Narra Alice:
¡Serían cuatro largos meses! La temporada de impuestos había comenzado y ya estaba empantanado con auditorías, impuestos de nómina e impuestos trimestrales. Estaba bien pasado el almuerzo y me estaba muriendo de hambre. Llamé a la tienda de delicatessen en la esquina y ordené que mi sándwich habitual me esperara hasta llegar a casa; que iba a llegar tarde Quince minutos después escucho a la recepcionista decirle que siga y regrese. Cuando Greg, el repartidor, entra a mi oficina con una bolsa de papel marrón, dice: "¿Almuerzo hoy, Sheri?" Me quito las gafas y lo miro de arriba abajo. ¡Estaba simplemente delicioso! Mirándolo allí de pie, un fuego arrasó mi cuerpo y lo quería.
Empujé mi silla hacia atrás y me aseguré de inclinarme para darle una buena mirada a mi escote. Cuand
