La última vez que fui felizActualizado el Dec 6, 2021, 16:06
Martina Bennett, mejor conocida como Tina, Tina Bennett.
Una madre prostituta, un padre drogadicto y varias muertes.
Martina Bennett, ese es mi nombre y ésta es mi historia.
¿Qué harías si de un día a otro tu vida da un giro inesperado? Pero no un buen giro, si no, lo contrario, un giro hacia el infierno.
Cuando tan solo tenía 5 años de edad, mis padres fueron arrebatados de mi vida en un trágico accidente automovilístico.
Días, noches, meses y años me repetía que quien debió haber muerto fui yo, pero luego, en noches de pensamientos me di cuenta que todos algún día debemos morir y si ellos se fueron antes fue porque Dios así lo quiso. Eso es lo que siempre me repito. Es lo único que me calma, el saber que ellos tal vez están conmigo, aquí protegiéndome de las personas que hacen pasarse por mis padres.
Al morir mis padres, me mandaron a un orfanato, los primeros días todos te tratan bien y el resto de ellos hacen de tu vida un infierno.
Estuve en aquel orfanato por solo un año y medio, cuando tenia 6 años y medio fui adoptada, fue lo peor que pudo pasar.
Una pareja que parecía dulce y cariñosa, se convirtió en una pareja de personas mediocres, malvadas y tenebrosas.
Al faltar meses para mis 8 años de edad, fue cuando conocí la verdad oculta detrás de las personas que dijeron cuidar y proteger de mí.
Fui obligada a crecer como delincuente, era robar o morir. Era prostituirme o morir.
Era dejar de tomar un pequeño vaso de jugo por drogarme.
En eso se basó mi vida, mi día a día.
Margaret, mujer de 39 años que hace pasarse por mi madre. Prostituta.
John, hombre de 40 años que hace pasarse por mi padre. Drogadicto, alcohólico.
Yo, Adolescente de 17 años.
El reflejo de esas personas que están a mi cuidado.
Prostituta, ladrona, alcohólica y drogadicta son las palabras que me describen.
No pensé terminar así, pero todo aquello que valía la pena en mi vida fue arrebatado.
Mi vida era perfecta, la que toda niña inocente desea tener… Pero ese cuento de hadas no tuvo un final feliz.
Tuvo en su lugar preguntas… ¿Vale la pena vivir? ¿Sigo luchando? ¿Sigo adelante o me rindo?
¿seré feliz?