Algo le estaba sucediendo. No estaba seguro de que. Un cambio en las preocupaciones. Una forma diferente de ver el mundo. Lo que importaba mucho un mes antes y no parece tener importancia. Ya no tenía que correr para conseguir lo que deseaba. Para encontrar placer y rápida satisfacción. Ella le estaba mostrando un lado de sí mismo que no sabía que existía. - Te traído unas flores –dijo tomándole una mano. - Las he visto –sonrió –justo antes de gritar y salir corriendo al cuarto de baño. - Deberías ponerlas en agua. - Sí –enlazo los dedos con los de él como hizo por las noches-. Ahora Él la soltó y ella se cree y se fue. La miro alejarse admirando la bonita forma de su espalda, el modo en que sus caderas se mecían graciosamente, la curva de su cintura. Al día siguiente, Alejandra se f

