Leisel miraba su comida sin ánimos, no tenía ganas de probar bocado, miraba a Fiore con Leonard lanzarse miradas culposas y lascivas que ella entendía de manera casi instantánea y qué decir de su hermano, parecía que el plato de carne que tenía enfrente lo estaba canalizando y lo confundía con la mujer que tenía enfrente, Ludmila. Para terminar de arruinar su comida, Luca, quien parecía ser el único que podría hacerle compañía a la de comer el plato bromeaba de manera directa con su situación enfadándola a un más. —Pero quita esa cara Leisel, a menos que quieras que la carne salga corriendo del plato—se burló haciendo que la alemana le dedicara una mirada cargada de enfado, no estaba de humor para ninguna broma al respecto. —No tengo apetito. —Leisel—dijo Ludmila—, deberías de calmarte,

