Han pasado tres años desde que Camille decidió irse de Seattle, dejando atrás todo lo que la atormentaba y la hacía sufrir con el único propósito de repararse a sí misma y alejarse de la persona que más daño le había hecho.Sorpresivamente todo parece marchar bien en su vida, todo es paz como algún día lo anheló, no hay más problemas, no obstante, por azares del destino ella tiene que regresar a enfrentar todo lo que implica su pasado y su mayor tormento; Alexander Rosselló o como ella solía llamarlo: El demonio. Camille cree que el tiempo ha logrado sanar todas las heridas de su corazón, su corazón se ha reparado por completo, pues ya no es la misma chica ingenua de diecinueve años que algún día se enamoró del socio de su padre e hizo hasta lo imposible para que él correspondiera sus sentimientos. Pero a veces hay heridas que a pesar de los años siguen sangrando, tormentos que te persiguen, oscuridad que te acecha y amores avasalladores que nunca se olvidan. Mucho menos cuando se trata de un demonio como Alexander, que su amor la sometió y la condenó a la oscuridad. Una oscuridad a la que ella no está dispuesta a hundirse. Los demonios regresan, el deseo, la atracción, la lujuria que los emanó, la sed de venganza de enemigos que están al acecho con ansias de atacar cuando menos se lo esperen. Camille y Alexander se quemaron en un fuego ardiente que los consumió por completo. Pero dónde hubo fuego, cenizas quedan.

¿Cómo algo malo y prohibido puede sentirse tan bien? Cuando la atracción es demasiada se vuelve insoportable llevándote a cruzar los límites que juraste preservar. Maia sufrirá y se quemará en el fuego de un Tormento Deseo cuando se encuentre con Derek. Un hombre que lo tiene todo para derretir a una mujer, un hombre que le hará replantearse todos sus límites, un hombre que corromperá cada rincón de su alma, un hombre que es capaz de satisfacer sus necesidades. Pero solo hay un defecto en él, un pequeño detalle que no puedo pasar por alto. Él está estrictamente prohibido, él no se puede tocar, él es el único hombre que Maia no puede desear....por la sencilla razón de que es el padre de su mejor amiga.

Solo basta una sola noche para que todo cambie y nada nunca más vuelva a ser igual. Una noche dos destinos se cruzan por casualidad y quedan ligados por un inofensivo error que más tarde les traerá consecuencias que nunca imaginaron. Ada es una mujer tan hermosa como testaruda, lo tiene todo para ser feliz, un hermoso hogar, un trabajo que ama, estabilidad y el mejor esposo que podría haber pedido, excepto lo que ella más desea; su mayor sueño y lo que ha empezado a crear una grieta en su matrimonio. Ryan, un hombre atormentado por su pasado y ahogado en la culpa por errores que no puede perdonarse. Lidia con un dolor inimaginable, ha perdido el rumbo y la motivación que lo impulsaba a seguir y justo cuando comenzaba a creer que la vida se había apiadado de él, todas sus esperanzas se derrumban cuando descubre que la mujer que desea es nada más y nada menos que la esposa de su hermano.¿Qué pasa cuando la persona detrás de tus fantasías es el hermano de tu esposo? ¿Qué sucede cuando la mujer que ha logrado traer un poco de color a tu vida es la esposa de tu hermano? Es el único hombre con el que no puede fantasear. Ella es la persona que ha vuelto a encender su deseo. Y en una noche que por azares del destino solo él parece recordar, se desatan las fantasías obscenas, todos los deseos oscuros y aquello que no se admite en voz alta.

Camille tenía diecisiete años cuando conoció al socio de su padre, el demonio de ojos verdes, de quien se enamoró a primera vista. Durante dos años, Camille idealiza falsas ilusiones y expectativas, imaginando que Alexander corresponderá a sus sentimientos pero todo cambia cuando ella le confiesa lo que siente y se emprende en nuevo camino dónde descubre por primera vez lo que es amar a una persona y no ser correspondida.