POV JESSIE
Habia besado los labios de otros hombres, ningunos fueron tan deliciosos e increíbles como los de Alexander. Sus besos son exquisitos, encendieron en mi una sensación extraña, cuando colocó sus manos en mi cintura para quitar la distancia entre los dos mi respiración se aceleró.
¿En qué lío me he metido? casarme con un hombre tan atractivo no ha sido buena opción. Mis pensamientos me traicionaron, como pude confesarle que me parece guapo.
Me llenó de rabia escucharlo decir que no soy su tipo y que prefiere a la rubia de mi hermanastra, ¿Acaso serán celos los que sentí? iQué locura!.
Nadie había logrado hacerme sentir nerviosa, su presencia me altera, tenerlo tan cerca me hace sudar; él quiere ponerme a prueba no se lo permitiré.
Era mi turno de jugar por unos minutos, quité mi ropa frente a sus ojos, a través del espejo observaba como no quitaba su miraba en mi.
Teníamos que regresar una vez más a la reunión, ahora he cambiado de vestido, algo más cómodo, pensé en él al elegir el siguiente outfit que usaría.
Un vestido blanco muy adherido a mi piel, con solo una manga que cruzaba en mi hombro, el escote medio se miraba elegante y sexy; tenía un largo a la altura de la rodilla, en una pierna una abertura profunda que subía hasta el muslo.
Regresé y nuevamente llamé la atención de todos los presentes, sigilosamente busque a mi falso esposo, no le visualice en ninguna parte del salón.
- Te ves hermosa Jessie. - ¿Louis?... un viejo amigo que no veía desde hace tiempo, se había ido a estudiar a otro país.
- ¿Estás de regreso?. - Le di un afectuoso abrazo, siempre estuve enamorada de él.
- Pensé que a mí regreso tu ibas a estar... - Una voz detrás de mi nos interrumpió.
- iCasada!... exactamente. Ella ahora está casada conmigo. - Alexander llegó a interrumpir.
- Lo sé, de hecho toda la ciudad ahora lo sabe. - Louis siempre ha sido un caballero.
- Te vez hermosa mi amor. - Alexander besó mi hombro, me abrazó por la espalda y me susurró en el oído "te miras hermosa", logró erizar mi piel.
- Louis te presento a mi esposo Alexander Spencer. - Para romper la tensión de la plática y quitarme las manos de Alexander de mi cambie la conversación.
- Mucho gusto Alexander, yo soy Louis Brown, ex novio de Jessie. - Esto está subiendo de temperatura.
- Bueno será mejor que nos despidamos, un vuelo nos está esperando. - Llevé conmigo a Alexander antes de que Louis cometiera una estupidez, a mí regreso hablaré con él.
- iPuedes dejar de jalarme!. - Alexander se quejaba.
- Lo siento. - Lo solté cuando estábamos lejos de todos.
- ¿Puedes explicarme quién es ese tal Louis? pides respeto y tú andas por allí coqueteando con cualquiera. - Esto se está saliendo de control.
- Para empezar Alexander no tengo porqué darte explicaciones sobre mi vida, recuerda y no olvides que esto es sólo una farsa. - Le grité fuerte.
- Tenemos que dejar claro ésto, yo no seré el títere de ti ni de nadie, acepte ésta locura pero eso no quiere decir que voy a ser tu juguete. - Ahora él también gritaba.
- ¿Y que propones?. No eres mi dueño, por supuesto que no te daré explicaciones sobre lo que haga con mis días, tampoco quieras ocupar un lugar que no te corresponde en mi vida. - Ambos estábamos alterados.
- ¿Quieres que respete está basura de matrimonio? entonces también hazlo tu. ¿Quieres que esto sea lo más parecido a algo real? entonces pon de tu parte. - Hasta enojado se mira guapísimo.
- No estás en la posición para establecer reglas, al menos no a mi Alex. - Lo llamé con confianza, eso no es lo que quería.
- ¿Vez que fácil es? ya comienzas a seder, me agrada que me nombres con más cariño, Alex me parece perfecto. - Subió al jet de la familia dejándome furiosa por burlarse de mi.
Este hombre hará que pierda los estribos, es un sínico... tengo que ponerle un alto.
- ¿Pero que es lo que te estás creyendo?. - Lo alcancé rápidamente, ya se encontraba muy cómodo con dos copas llenas de vino en la mano.
- Tu esposo ni más ni menos... Bebe esto, necesitas relajarte, tan linda y tan neurótica. - Quiero golpearlo. Le quité la copa, bebí de un sorbo.
- Ahora te sientas ahí. - Le señale el sofá, se sorprendió al verme tan enojada y sería.
- Las cosas aquí se hacen a mi manera, tú no eres nadie para venir a cambiar mi vida, si me casé contigo ha sido obligada por las circunstancias, sin embargo eso no te da el derecho para creerte mi dueño, no puedes llegar e intervenir como lo hiciste con Louis, tampoco puedes tomarte atribuciones que no te corresponden ¿Entendido?. - Creo que me pasé con mis palabras.
- ¿Siempre es tu costumbre humillar y dar órdenes? esto para mí ha sido una pesadilla, arruinaron mi vida al forzarme a casarme contigo, yo tenía planes y sueños y ahora... ahora ya no seré más que la sombra de ti. - No sabía que responderle ¿A qué se refiere con que lo forzaron?.
- ¿Si no has estado de acuerdo con este matrimonio, por qué lo aceptaste?. - llené nuevamente las copas de vino.
- Por supuesto que no estoy de acuerdo... aunque no tuve más opciones esposa mía. - Ambos nos sentamos en el sofá.
- ¿Fué más fácil decir que si a huir de todo esto?. - No puedo confiar en un Spencer, según las referencias que me dió mi investigador privado, sus padres son unos arribistas.
- Sé que dudas de mi, y no sé de qué manera puedo demostrarte lo contrario. - Sus palabras se escuchan sinceras.
- Perdón por lo que diré... tus padres no tienen buenas referencias. - Bebí un gran sorbo a mi copa, cualquiera se molestaría si le hablan mal de sus padres.
- ¿Qué tanto sabes de mi? ¿Qué es lo que esperas al casarte conmigo? somos adultos puedes ser sincera, adelante te escucho... - Ahora ha sido Alex quien rellenó nuestras copas de más vino.
- Sé lo necesario, tus padres tienen fama de ser ambiciosos, tú eres el hijo mayor de tres hermanos. Casarme contigo como te lo he dicho y como supongo que ya lo sabes fué por una absurda cláusula que mi madre colocó en el testamento. - Llevamos más de media botella de vino.
- ¿Por qué no renunciar? ¿Ha sido más fácil para ti contraer matrimonio con el chico más guapo y sexy de la ciudad?. - iQue tipo tan ególatra!.
- Afortunadamente no eres mi tipo... y no, jamás dejaría que el ex marido de mi madre me quitará lo que con tanto esfuerzo mis padres construyeron, Connie y su padre son unos malvados. - Mis ojos se cristalizaron.
- iOh lo siento! no era mi intención lograr que te pusieras así. - Una copa más.
Llegamos al lugar donde pasaríamos la supuesta luna de miel, Lucerna un lindo lugar en Suiza, las calles aquí son empedradas, la vista maravillosa al río Reuss y las montañas del lado contrario son el paraíso perfecto para cualquier pareja de recién casados, lástima que no es nuestro caso.
Este es mi lugar favorito de las tantas ciudades que he visitado, una linda casa pequeña y acogedora que fué construida por mi padre es el lugar que nos espera.
Una semana pasaremos aquí... será difícil convivir con un extraño, estoy tan acostumbrada a mi soledad, a tener un espacio solo para mí. ¿Hay mamá como pudiste hacerme esto? ¿Que ganabas al obligarme a llegar a éstos extremos?.
- ¿Tambien hablas sola?. Fui a la cava de la casa para buscar algo más que beber, Alexander llegó unos minutos después por mi.
- Algunas veces hablo con mi consciencia. - Reímos juntos.
- ¿Está bien si te digo Jess? digo, si quieres algo más creíble comencemos por algo simple, los nombres con cariño. - Levantó sus brazos resignado.
- Si no hay de otra, supongo que si. - Ahora le di un whisky.
- No suelo beber tanto. - Me respondió.
- Yo tampoco. - Le sonreí.
- ¿Sabes bailar?. - Me sorprendió su pregunta.
- No... temo decirte que tu esposa tiene dos pies izquierdos. - Le sonreía tan coqueta.
- Ven yo te enseño. - Tomo mi mano, nos levantamos en el centro de la casa, musica ligera, algo tipo vals sonó en todo el lugar.
Me dejé llevar por el ritmo lento. El olor en su pecho es exquisito, su musculatura es genial, él es atractivo, mucho.
- Supongo que te lo dicen con frecuencia... iEres hermosa!. - Con sus manos sujetó mi rostro y comenzó a besarme.
Me sostuvo en sus brazos, mi nivel de embriagues no me permitió rechazarlo, me dejé llevar a la habitación sin poner resistencia...