Samantha
Mi alarma sonó a las 8 de la mañana, así que me levanté y me di una ducha con agua tibia para relajarme totalmente.
Media hora después ya estaba lista. Me puse un vestido azul corto, un poco suelto en la parte de abajo y un cinturón n***o. Me puse unos tacones negros y listo.
Bajé a desayunar y prendí la televisión para ver que noticias había. Tomé un razón con cereales y me senté en mi sofá mientras una reportera hablaba en la televisión.
"Muy buenos días a todos, yo soy Lucrecia, y hoy les voy a compartir una información muy importante, que por cierto, nos ha sorprendido a todos."
La reportera comenzó a hablar y yo solo presté atención. Al parecer era importante.
"Ayer en la noche nuestros reporteros captaron al empresario Christian Smith cenando muy alegremente junto a una bella chica en uno de los restaurantes que suele asistir frecuentemente".
No, no y no. Esto tiene que ser una broma, yo lo único que quería era que todo esto se solucionara y ¿ahora me salen con esto?.
Que manera de empezar el día.
" Se los veía muy bien, como aquí podrán apreciar en las fotos".
Comenzaron a aparecer un montón de imágenes de nosotros dos, bajando de su auto, entrando al restaurante. También habían imágenes de nosotros conversando, de él comiendo su tonta langosta.
"¿Nueva pareja? ¿Se habrá enamorado finalmente nuestro sexy y deseado empresario? Lo dejamos a su criterio".
Definitivamente la mala suerte está conmigo.
¿Qué voy a hacer ahora? Mí rostro se logra ver claramente en las tontas fotos.
Apurada y enojada, tiré el tazón con cereales, tome las llaves del apartamento y mi cartera, y salí de allí.
Esto se tiene que terminar de una buena vez, si mi ex jefe es tan idiota y no le pone fin a esto, pues lo haré yo.
Manejé a toda velocidad, tuve que alquilar un auto mientras que el mío está en reparación, hasta la empresa de Christian, tenía ganas de golpearlo muy fuerte, sentía mi sangre hervir por dentro de mi. Realmente estaba muy enojada.
Esto se fue demasiado lejos y yo no puedo permitir que llegue a más.
Cuando llego a la empresa, bajo de mi auto y entro directamente a su oficina.
Cuando cruzo por la recepción, Lucía me observa de forma extraña.
Sigo mi camino hasta llegar a su oficina y golpeo la puerta con mis puños.
Del otro lado oigo un Adelante y entro. Allí sentado tranquilamente se encontraba mi adorado ex jefe, ¿cómo puede estar tan tranquilo después de las fotos que salieron en televisión?.
-Samantha, que sorpresa- dice sonriendo de lado.
-¿Sorpresa? La sorpresa me la llevé yo ésta mañana- le digo enojada y él se levanta de su silla confundido.
-¿Qué sucedió? No me digas que Camille..-lo interrumpo.
-¿Me vas a decir que no viste las noticias hoy? ¡No me quieras ver la cara de estúpida!-él solo me miraba fijamente tratando de buscar algo.
-¿De que hablas?-yo suspiro y aprieto mis puños.
-¿No te llamaron de algún medio de televisión? ¿Algún reportero o algo?- le digo irónica.
-¿Por qué deberían de hacerlo?-yo bufo.
-¡Maldigo el día en que entré a trabajar aquí, no se que hice mal para merecer esto. Ahora todos creen que tú y yo somos pareja, hasta nos tomaron fotos y todo!-le digo con furia- Te dije que solucionaras esto de una vez pero parece que no moviste ni un dedo, ahora todo está peor que antes- él estaba enojado al igual que yo.
-No se de que hablas- se encoge de hombros.
-¡Prende la estúpida televisión y verás de lo que hablo, idiota!- tomo mi cartera y estoy dispuesta a irme pero él toma mi brazo.
-¿Podrías calmarte?- me dice frustrado.
-¿Cómo quieres que me calme?¿Crees que disfruto todo esto? La gente está pensando algo que no es, yo no quiero esto para mi pero tú no lo entiendes. Se que estás acostumbrado a estar en boca de todos pero yo no, así que te lo diré por última vez; arregla esto de una vez por todas- estaba muy enfadada, porque él no entendía lo que yo estaba sintiendo en ese momento.
Él estaba acostumbrado a esto pero yo no, y él no lo entiende.
-Yo..-él suspiró y me miró a los ojos por unos segundos, y sin decir nada más, me besó. Yo me quedé quieta, no le podría corresponder el beso. No sentía la necesidad de hacerlo.
Cuando él se separó de mí mantuvo sus ojos cerrados.
-No te confundas- hablé yo- esto es solo un malentendido y pronto se va a solucionar, así que no vuelvas a besarme, porque la próxima vez, te va a salir muy caro- abro la puerta de salgo de ahí.
Al pasar por la recepción, me acerqué a Lucía.
-Hola- le digo y ella me sonríe.
-Hola, ¿como estás? Así que tú..y nuestro jefe..-estaba emocionada.
-No, nada de lo que dicen es cierto. Es sólo un rumor que alguien se encargó de expandirlo pero entré él y yo, no hay nada y nunca lo habrá- le digo y ella hace una mueca.
-De acuerdo-dice rendida- deberíamos de juntarnos para charlar, tengo mucho para contarte- me dice sonriendo.
-Si, cuando termines tu turno, me avisas y vengo por ti y vamos a tomar algo por ahí-ella asiente emocionada- bueno, ahora me tengo que ir, hablamos luego- le doy un rápido abrazo y salgo de la empresa.
Voy a una cafetería que hay cerca de la empresa y pido un café, necesito pensar y buscar una solución a todos mis problemas.
-Hola-oigo una voz masculina y cuando levanto la vista me encuentro al mismo chico que me habló el día de la reunión y el mismo con el que choqué ayer en el restaurante.
-Hola-le digo forzando una sonrisa.
-Soy Matt Collins, te conocí en una de las reuniones de mi amigo Christian, espero que me recuerdes- dice sonriendo y yo asiento.
-Si, te recuerdo. ¿Quieres tomar asiento aquí?- le pregunto y él se sienta frente a mí.
-¿Cómo estás? No es por querer entrometerme en tu vida pero..¿no tendrías que estar trabajando?-pregunta un poco confundido.
-Digamos que..ya no trabajo en la empresa de Christian -él frunce el ceño.
-¿Por qué? - pregunta curioso.
-Por un tonto rumor que alguien inventó y para no generar más confusiones, pues decidí renunciar. Era lo más correcto-le digo haciendo una mueca.
-Mmm..creo que ya se de que rumor hablas. Del supuesto romance con tu jefe- yo asiento- déjame decirte que estás muy jodida, ahora hasta los medios de comunicación creen que es cierto- tiene toda la razón.
-Si, lo se. No se que hacer para desmentir esa estupidez- le digo frustrada.
-No se me ocurre nada- dice pensativo - pero tengo una idea en mente que quizás te podría interesar- dice elevando las cejas- podrías trabajar en mi empresa como mi asistente personal. Me hace falta una, la que tenía renunció porque se fue del país.
-¿De verdad quieres que trabaje para ti?- él asiente entusiasmado - eso es..genial- le digo contenta.
-Mañana puedes comenzar si quieres, estaré encantado de tenerte como compañera -sonríe y yo hago lo mismo- ahora me tengo que ir, pero estamos en contacto. Aquí tienes mi número - me entrega una tarjeta y se va.
Vaya, vaya. Ya tengo un nuevo trabajo, eso es bueno.
(...)
Ya eran las 19:58 p.m así que me encuentro fuera de la empresa de Christian esperando a mi amiga, teníamos muchas cosas de que hablar, además tengo que contarle a alguien todo lo que me está pasando.
A lo lejos veo acercarse una figura masculina hacia mi, ya que me encuentro apoyada en el capó del auto.
Cuando la persona llega a mi lado, compruebo que es Christian.
Lo que me faltaba.
-Buenas noches, señorita Miller- dice cuando llega a mi lado. Está raro, me llamó por mi apellido de una manera muy profesional y seria.
-Hola, señor Smith- le hablo de igual manera.
-¿Se le ofrece algo?-pregunta sin rodeos.
-La calle es pública señor, no sabía que le tenía que explicar lo que hago aquí-elevo una ceja y él me mira sin ninguna expresión.
-Tiene usted razón, no tiene que decirme nada. Yo le quería pedir disculpas por lo que sucedió hoy temprano en mi oficina- explica y yo hago una mueca.
-¿Lo que sucedió en su oficina? ¿Qué fue lo que sucedió? -le digo con fingida confusión.
-El beso que le di, quería pedirle disculpas, no se porque lo hice pero no se volverá a repetir. Se lo quería decir porque tal vez usted..sintió algo y yo no quiero que se confunda, fue un insignificante beso-dice haciendo un ademán.
-No se preocupe, así como usted lo dijo, fue un insignificante beso, nada más. No sentí nada de nada- el sólo me observa sin decir nada- eso ni se considera un beso- le digo sin importancia.
-Que bueno oír eso, porque soy un hombre deseado por muchas mujeres, y no todos los días las mujeres tienen el placer de besarme. Solo no quiero que se haga falsas esperanzas- dice con fama de arrogante.
-No se preocupe, además le recuerdo, que fue usted quien me besó señor, creo que era usted quien tenía ganas de besarme- le digo sonriendo con maldad y él mira hacia otro lado- pero no se preocupe, un beso no es suficiente para mi, no me ilusiona fácilmente - me cruzo de brazos.
-Es bueno que hayamos aclarado esto de una vez, hagamos de cuenta que ese beso no pasó - dice tranquilo y yo asiento- total, solo fue un beso, nada más. Fue un impulso.
-Está olvidado, no se preocupe- le digo sin importancia.
-Bien, pues buenas noches, señorita- me sonríe.
-Buenas noches, señor- él me da un beso en la mejilla y se retira.
Yo suspiro, que hombre más...arrogante.
Veo venir a mi amiga corriendo en mi dirección, de seguro nos vio hablando.
-¡Amiga!-dice emocionada mientras me abraza-¿Como estás? -dice sonriendo.
-Bien ¿y tú?- ella chilla de la emoción.
-Muy contenta, tengo muchas cosas para contarte-nos subimos al auto y lo enciendo- ¿De que hablaban tú y mi jefe, picarona?- dice riendo.
-De nada, estábamos arreglando un..mal entendido, nada más -ella entrecierra sus ojos.
-Mmm..estoy empezando a creer en esos rumores que andan por ahí, así que será mejor que empieces a contarme absolutamente todo lo que pasó con mi sexy jefe, porque soy tu mejor amiga de toda la vida y merezco saberlo- me advierte y yo ruedo los ojos- puedes comenzar cuando quieras, tenemos toda la noche para hablar.
-Está bien, te contaré todo, pero tienes que prometer que me dejarás hablar y no me vas a interrumpir en ningún momento- ella rueda los ojos.
-Me ofendes, sabes que siempre escucho con mucha atención lo que me dices- se cruza de brazos y yo me río.
-Si claro. -le digo negando divertida.
-¡Comienza de una vez, me tienes intrigada!- dice desesperada.
(...)
Durante el trayecto a casa, le expliqué todo lo que pasó, desde esa acusación que hizo la supuesta novia de Christian en mi contra, hasta el beso que me dio él en su oficina. Mi amiga me interrumpió en todo el relato, como era de esperarse y también lanzaba alguna que otra grosería en contra de Camille.
-Vaya amiga, es peor que una telenovela. Estás metida en un gran lío, ahora todos creen que tienes una relación con mi jefe, déjame decirte que tienes mucha suerte- dice mientras se lleva un puñado de palomitas a la boca.
Ambas estábamos acostadas en mi cama, mirando televisión y comiendo un montón de comida chatarra.
-¿Suerte? Tú estás loca-le digo riendo.
-Vamos Samantha. Sabes que Christian es todo un dios griego, es demasiado guapo, yo desearía estar en tu lugar. -dice suspirando-¿Sabes lo que yo haría en tu lugar?- me mira fijamente.
-¿Que harías? - observo divertida.
-Haría que todo se hiciera realidad, tendría una relación real con el sexy de Christian, no todos los días tienes la posibilidad de que te inventen una relación con un galán como él - dice obvia.
-Tú estás loca, no lo voy a hacer- le digo negando.
-Tú eres una tonta, no pierdes nada, además todos creen que es cierto, tienes un punto a favor -me guiña un ojo.
-No hables más de Christian, ese tema ya está terminado- le digo y ella rueda los ojos.
-Solo diré una última cosa- yo la observo- yo esperes tanto tiempo, porque un chico como él; con mucho dinero, con un cuerpo de infarto y con trasero así, y SOLTERO, no se ve todos los días. Es un trozo de carne que está servido en bandeja y sabes que por ahí hay un montón de zorras esperando el momento adecuado para atacar, y tú, querida amiga, llevas la delantera. Así que procura no alejarte de él - me dice para luego volver su vista a la televisión.
Maldita sea, ni siquiera sé qué debo hacer ahora.