bc

Mi loca chica V

book_age18+
372
FOLLOW
3.4K
READ
love-triangle
contract marriage
family
HE
badboy
drama
sweet
kicking
city
office/work place
like
intro-logo
Blurb

Victoria Miller es una joven hermosa que ha estado enamorada en secreto de Martín, el hermano mayor de su mejor amiga Rocío, desde que era una niña. Sin embargo, Martín siempre la ha visto solo como una hermana menor. Tras ser enviada a estudiar lejos por su tío, Vicky regresa años después convertida en una mujer deslumbrante. Su belleza, tan transformadora, no pasa desapercibida para Martín, quien comienza a obsesionarse con ella. Pero, mientras Martín lucha con sus nuevos sentimientos hacia Vicky, ella conoce a David, un hombre encantador que resulta ser primo de Martín. Atrapada entre su amor no correspondido por Martín y su creciente atracción por David, Vicky se verá inmersa en una encrucijada emocional que pondrá a prueba sus sentimientos y su destino. ¿Será capaz de encontrar el amor verdadero, o caerá en las trampas de una obsesión peligrosa?

chap-preview
Free preview
El inicio
Mi nombre es Victoria Miller. Mis padres murieron cuando yo tenía diez años, y desde ese momento quedé a cargo de mi tío Eduardo. Él es un empresario muy importante, el único hermano de mi padre. Siempre ha sido un hombre estricto, de pocas palabras y aún menos demostraciones de cariño. Sin embargo, en el fondo sé que me quiere, aunque su forma de expresarlo sea fría y distante. Eduardo viaja constantemente, inmerso en sus negocios, así que rara vez está en casa. Quien realmente me ha criado es mi nana Lidia, la única persona que me ha dado amor incondicional y ha estado a mi lado en cada momento importante de mi vida. Ahora mismo, estoy sentada frente a mi tío en su despacho, una habitación amplia y elegante con muebles de madera oscura y ventanales que dejan entrar la luz del atardecer. Él revisa unos documentos mientras yo intento armarme de valor para hablar. Sé que no le gustará lo que tengo que decir, pero no pienso callarme. —He estado pensando en mi futuro —digo finalmente, con un nudo en la garganta. Eduardo deja los papeles a un lado y me observa con una expresión impasible. —Bien. Me alegra escuchar eso. Quiero que estudies Administración de Empresas. Lo dice con tal seguridad que por un momento dudo si realmente tengo opción de negarme. Pero no puedo ceder. Respiro hondo antes de responder. —En realidad, yo quiero ser bailarina, como mamá. Un silencio denso se instala entre nosotros. Luego, Eduardo suelta una risa seca, sin una pizca de calidez. —¿Bailarina? —repite con incredulidad—. No seas ridícula, Victoria. Eso no es una profesión, es un pasatiempo. Siento que la sangre me hierve, pero me obligo a mantener la calma. —Para mamá no lo era —respondo en voz baja, pero con firmeza—. Ella amaba la danza, y yo también. Eduardo se inclina hacia adelante, apoyando los codos sobre el escritorio. Su mirada se endurece. —Tu madre vivía en un mundo de fantasía, y mira lo que le dejó. Nada. En cambio, tú tienes una empresa que administrar, una herencia que proteger. No puedes desperdiciar tu vida en sueños inútiles. Sus palabras me golpean como una bofetada. Aprieto los puños sobre mi regazo y trago el nudo que amenaza con ahogar mi voz. —No creo que lo que mamá hacía fuera un desperdicio. Y tampoco creo que seguir mis sueños sea inútil —susurro, conteniendo las lágrimas. Eduardo suspira, visiblemente molesto. —No voy a discutir esto, Victoria. Haz lo que se espera de ti. Me levanto de la silla con la cabeza en alto, aunque por dentro siento que me desmorono. —Entonces tendré que hacer lo que yo espero de mí —murmuro antes de salir de la oficina, cerrando la puerta tras de mí. Mi corazón late con fuerza. Sé que no será fácil, que mi tío no me apoyará, pero hay algo que tengo claro: no voy a renunciar a mi sueño. Me dirigí al chófer, limpiando rápidamente mis lágrimas, y le pedí que me llevara a la casa de Rocío, mi mejor amiga del colegio. Rocío siempre había sido un refugio para mí, el lugar donde podía dejar de ser la sobrina del hombre serio y controlador que era mi tío. Sabía que en su casa encontraría paz, aunque fuera solo por un rato. El trayecto no tardó mucho, y en cuanto llegamos, el chófer me dejó frente a la pequeña casa de Rocío. Me sentí aliviada al ver las luces encendidas detrás de la ventana, como si me dieran la bienvenida. Rocío me vio desde la puerta antes de que pudiera siquiera tocar el timbre. Su cabello oscuro y corto enmarcaba su rostro, y sus ojos cafés siempre reflejaban la calidez que yo tanto necesitaba en momentos como este. Llevaba un vestido sencillo, pero su sonrisa era todo lo que importaba en ese momento. Me abrió la puerta de par en par y, sin decir palabra, me abrazó con fuerza. —¿Qué ocurre, Vicky? —preguntó, apartando un mechón de mi cabello con ternura. Rocío no solo era mi amiga desde los cinco años, sino que también era mi compañera de vida. Ella había sido becada en el colegio, siempre con una ética de trabajo admirable y una determinación que yo envidiaba. A pesar de nuestras diferencias sociales, ella nunca me hizo sentir menos. Siempre fue la amiga que me entendía sin necesidad de explicaciones. Le dejé caer el peso de mis emociones en su abrazo, el consuelo de su presencia era todo lo que necesitaba. —Mi tío quiere que estudie Administración de Empresas —le expliqué, mi voz quebrándose mientras las palabras salían atropelladas—. No entiende que yo quiero ser bailarina, como mi mamá. Rocío me miró fijamente, procesando la información, y entonces, sin decir una palabra más, me tomó de la mano y me condujo hacia el sofá de su sala, donde nos sentamos en silencio por un momento. —Vicky, tienes todo el derecho de seguir tus sueños —dijo finalmente, su voz suave pero firme—. No dejes que nadie te diga lo contrario. Estábamos a punto de entrar en la sencilla casa de Rocío cuando, de repente, me di cuenta de que alguien más había llegado. Un hombre de cabello castaño claro y ojos verdes claros se acercaba, caminando con paso tranquilo. Lo reconocí al instante: era Martín, el hermano mayor de Rocío. Me llevaba seis años, pero siempre había sido protector conmigo, casi como un hermano mayor también. Me detuve un momento, observando cómo se acercaba. —¿Qué te pasa? —me preguntó, su voz suave y llena de preocupación. No pude evitarlo. En un impulso, dejé que mis emociones tomaran el control y, sin decir una palabra, me dejé caer en sus brazos. Sentí su calor envolviéndome, su fragancia a madera y algo que solo él tenía, algo familiar. Inhalé profundamente, cerrando los ojos, como si su cercanía pudiera hacer desaparecer todo el dolor que sentía. Martín me sostuvo con ternura, sus manos firmes y protectoras sobre mi espalda. —¿Qué ocurrió, Vicky? —susurró, acariciándome el cabello de manera reconfortante. El simple gesto de su abrazo, tan lleno de calma, me hizo sentir segura por primera vez en todo el día. No necesitaba decirle nada, su presencia lo decía todo. —Como siempre, su tío... —dijo Rocío, con un tono de frustración que reflejaba la impotencia que, probablemente, también ella sentía al ver lo que sucedía con mi vida. —Ya paso, princesa.— Él acaricia mi cabello. No sé que haría sin ellos dos. Únicamente he recibido amor en su familia. Rocio es como mi hermana, su madre es como la mía y Martín, él es mi todo. Solamente ellos saben todo lo que he sufrido y lo que pasó con mis papás verdaderamente. Únicamente a ellos dos me he atrevido a confesarles la verdad.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.2K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook