A sus 18 años, Laura ve cómo su vida cambia por completo al descubrir que está embarazada. Con sueños por cumplir y un futuro incierto, se enfrenta al rechazo de algunos, el silencio de otros y la enorme responsabilidad de decidir qué hacer con su vida. Mientras lucha por aceptar su nueva realidad, conoce a un joven con un pasado difícil pero un corazón sincero. Entre dudas, miedos y esperanzas, Laura aprende que el amor puede aparecer en los momentos más inesperados, y que a veces, las vueltas de la vida son el comienzo de algo hermoso

Sergio Alex pensaba que, después de tantas pérdidas, ya había aprendido a vivir con lo que quedaba. Madrid le había dado una nueva oportunidad: un trabajo estable, un hogar con sus dos hijos —Lucas e Iván. Pero cuando la vida empezaba a encontrar su ritmo, una noticia lo cambia todo: un bebé en camino. Lo que debería ser motivo de alegría se convierte en un espejo donde todos deben enfrentarse a sus miedos. Sergio teme no estar preparado para empezar otra vez; Estela duda si el amor basta para sostener una familia que aún no se asienta; y Lucas, con su mirada atenta, siente que el mundo que recién aprendía a aceptar vuelve a moverse bajo sus pies. Un bebé en camino es una historia sobre segundas oportunidades, sobre el vértigo de amar con lo que ya se tiene, y sobre la valentía de construir una nueva vida sin borrar las huellas del pasado. Porque a veces, el verdadero comienzo llega justo cuando uno creía que ya no quedaban más.

Adrián ha aprendido a sobrevivir solo. Desde niño, las calles son su único hogar: cartones, silencios y la indiferencia de una ciudad que no se detiene por nadie. No recuerda la última vez que alguien lo miró sin lástima. Hasta que un día, en la esquina de una cafetería, una chica lo ve de verdad. Clara es todo lo contrario: estudia, trabaja con su tío, sonríe aunque por dentro aún arrastre la sombra de una pérdida que no ha sabido cerrar. Tras la muerte de su madre, se refugió en el arte y en un pequeño jardín abandonado que considera mágico. Allí dibuja lo que no puede decir. Sus mundos no deberían cruzarse, pero lo hacen. Primero con una mirada. Luego con una conversación. Y después, con una promesa silenciosa: no dejar que el otro vuelva a caer. Cuando Clara encuentra a Adrián una noche de invierno, temblando de frío en un banco, decide llevarlo a su casa. Lo que empieza como un gesto de compasión se convierte poco a poco en algo más profundo: dos almas rotas que aprenden a confiar, a sanar y a descubrir que el amor puede nacer incluso en los lugares más rotos. Entre calles frías, dibujos, miedos y pequeños milagros cotidianos, “ La soledad tiene limites” cuenta una historia sobre segundas oportunidades, sobre lo difícil que es dejarse ayudar… y sobre lo hermoso que resulta, por fin, tener un lugar donde quedarse.