Lo primero que escuché fue su voz... -Un caramel macchiato. -¿Nombre? -Jimin. Sin quitar la vista de mi portátil, sentí como el extraño ocupaba mi misma mesa. Al levantar la vista, sentí como si entrara en una especie de onda supermasiva. Era tan... lindo. Tan agradable, tan... Tan dulce como un caramel macchiato.

¿Quién diría que mi nuevo vecino era tan... extraño? Cuando el extravagante Theo Yu se mudó a la casa no le di mucha importancia hasta que... ya no pude ignorarlo. Es que, ¡ese muchacho comenzaba a sacarme de mis casillas! ¡Demasiado ruidoso! ¡Demasiado desordenado! ¡Demasiado infantil! ¡Demasiado lin...! Sin embargo, cada vez que tenía uno de mis ataques de orden y responsabilidad el muchacho se limitaba a preguntarme, con una enorme sonrisa: -Oye, Cassie ¿Por qué tan seria?

La planta número cinco estaba casi llena; y digo casi porque desde que me había mudado al departamento el H había estado totalmente desocupado. Hasta ahora. Jeon Jungkook era mi nuevo vecino y, aunque había tratado de llevarme bien con él ya que compartiríamos edificio, me había resultado imposible. ¡¡¡Era el chico más arrogante, irritante y molesto que había conocido en mi vida!!! -¡Din Don! -exclamó la voz conocida detrás de mi puerta. ¿¡Por qué no simplemente tocaba el timbre y ya!?-. ¡Chico lindo al otro lado de la puerta! ¡Ábreme, anda!

Mi madre ha conseguido trabajo a tiempo completo gracias a la Presidenta Min, por lo que debemos mudarnos a su mansión en las afueras de la ciudad. Todo habría sido maravilloso si... Si el imbécil y egocéntrico Min Yoongi no estuviera allí. Por algún motivo me odia, me detesta, y plantea hacérmelo saber de cualquier forma. ¡Ese...! ¡ASHH! Pero, de repente, no sólo siento rechazo hacia ese muchacho. De repente... Hay algo más... Mierda. -Eh, imbécil!-exclamó Yoongi. -¿Imbécil? ¿Eso qué significa?-repliqué, irritada. El muchacho se limitó a reírse.