La boda de Michael Hidalgo

Ayer había sido inexplicablemente la mejor noche de mi vida, nunca pensé experimentar sensaciones como esas, el simple hecho de que... ¡Me habían propuesto matrimonio! Y no solo eso, si no que fue de la manera más romántica y hermosa en la vida, con ayuda de mis grandes amigos y sobrinos, todo se pudo hacer realidad, en ese momento todos mis recuerdos de cuando charlaba horas y horas con Cleo sobre nuestros matrimonios, pasó frente a mi, todo se había vuelto realidad en cuestión de instantes. Todo lo que siempre soñé se había vuelto realidad, todo parecía un cliché, parecía sacado de un libro, era lo que siempre quise para mí y para mi amiga. En este caso yo ya había alcanzado ese paso, después de creer que era incapaz y que probablemente mi carácter y miedos me llevaran a estar sola o en compañía de algunas mascotas, lo había logrado. ¡Me casaría con Michael Hidalgo! Fueron las palabras que grité en mi mente mientras admiraba mi delicado y único anillo. Si que sentía miles de sensaciones que por primera vez experimentaba, ahora todo era hermoso, con color y brillo, ahora sí que me sentía feliz. Me encontraba en casa, luego de haber aceptado una propuesta muy importante en mi vida, Michael y yo regresamos a casa, él estaba aquí conmigo, dormido al rededor de mi cintura, sintiendo su respiración sobre mi cuerpo y mi piel chocando contra la mia. Era una locura el simple hecho que en tan poco tiempo habíamos pasado de ser personas que eran polos opuestos a ser una sola persona, unidos por un fuerte lazo de amor. Probablemente era cierto, los polos opuestos siempre se atraían. Lydia estaba más que emocionada con todo esto, del grupo ella era la única soltera, ya que Cleo tenía su relación con Tomás y sus pequeños demonios, Simón y Nick se mantenían juntos, y Michael conmigo. Incluso mi mamá encontró el amor por segunda vez, Mariano era un gran hombre, que en tan solo 1 año se volvió parte de nuestra familia, él no vivía con nosotros aún, mamá tenía miedo, no quería meter al primer hombre en la casa con nosotros pero vamos... ¡Es un gran hombre! Lleva 1 año saliendo con mamá, no veo que hay por desconfiar, Pero allá ella con lo que piensa, respeto su opinión. Viéndolo bien, la relación de todos era larga y duradera, todos comenzamos a salir cuando Cleo estaba a punto de dar a luz y ya los pequeños tienen 2 años de edad. Era difícil, ya no nos veíamos todos los días en el instituto, ya esa etapa había culminado, ahora venían más responsabilidades y problemas, ya estábamos todos en la universidad, incluso Cleo, sus dos pequeños no impidieron seguir con sus estudios, es un ejemplo a seguir. Es difícil y loco, tengo 18 años, mi futuro esposo 19 años y ya me habían propuesto matrimonio, ahora que lo pienso bien... ¡Es una locura! ¡En que pensaba Michael al pedirme matrimonio a ésta edad! Ahora estoy asustada, no había pensado esto seriamente. No sabría como mamá se tomaría esta decisión que había tomado, seguro montaría mil excusas y mil problemas que el matrimonio nos traería. Antes de que Michael se durmiera eso habíamos charlado, lo antes posible yo quería ir y contarle a mi mamá libremente todo lo que había sucedido, pero tomamos la decisión de preparar una cena y hablar los dos con ella, Karol tampoco sabía, así que sería una cena para toda la familia, todos merecen saber esto y... ¡Estoy asustada de lo que vayan a decir! No me imagino parada ahí, con un largo vestido blanco, teniendo la atención de todos y dar una respuesta de la cual no podre retractarme. (...) —Hoy estamos todos reunidos aquí para unir a ésta joven pareja en santo matrimonio...—Dijo el padre. Ahí estaba parada yo con un largo vestido blanco y Michael en esmoquin. —Si hay alguien que se oponga a esta unión, que hable ahora o calle para siempre.—Hubo silencio. —¡Yo me opongo a esta asquerosa unión!—Me giré y vi una silueta acercarse hacia donde estabamos nosotros. —Chris...—Susurré. —¡Mía, despierta!—Fue cuando reaccioné de ese sueño o pesadilla como yo le diría. Abrí los ojos y me encontré con la mirada de Michael con desesperación y preocupación. —¿Que sucedió?—Pregunté confundida. —Me asustaste, estabas sudada y hacías sonidos de dolor...¿Que soñaste? —Ya nada, todo pasó, ahora estoy bien.—Le besé la mejilla y me puso de pie. Me fui al baño por una larga ducha, tal vez el agua se llevaría todas mis pesadillas... ¡Solo tal vez! Al salir estaba Michael vistiéndose, se ve tan...¡Condenadamente sexy! —¿Está buena la vista?—Reí por lo bajo y agarré la ropa que había dejado sobre mi mesa, comencé a vestirme y agarré mi teléfono, tenia dos mensajes. De: Manu, mejor amigo. —¡Me has olvidado! ¿Como está la amiga mas linda del mundo? Reí nuevamente, esta vez más fuerte llamando la atención de mi futuro esposo...¡Eso si que suena bien! —¿Con quién hablas? ¿Tanta risa te causa?—Apareció detrás de mí y me sobresalte. —Es solo un mensaje de Manu.—Bloqueé el teléfono y lo dejé en la mesa, luego vería de quien era el otro mensaje. —¿Que decía?—Salí caminando e ignore su pregunta. Tenia hambre y no me quedaría ahí respondiendo preguntas innecesarias, así que bajaría a comer, comer y comer aún más... ¡Al fin, vamos a comer! —Buenos días, cariño.—Dijo mamá sirviendo mi desayuno. —Buenos días, familia.—Dije finalmente, Sebastian y Karol venían entrando por la otra puerta de la cocina. Ambos sonrieron, Karol se acercó y me abrazó, reímos y todos nos sentamos a desayunar. —Gracias por preparar este desayuno para todos... Nosotros nos quedamos dormidos hoy.—Bajó el tono al decir las últimas palabras. —Tranquila Karol, somos una familia, todos ayudamos a todos. —Reímos por lo que dijo y continuamos comiendo. Se escuchó la manilla de la puerta principal, lo que indicaba tres cosas: Estaba saliendo alguien, estaba entrando alguno de nuestros amigos que eran los únicos con tanta accesibilidad a la casa o... ¡Podría ser un secuestradorvioladorladron! Quedamos en silencio, todos pararon de hacer lo que hacían y unimos nuestras miradas. —¡Buuu!—Apareció Mariano detrás de mamá haciendo que ella dejara caer el vaso sobre la mesa, por suerte estaba ya vacío. —¿¡Que demonios te pasa!?—Gritó mamá haciendo que todos pusiéramos los ojos en blanco. —No quería asustarte tanto...—Dijo Mariano dejando un beso en la cabeza de mamá. —¿¡No querías asustarme tanto!? ¡Casi me da un infarto!—Colocó su mano en el pecho en acto de nerviosismo. —¡Ya! No importa. Ven Mariano, te serviré el desayuno. Karol se puso de pie y fue a servir la comida de Mariano, si que eramos unidos, muy unidos para ser real, éramos una enorme familia unida con distintos apellidos y distintas sangres pero con un gran amor que nos unía a todos. —Es hora de irnos, Mía.—Dijo Michael apareciendo por la escalera. Lo que indicaba una sola cosa... Clases. —Voy a comer, espérame afuera.—Seguí sus ordenes e hice lo que dijo. Me despedí de mamá y me fui al garage, ahí estaría la motocicleta. Al entrar me fijé que el portón estaba abierto, pues era raro, hasta ahora nadie había salido. Con un poco de miedo caminé a paso lento hasta llegar allí, vi el frío clima que había, así que pasé mis manos por mis brazos, sonreí y me di la vuelta, vi una silueta que no pude detallar. El miedo se apoderó de mi cuerpo, aquella silueta había tapado mis ojos con una mano y con la otra mi boca. Yo hacía movimientos bruscos para intentar escapar pero era inútil. —No te haré daño...—Esa voz sonaba conocida pero a la vez era... Distorsionada. Claro, era una grabadora. Ahora si que el miedo, el pavor y todo aquello relacionado con eso, se apoderó de mi cuerpo. Quedé estática, sin saber que hacer, solo sentía mi mundo venirse abajo. Estaba siendo secuestrada.