Tenía 13 años en ese entonces, las hormonas estaban que explotaban por el deseo de ver mujeres desnudas, robaba las revistas porno y me masturbaba, pensando en mis vecinas (las más sabrosas) y mis compañeras de escuela. Cierto día iba entrando al cuarto de mi tía Ana, yo no sabía que estaba vistiéndose, y al abrir su puerta ahí estaba ella, con su pantaleta negra que le marcaba de una manera deliciosa su v****a, y ese brassier con encaje n***o, ella me corrió de su habitación, pero a partir de ese día todo cambiaría, ella tenía 25 años, delgada, piel clara, senos chiquitos pero redonditos, piernas torneadas y unas nalgas bien paraditas. Desde ese día yo miraba a mi tía con deseo, se ponía sus pescadores y se marcaban sus tangas, usaba jeans ajustados y esas nalgas eran exquisitas, yo ya