De enemigos a amantes

Giorgia Serrentino venía de una familia poderosa dentro de la mafia italiana, su sueño era convertirse en la primera mujer de su generación en tomar el mando, pero su padre, quien era un hombre mayor, obstinado y hecho a la antigua, creía que aquel mundo no era para las mujeres, mucho menos para su hija. Él tomaba en cuenta a Lorenzo, el hermano mayor de Giorgia, quien era su único hijo varón y digno de continuar con el imperio de su padre, pero él, a diferencia de Giorgia, era descuidado, irrelevante y nada fascinado por el mundo que podía quedar en su poder. Tras años de intento por parte de Giorgia, su padre finalmente confió en ella, dándole una misión que le demostraría que tan capaz era de tomar el mando del imperio tras su muerte. Giorgia debía infiltrarse en el bando contrario, entrar en la organización de los Caruso, sus peores enemigos, y de algún modo, traer toda la información que su padre necesitara. Todo ésto logrando acabar con ellos desde dentro, cuando menos lo esperaban. Entonces durante meses y largas semanas, Giorgia hizo un estudio de Bruno Caruso, hijo legítimo del gran Caruso, quien sería perfecto para adentrarse en su plan perfecto. Lo difícil sería no ser descubierta y no caer ella misma en aquella trampa que tendía, demostrándole a su padre de lo que era capaz y de lograr demostrarse ella misma, lo imparable que podía llegar a ser.