Emma vaya a donde vaya, este dónde está el siempre está. Siempre coincide con el en todos lados. El es un hombre dominante, sabe lo que quiere, un hombre de negocios y ella una chica con muchas cosas que ocultar. Pero siempre tiene alguien que la protege y cuida desde las sombras sin que ella lo sepa, tendrá que elegir al hombre que ama o al hombre que la ama.

Dos desconocidos que pasan una noche juntos Maximilian y Samantha, pensando que no habría consecuencia de ello, pero cuando se dan cuenta hay algo que los une a los dos. Samantha a perdido completamente la ganas de vivir, al igual que las esperanzas de llegar a conocer el amor verdadero, pero Max a llegado a su vida para cambiarla completamente, aún sabiendo que será todo un reto.

Dimitri es un hombre poderoso y multimillonario, dueño de un imperio levantado a base de ambición, frialdad y control absoluto. Acostumbrado a que todo y todos se dobleguen ante su voluntad, nunca imaginó que su vida cambiaría al verse obligado a comprar a Elizabeth, una mujer tan enigmática como irresistible. Elizabeth es hermosa, astuta y guarda un pasado tan oscuro que preferiría ver arder el mundo antes que revelar sus secretos. Entre ellos surge una atracción peligrosa, tan intensa como el miedo que ambos sienten de ser descubiertos. Forzados a casarse para evitar que ella escape, se verán atrapados en un juego donde el deseo, la desconfianza y los secretos más profundos se mezclan. Con cada verdad que sale a la luz, se tambalea todo lo que creían saber el uno del otro. ¿Podrá el amor sobrevivir cuando la máscara caiga por completo? ¿O descubrirán que hay heridas y pecados que ni siquiera el amor más fuerte puede redimir?

—Pase lo que pase no puedes enamorarte de mi, solo será sexo—Dice el acercándose a mi y pegando mi cuerpo contra la pared, al escucharlo decir aquello no puedo evitar soltar una carcajada. —No tengo intenciones de enamorarme y mucho menos de ti Matt—Le digo sonriendo, el sonríe pegándose más contra mi hasta tenerme contra la pared, pasa sus manos por mi cuello, acercándose a mi para besarme. —Ya que todo está claro, entonces es momento que seas mía—Dice el levantándome contra él.

El es un hombre de palabra, todas sus promesas las cumple. Prometió no soltar su mano, pero también le prometió a alguien que la protegería, lo que no esperaba el es tener que cumplir con aquellas promesas tan rápido.

Ellos tenían un contrato, ambos sabían que no estaban casados por amor, estaban casados por negocios y placer. Tenían un pacto, su matrimonio duraría lo que durara la atracción entre ellos, ninguno podría enamorarse, porque el amor no estaba en los planes de ninguno, eran polos opuestos: El era un hombre de negocios, sabía bien lo que quería en la vida, inteligente, controlador, decidido. Ella pues ella era una chica desordenada, sin saber lo que quería exactamente en la vida, pero sobre todo descontrolada. Ella quería el control y el quería la venganza.