POV ELIZABETH
La mañana siguiente fue un caos. Desde el momento en que crucé las puertas de Blackwell Innovations, las miradas me seguían como sombras afiladas. Algunos empleados desviaban la vista cuando pasaba, otros murmuraban con las cabezas juntas. No necesitaba preguntar para saber de qué hablaban.
El escándalo del beso filtrado entre Adam y yo estaba en cada rincón de la empresa, un secreto susurrado con morboso interés. Pero yo no era una mujer que se quebrara ante la presión. Entré en mi oficina con la cabeza en alto, cerré la puerta y me desplomé en la silla con un suspiro exasperado.
No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera de golpe y Adam entrara con el ceño fruncido y una mirada oscura clavada en mí. No dijo nada al principio, solo cerró la puerta con fuerza y
