Capítulo 1

1330 Words
En esta vida es un honor nacer como Alfa En esta vida esta bien nacer como beta. Pero… Es un deshonor nacer como omega. La supremacía se la lleva el alfa, quien es el que encabeza la pirámide del subgénero. El alfa esparce dominio por sobre cualquiera, ya sea beta u omega. Este subgénero abarca un 2% de la población mundial. El siguiente en la rama son los betas. Un subgénero caracterizado como normal, ejerce dominio sobre cualquier omega existente. Este subgénero es el más común y abarca el 95% de la población mundial. Y el último es el omega. Los omegas son débiles, en fuerza, en carácter. Un omega es incapaz de ejercer dominancia. Este está catalogado como el peor subgénero existente y solo sirve para procrear. El subgénero omega abarca un 3% de la población mundial. Un subgénero aparece en el momento del nacimiento. Así que desde el nacimiento tu destino está trazado. Un hombre que nace en una familia pobre se las ve difíciles para sobrevivir, pero un omega que nace en una familia pobre lleva dos veces más la carga de su vida. Alexi nació en uno de los lugares más olvidados del país. Para él, el haber nacido en ese lugar ya era una gran carga, pero el conocer su segundo género, le pesaba con cada día que pasaba. A sus quince años fue vendido a un burdel de omegas. Después de laborar ahí por cinco años, fue comprado por un hombre de la mafia. Después de ser comprado por ese hombre, su vida se tornó un tanto diferente. Las labores sexuales disminuyeron, los insultos, los maltratos. Todo fue en descenso. El hombre que lo había comprado era un hombre alfa, líder de la red delictiva más peligrosa del país. Alexi se convirtió en su prostituta personal y en poco tiempo el chico comenzó a tener sentimientos románticos por él. Tal vez había sido el aroma de sus feromonas, tal vez su físico atractivo, tal vez los regalos que recibía de él, o simplemente fue el trato que recibía. Un trato diferente al que había recibido desde que era un niño, el mejor trato que le habían dado en toda su vida. —Me gustas, Alexi— escuchó hablar a aquel Alfa. —Quiero que te conviertas en mi único omega por el resto de la vida— el hombre dio una sonrisa. —Yo…— el omega guardó silencio por pocos segundos —También me gusta, señor David— su rostro comenzó a sonrojarse y dio una sonrisa. Después de escuchar la confesión del omega, el alfa lo tomó de la cintura y lo abrazó fuertemente, lo levantó del suelo y besó sus labios apasionadamente. Ese era el momento más hermoso para Alexi. La mejor y mayor felicidad que había sentido desde que era niño. —Para celebrar esto, iremos al Gurú a cenar— dijo el alfa emocionado —Llamaremos a los aliados para darles la noticia. Te presentaré formalmente como mi futuro espeso y padre de mis hijos. —Si— Alexi sonrió. La felicidad lo desbordaba. En ese momento no había nada que le hiciera perder la felicidad. —Ven— el alfa tomó la mano del omega y volvió con él dentro de la casa. Después lo llevó a la habitación y comenzó a sacar la ropa del armario para escoger el mejor atuendo que hiciera honor a la ocasión. Después de un par de minutos el alfa eligió el atuendo correcto. Alexi se lo puso y el alfa lo halagó. Después el alfa fue a vestirse también y cuando ambos estuvieron listos, tomaron rumbo al lujoso restaurante. Al llegar al restaurante, Alexi fue ayudado a bajar del auto por el alfa. El chico dio una sonrisa y tomó la mano de su futuro esposo, para entrar juntos y robar la atención de cualquiera que los mirara. Los aliados del alfa ya se encontraban en el lugar, así que ellos dos fueron a reunirse con los otros. —Amigo mío— el alfa extendió sus manos cuando vio a sus aliados. El hombre que se encontraba de pie lo saludó dando un abrazo —Déjenme presentarle al nuevo integrante de la familia, Alexi— dijo el alfa una vez se soltó del otro hombre. —Este omega es una belleza— el hombre miró al alfa —Hiciste una muy buena elección, David. —Lo se, lo se— el alfa se enalteció —mi omega es espectacular— miró a Alexi y dio una sonrisa. Los tres se sentaron a la mesa y pidieron su cena, después sólo conversaron tranquilamente por el resto de la noche. Muchos dicen que la felicidad dura para siempre, pero para un hombre como Alexi, la felicidad va y viene. Nunca se sabe cuando eso termina, la obtienes por un momento y al otro, se esfuma. Los hombres armados comenzaron a entrar al lugar. El grupo enemigo de la organización del alfa irrumpió la noche amena. Cuando los hombres se encontraron todos dentro, el tiroteó comenzó, La lluvia de balas no permitió que nadie se salvara. Una bala perdida se estampó en el hombre que estaba sentado frente al alfa, eso lo alarmó y sacó su arma, pero fue inútil. No podría hacerle frente a tal atrocidad. Las balas se estampaban en todo lo que se interpusiera en su camino, el alfa recibió la primera en su abdomen. Ya que se encontraba de pie, cayó al suelo. Alexi trató de acudir a él, pero una bala también se estampó en su cuerpo y este cayó un poco lejos del alfa. —¡Alex…!— el alfa susurró con dificultad. Mientras que se acercaba lento a donde Alexi había caído. Alexi giró su vista al alfa y dio una sonrisa —Todo estará bien— confió en que si —No hagas esfuerzos— pidió, pero el alfa solo trataba de llegar a donde su amado se encontraba. —¿Creíste que podrías entrar al territorio de los Yuls?— preguntó uno de los hombres armados poniendo uno de sus pies sobre la herida del alfa —Debo decirte que no hay forma de hacer tal cosa— dijo y tomó el arma del alfa. Después la puso en su cabeza y disparo sin titubear. Alexi derramó lágrimas, su amado alfa había sido asesinado cruelmente. —¡No!— quizo gritar, pero la voz se le esfumó. Los hombres armados se marcharon del lugar cuando terminaron con su misión. Después las ambulancias comenzaron a llegar al lugar. —Aquí hay uno que aún tiene pulso— dijo uno de los paramédicos cuando llegó a donde Alexi se encontraba Ellos lo auxiliaron, pero la bala había dañado gravemente sus órganos, sería un milagro si el lograra sobrevivir, pero Alexi ya no creía en los milagros. Su pulso se debilitaba, poco a poco moría. Eso estaría bien. Su sufrimiento acabaría. Iría con su amado. Y en un segundo, su último aliento salió de él. Su muerte había llegado por fin. La luz blanca apareció frente a sus ojos. Lo que debía hacer era correr hacia ella y todo terminaría. —¡ALTO!— alguien lo detuvo —No mereces ir ahí— dijo. Alexi trató de girarse, pero no pudo hacerlo. —¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo? —Tu vida fue un asco en ese mundo— dijo aquella voz —Voy a obsequiarte una segunda oportunidad. Un nuevo inicio, uno mejor— dijo y en seguida sintió un empujón y abrió nuevamente los ojos. ¿Que había sido eso? ¿Un sueño? No Un sueño no se sentía así de real. Trato de levantarse, pero no pudo. Se encontraba recostado sobre una cuna. Sus manos habían encogido. Su voz sonaba como la de un bebé. Todo lo de la habitación era irreconocible. ¿Que sucedía? —El pequeño príncipe despertó— una niña de rizos rubios se acercó a donde él se encontraba.
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