Sophie y yo fuimos a tomar un autobús que nos llevaría hacia la enorme ciudad.
Tenía que confesar que era la primera vez que subía a uno y me sentía como si fuera a subir a la mejor montaña rusa de Disneylandia.
Mire a mi alrededor y noté a todas las personas en sus asientos, algunos parecían muy cansados y otros solo escuchaban música en sus audífonos.
Miré por la ventana y sonreí.
- Pareces una niña pequeña - dijo sophie bromeando.
- Lo sé - rei - se siente tan extraño, pero lindo.
- ¿Lindo? - frunció el ceño - yo detesto esto - hizo una mueca - ¿no tienes nauseas?
- En absoluto - negué.
Sophie miró bien la calle y pronto me tomó del brazo.
- Vamos, debemos bajar aquí - se incorporo rápidamente y toco un botón.
Pronto el autobús se detuvo y las puertas se abrieron. Sophie me permitió bajar primero.
- Bueno, ahora solo caminamos una cuadra y llegamos al bar donde estarán mis amigos.
- Esta bien - sonreí emocionada.
Durante el camino iba mirando las vidrieras de las distintas tiendas que se encontraban.
Pensaba en lo mucho que me costaría volver a usar tacones después de haber estado cómodamente con las zapatillas.
- Aquí es - Sophie se soltó de mi brazo y entramos hacia un bar.
Este estaba lleno de chicos de aparentemente nuestra edad.
- Hasta que al fin llegas - dijo una chica levantándose de su asiento. Pronto los demás la imitaron.
- Perdón por la demora, el bus estaba demasiado retrasado.
Por no decir que tuvo que ayudar a escapar a una princesa.
- Les presento a mi prima Solange - dijo tomándome del brazo para acercarme a ellos.
- Hola chicos - dije con timidez. Pero me sorprendió cuando la chica de pelo rojo me abrazo como si me conociera de toda la vida.
- Sophie nos habló mucho de ti, tanto que ya queríamos conocerte. Por cierto mi nombre es Tiara.
- Encantada - dije recibiendo su beso en la mejilla.
- Yo soy Peter y el es mi mellizo Robert - ambos me saludaron con un beso en la mejilla.
Y luego se acercó alguien que reconocí, el chico de quien tanto me hablaba mi amiga.
Sin embargo sabia que faltaba uno.
- Hola, yo soy Nathan - se acercó y tomó mi mano para depositar un beso en ella, estaba usando un tono que no me agradaba.
- Un placer - force una sonrisa y pude ver la incomodidad de Sophie.
- Bueno nos sentemos - dijo Tiara.
Rápidamente me puse al lado de Sophie y por debajo de la mesa le tomé la mano para que supiera que todo estaría bien.
- No sabía que tenías una prima tan linda ¿eres de aquí? - dijo aquel chico intrigado.
- Si, en realidad mi hogar está a dos horas de aquí, pero me estoy quedando en casa de Sophie.
- Debo decir que iré a casa de Sophie más seguido - sonrió.
- Como siempre, Nathan intentando ligar con cualquier chica nueva que llegue. Hola chicos
Todos nos volteamos y allí estaba el. Thomas, el chico apuesto que quería conocer.
- ¿Que pasó que demoraste? - preguntó Robert.
- He terminado tarde de trabajar con mi abuelo - hizo una mueca - de verdad estaba dudando en venir. Pero no podía contra la insistencia de Sophie.
Sophie sonrió con orgullo.
- Te presento a mi primita querida. Sol, el es Matt. Matthew. Ella es solange - dijo presentándonos.
- Es un gusto conocerte Solange - el se acercó y besó mi mejilla.
Su exquisito perfume inundó mis fosas nasales.
- El gusto es mío - sonreí.
Luego de que el se sentara, todos comenzamos a ver la cartilla para hacer nuestros pedidos.
- ¿Que vas a ordenar? - dijo Sophie mirando la cartilla conmigo.
- Tal vez una hamburguesa, muero por probarla - mordí mis labios.
- ¿Como? ¿nunca comiste hamburguesa? - dijo Nathan haciendo que todos me miraran raro.
- Mi madre piensa que no son saludables - y eso era cierto. Mamá me tenía prohibida la comida chatarra.
- No conozco a nadie que se haya muerto por comer una hamburguesa - dijo Robert frunciendo el ceño.
- Puede que sean grasosas pero son riquísimas - Tiara arrugó su nariz y todos asintieron.
- Esta bien, una hamburguesa para ti y una para mi - dijo Sophie - y ¿como refresco?
- ¿Tu que vas a tomar? - quise saber.
- Tal vez una cerveza - se encogió de hombros - pedire una coca cola para ti, ya vas a ver que es deliciosa.
Pronto le hicieron seña a una moza y tomó nuestros pedidos.
- Tengo miedo de preguntar si alguna vez tomaste coca cola - dijo thomas sonriendo.
- En realidad no, mi madre me suele dar agua, o jugo o agua con soda - expliqué.
- Tu madre es cruel - dijo Peter haciendo que su hermano asintiera de acuerdo.
- No es cruel, solo es una persona obsesionada con la comida saludable - Sophie trato de defender.
- ¿Eso significa que no bebes alcohol?
- No - negué. Rei al ver que todos estaban pendientes sobre todo lo que decía - no me miren como si fuera un alienígena.
- No, es solo que es increíble que una chica como tú no haya probado estas delicias - Tiara nego asombrada - con nosotros vas a saber lo que es vivir.
- No tengo dudas de eso.
Una vez que nuestros pedidos llegaron, me dediqué a probar esa hamburguesa.
No quería que se terminara. Matt me observó y comenzó a reír.
- ¿Qué? - dije sintiéndome avergonzada.
- Tienes un poco de mostaza - dijo señalando su boca - permíteme.
Pronto agarró una servilleta y comenzó a limpiarme la boca con mucho cuidado.
- Es extraño - dijo el mirándome a los ojos.
- ¿El que? - frunci el ceño.
- El parecido que tienes con la princesa.