El hijo de mi jefe

Para que ésta historia tenga sentido primero deben saber quién soy. Lo haré fácil, soy Cindy y he soñado toda mi vida con el mundo de la alta costura. Mi sueño de ser modelo se vió frustrado el día que dejé de crecer y lo máximo que alcancé fue 1.60 de altura. Era poco para llegar a ser una gran modelo, una miss o representante de país, sin importar eso, nada se robó mi pasión. La siguiente decisión que tomé fue inscribirme en la universidad de diseño. Pero como mi mente, mis manos y mi cuerpo no podían contenerse, busqué un trabajo aunque no tuviese un título con mi nombre. Era una pasión, un sueño, y no dejaría que nada ni nadie me detuviese. Un día recogí todos los modelos que durante años había hecho, dejaba ver bolsos de mano, vestidos, conjuntos, un sinfín de maravillas que había creado. No hice más que cruzar los dedos y enviarlos a todas las agencias, empresas y tiendas de vestuario que conocía. Para mí suerte, un sueño más se estaba cumpliendo, alguien había creído en mi. Para la tarde de un jueves en verano recibí respuesta por parte de la empresa Moda's; una empresa que llevaba al rededor de 10 años al aire y se volvía la top 3 de la ciudad. No lo podía creer, grité, salté y lloré de la emoción. Era un milagro, era más que suertuda. Pero también, los nervios llegaron, era una aprendiz, y aunque lo diera todo por mi sueño, no había algo que legalmente me respaldara. Sin importar nada, me asignaron a una cita física la semana siguiente a ese correo, no hice más que armarme de valor e ir tras ese sueño. Un sueño que se desviaría al conocer a Alec, el hijo de mi jefe, un hombre que pondría mi mundo de cabeza y mi corazón a latir por primera vez. Del odio al amor había un solo paso, y Alec y yo éramos un claro ejemplo de ello.