta como si no pudiera creerlo. Levanté una ceja. Parece que él también había pasado por su cuota de miseria. En fin, ya se acabó. Afortunadamente, no desarrollé afecto por este mujeriego durante mi tiempo en la casa de la manada. —Espera, ¿Robinson? ¿Eres una Robinson? ¿Eres la hija del Alfa Benedict Robinson? Hice una mueca. —¿Por qué te importa? —¿Lo eres? Nunca mencionaste... —¡Eso es porque no lo soy! —mentí, estremeciéndome internamente. Odiaba mentir, pero no estaba interesada en contarle sobre mi pasado. No después de lo que dijo. Lo miré con el ceño fruncido. —¿Cuál es el punto de esta conversación? Mi manada fue masacrada. Mi familia se ha ido, y yo no soy nadie. Además, todo ha terminado entre nosotros. Ahora déjame sola. Quiero vestirme. Cerró la boca y me miró por un momento. Todavía estaba desnuda debajo de las sábanas, y ya no tenía interés en exponer mi cuerpo ante él. ¿No me quería, verdad? Puse los ojos en blanco. ¿Por qué el raro seguía aquí? ¿No tenía cosas mejores que hacer? —¿Eh, qué tal? Era virgen hasta anoche. Eso debería ser suficiente para convencerte de que no quería atención innecesaria. No tengo el menor interés en estar desnuda frente a ti ahora mismo. ¡Así que lárgate! Para mi sorpresa, mi voz resonó en la habitación, y él pareció salir de un trance. Frunció el ceño, pero para mi alivio, salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él. Fruncí el ceño. ¡Qué caballero! En realidad, cerró la puerta por mí. Maldito idiota. No lo necesitaba a mi lado. Estaba bien por mi cuenta. Él era un mujeriego, y estar con él solo rompería mi corazón. Me levanté de la cama y recogí mi camiseta y jeans del suelo. Mis prendas interiores no estaban a la vista, pero no me importaba buscarlas. Solo necesitaba vestirme y salir de su destrozada habitación. Me puse la ropa y salí apresuradamente de los aposentos del alfa. Usualmente, correría hacia la cocina para comenzar el desayuno, pero hoy simplemente no quería. Mi objetivo era salir de la casa de la manada por la puerta trasera y correr hacia el bosque sin ser detectada. A nadie le importaría que me hubiera ido. El resto de los omegas se encargarían de las tareas, y Theo no notaría que me había ido. Eso era justo lo que necesitaba. Desaparecer. Corrí más adentro del bosque hasta que llegué al pequeño arroyo que serpenteaba a través del bosque. En mi tiempo libre, solía pasar mucho tiempo mirando su agua cristalina. Solía encontrar terapéutica la tranquilidad del bosque y el agua fluyendo por el arroyo, pero no esta vez. Ni siquiera la naturaleza intacta me daba consuelo. Estaba sola en la vida. Sin familia, sin pareja, sin amigos. ¿Pasaría toda mi vida en soledad? Cómo desearía que mi manada hubiera sobrevivido. Habría sido bienvenida entre ellos. Expresé el peso en mi corazón con lágrimas saladas mientras lentamente me hundía de rodillas. Nadie me quería. Ni siquiera mi pareja. Un malestar desconocido gradualmente envolvió todo mi ser, pero lo culpé a mi agitación emocional. —¿Transformación? —Una voz ronca me sobresaltó. —¿Eh? Mis sollozos cesaron instantáneamente mientras miraba a mi alrededor. ¿Alguien me estaba viendo llorar? ¡Qué vergonzoso! —Dije, ¡transfórmate! La voz habló de nuevo, y esta vez me di cuenta de que la voz venía de dentro de mi cabeza. Mis ojos se abrieron como platos. ¿Era esa mi loba?