Leonard observaba su teléfono hecho pedazos, no encendía y ahora tenía que ir a comprar uno nuevo. Maldijo toda la mañana sabiendo que lo que más le molestaba a Lucían era que sus hermanos no respondieran el teléfono, pero teniendo a la seguridad cuidado el edificio era seguro que ya se hubiera comunicado con alguno de los guardaespaldas para saber la ubicación de su hermano menor. Observó la fecha con pesar, hoy era su cumpleaños, pero no tenía la más mínima gana de festejarlo. Recordó que Luca había dicho que Lucían estaría en Palermo el día de hoy, pero pensó en que tal vez Luca le había comunicado su pensar al respecto y había decido no hacer el viaje. Se acercó al minibar de la sala de su espacioso y lujoso departamento y llenó una copa de vino al tope para luego beberla de golpe. I

