- Qué alivio -dijo ella suspirando.
- ¿Qué? ¿Estabas preocupada? Una mirada al espejo debería haberte tranquilizado.
- No es por lo que veo cuando me miro al espejo.
Rafael le alzo la barbilla y la miro a los ojos intensamente. Pensé que iba a decirle algo, pero no fue así. Le acaricio un lateral del cuello con las yemas de los dedos, una caricia excitante, pero al mismo tiempo que la asustaba.
Ningún hombre la había tocado íntimamente en más de tres años. Y el último hombre que lo había hecho ... se estremeció al recordarlo.
Él noto el estremecimiento. Su expresión cambio, paso de la ternura a la determinación. Siguió con la caricia por el brazo hasta agarrarle la mano.
- Vamos-dijo él.
La llevo hasta la cama y la sentó junto a él en el borde. Ella le acaricio una mejilla con
