Una despampanante mujer ingresó a la mansión al día siguiente.
Su corte de cabello varonil era de un tono rubio y sus ojos verdosos eran cubiertos por unas elegantes gafas de sol. Era una mujer mayor, de al menos cincuenta años, no había llegado sola, sino acompañada de tres mujeres más jóvenes que ella. Cuando ingresaron en la mansión observaron con fascinación la elegante decoración. Las tres mujeres se encontraban tomando la merienda en la terraza porque ninguno de los tres hombres se encontraba en la casa.
—Mi señora, ha llegado una visita de Florencia.
—¿Florencia?
—Si—dijo la mucama—¿Les permito pasar?
Leisel se lo pensó un poco y luego miró a Ludmila esperando su apoyo para la decisión, ambas mujeres asintieron dado que Fiore no conoce Florencia como para tener un conocido de a
