El fin de semana había pasado bastante rápido para mí, más de lo normal. Lo que menos quería era asistir a la estúpida universidad y sobretodo verlo a él.
De tan solo recordar aquella noche, mí cuerpo se contrae mandando escalofríos a cada rincón.
Tocar su mano fue el mejor éxtasis de la vida, sentir su respiración tan cerca de la mía fue como estar en las nubes y su mirada clavada en mí me hizo bajar al infierno ¡Por Dios! ese hombre me trae loca.
No me juzguen se que está mal pensar así de un hombre que aparentemente quería hacerte daño, pero si tan solo estuvieran en mi posición sabrían de lo que hablo. Es tan inevitable sentir lo que siento por él, toda mi corta vida me he encerrado en un caparazón para que nadie me lastime más de lo que ya lo estoy, he tratado de no engancharme con nadie porque eso significa sufrir y ya he sufrido lo suficiente como para que me sigan dañando. Pero es que ¡Joder! ese hombre, ese maldito hombre me tiene a sus malditos pies.
Él llego desatando un caos total en todo mi ser, quebrando mis murallas, tengo miedo eso no lo dudo, miedo del daño que me pueda causar, pero sobretodo tengo miedo, es un miedo tan extraño como si esa persona fuera el mal, es como si lo razonable de mi cabeza me digiera que me aleje lo más pronto posible de él. Se que ya lo he dicho muchas veces, pero ese sentimiento permanece hay recordándomelo cada día, pero mí yo terco dice que no, que me acerque a él y no le haga caso a esa parte razonable.
Nunca en mi vida he querido a un chico, nunca he luchado por algo o por alguien, pero tengo la maldita necesidad de luchar por Catriel, un hombre mujeriego y que está en cosas turbias o eso es lo que murmuran en los pasillos y lo que mis locos amigos me recuerdan, aunque no les hago caso, no les quiero hacer caso, mi atracción por él me lo impide.
¿Y sí lucho por alguien que no siente lo mismo que yo y solo me habla por el suceso de ese día o solo quiere jugar conmigo? ¿Entonces que significan esas miradas profundas que me da?
Creo que me estoy asiendo falsas ilusiones con alguien que no provoco ni una mísera lástima.
Los chicos y yo estamos sentados en una mesa apartada de todos, es la hora del almuerzo así que aquí estamos hablando de cualquier tontería que se nos ocurra.
Los demás chicos del grupo no están en está universidad, cada uno van en universidades diferentes los únicos que estamos juntos somos nosotros tres.
—¿Se han enterado? - pregunto Neal agregándole suspenso.
—¿De que? - preguntó esta vez el pelirrojo. Todos nos acercamos en confialidad como si lo que Neal iba a decirnos seria ultra secreto.
—Se está rumoreando de que Merry se está cogiendo al maestro de matemáticas - Adrián hizo una O con la boca en modo de sorpresa, no me quedo de otra de verlos a ambos con interrogante.
—¡¿Enserio?! - ambos rieron ignorando mi cara —Bueno aunque nada nos puede sorprender, ella le habré las piernas a todo lo que tenga pene.
Se carcajearon.
—Es la puta personal del que quiera cogersela - Neal le dio un sorbo a su jugo en modo diva.
A veces dudo de éstos dos.
—Y también la lame culo de Catriel - le siguió Adrián.
¿Catriel? ¿Lame culo? ¿Merry?
—A ver, a ver, a ver ¿De que y de quién están hablando? Porque no estoy entendiendo ni papa - dije cansada de que me dejen fuera del tema.
Se miraron entre ellos como diciendo: ¿Cómo que está perra no sabe quién es Merry y de que hablamos?
Volvimos a tener está confialidad, Neal carraspeo para empezar hablar.
—Querida, Merry es el culo personal de Catriel y del que todo aquel que quiera cogersela.
—Es la perra de perras - siguió Adrián.
—En un ogro echo persona y es la hija del decano de está universidad. Sus padres la ven como todo un pan de Dios pero quema más que el infierno mismo.
—Ella es la presidenta del consejo de alumnos y está en el grupo del moja bragas alias Catriel - mire raro al pelirrojo por esto último.
—A ver si entendí, ella forma parte del grupo de Catriel y es una perra, es la presidenta del consejo de alumnos y lo más importante es la hija del decano de está universidad - ambos asintieron —Ok... Entonces por lo dicho anteriormente ella se acostó con un maestro de matemáticas, bueno, lo escuchaste por rumores - Nuevamente asintieron.
—Como decía ella está en el grupo este. Merry siempre a estado detrás de Catriel pero por lo que han dicho él solo se la coge y nada más - Adrián le dio una mordida a su hamburguesa cuando terminó de hablar.
—Ella siempre a querido algo serio con él, pero este solo pasa de ella como siempre - bastante información ¿Como no me enteré de esto si ya tengo una semana aquí? Pero sobretodo ¿Por qué nunca la he visto en ese grupo?
—Ella últimamente no ha estado con ellos porque tiene muchas cosas que hacer en el consejo de alumnos y como ya sabes es hija del decano, así que, es mucha tarea que hacer.
El timbre sonó indicándonos la próxima clase. Me tocaba literatura así que me apresure en recoger mis cosas, no quería llegar tarde la maestra es muy estricta con su horario.
—Hasta luego chicos - salí casi corriendo del lugar, escuché una risilla de parte de ellos.
Entro al salón y me fijo que la maestra aún no ha llegado me siento en uno de los asientos cerca de la ventana, el lugar se va llenado poco a poco y luego la maestra entrando pero tras de ella viene la persona que no quería y si quería encontrarme, no lo había visto en el almuerzo algo me decepciono un poco.
Ni yo misma me entiendo ¡Mierda!
El entra con su típica arrogancia y su cara de que no le importa una mierda el mundo. Busca un asiento, cuando ubico uno camino hasta el pero paro de repente al verme y para mí sorpresa había un asiento vacío a mi lado, al parecer se dio cuenta de mi cara y sonrió ahora caminando hacia mí, que digo hacia el asiento.
Poso mi mirada en la maestra que ya inició la clase, trato lo más posible de no mirarlo pero siento que alguien me está observando y por la dirección en qué la siento se que es él, así que no puedo evitar mirar él me sonríe y vuelvo a centrar mí atención en la maestra.
El resto de la clase me la pasé contuviendome algo bastante imposible, pero que he logrado.
De pronto una bola de papel cae en mi mesa, busco al responsable y veo a Catriel sonriéndome haciéndome señas para que lo habrá.
Lo abro sigilosamente vigilando por si la maestra se da cuenta.
Hoy a las 8:00. Que no se te olvide niña.
Lo que decía la nota parecía más una orden. Hoy tendría una salida con Catriel y eso lo he tenido presente tan presente que esa era el motivo del cual no quería verlo.
Esa noche para que él se pudiera largar de mi casa tuve que aceptar su propuesta de salir, no sabía dónde me quería llevar, solo acepte rápidamente solo para que se fuese, su presencia en ese momento me estaba incomodando, aunque fue muy estúpido de mi parte no haber preguntado dónde me llevaría.
Lo mire pero cuando iba asentir la maestra dijo mi nombre y el de Catriel. El miedo recorrió todo mi cuerpo pensado que se había dado cuenta de la nota y nos iba a regañar, di un suspiro de alivió al saber que no era eso, sino que había mencionado nuestros nombres por algún trabajo que tendríamos que hacer juntos.
Ya que ambos no habíamos escuchado de que se trataba el trabajo Catriel interrumpió a la maestra preguntado que tendríamos que hacer, ella con cara de pocos amigos le respondió de mala gana.
¿Por qué esto tenía que pasarme a mí? ¿Ahora estaré más cerca de él? Maldita sea.
La clase terminó el intenté salir rápido del salón pero Catriel tomo con firmeza mi brazo, pegándome a él una acción que me hizo jadear.
Los pocos estudiantes que quedaban nos dieron una mirada murmurando entre ellos. Lo que menos quería era estar en la boca de los demás pero Catriel me lo está haciendo imposible.
—¿A dónde tan rápido? - cuestionó con burla acompañado de una sonrisa de lado.
—Tengo que ir a mí otra clase, me puedes soltar - dije mirando a otro lado menos a él.
—¿Por qué no me miras? - se acercó un poco más a mí, sentí su aliento en mi frente lo cual mando una pequeña corriente por todo mi cuerpo.
—Llegare tarde ¿Puedes soltar? - soltó su agarre poco a poco, camino hacia la salida pero antes de irse me recordó algo;
—Hoy a las ocho, pasaré por ti - dijo a secas. Mire por dónde se había ido con cara de ¡Wtf! o sea, primero me habla normal y luego me habla de otra forma, como si no presencia le molestará.
¡Dios que bipolar!
[...]
Los chicos no sabían de mi salida con Catriel, si lo supiera se enojarían conmigo recordándome el tipo de persona que es, así que por eso me ahorre el decirles.
Mi turno terminaba en dos minutos, mientras tanto estaba limpiando una de las mesas que me faltan, mi manos estaban temblando en dos minutos, solo en dos minutos tendría a Catriel aquí, esa noche después de aceptar le había dicho donde trabaja ya que tendría que trabajar. Así que aquí estoy, esperando al señor me vale mierda tú vida.
Al ver la hora pongo todo en su lugar y me voy directo a cambiarme este uniforme por mí ropa. Me miró al pequeño espejo que hay en el baño y salgo dando una gran bocanada de aire.
Me despido de mis demás compañeras, salgo de la cafetería y me paro en seco al verlo parado mirándome directamente mientras le daba una calada a su cigarrillo.
Respiro tratando de buscar calma, la cual se va desde que veo a ese hombre.
Camino hacia él y lo saludo con una sonrisa tímida, me da una última mirada y luego se aparta del auto para darme el paso abriendo la puerta de este sin contestar mi saludo.
Me dolió un poco el no escuchar un saludo de su parte, pero al menos está aquí y no me dejó plantada.
Entro al hermoso auto que parece antiguo, es color n***o y por dentro tiene un olor a cigarrillo y a nuevo ligado con menta, un olor bastante particular pero por muy extraño que sea me gusta.
Catriel entra al coche y prende el auto dándonos marcha a dónde sea que me llevará.
—¿A dónde vamos? - pregunto mirando la carretera.
Él se mantuvo en silencio algo que me incómodo, quito mi vista de dónde la tenía y la pongo en Catriel.
—Tranquila, no es como que te valla a secuestrar - dijo al fin cuando se canso de que yo mantenga mi vista en él.
Aún no estaba conforme con su respuesta, es más estaba algo incómoda y asustada. No se porque acepte algo de un hombre que tiene mala fama y que además no se sus intenciones conmigo ya que la noche de la fiesta intento hacerme daño o eso creo, ya que él me dio una excusa de su acción, excusa que me dejó con dudas.
Mis manos nuevamente empezaron a temblar, estaba intranquila y Catriel se había dado cuenta de eso.
—Niña tranquilizate, confía en mí, el lugar es sorpresa, no haré nada que no quieras - ¿Como confiar en alguien que apenas conoces? Las personas son alguien contigo pero al rato son otras, así que no se cuál mascara estará usando Catriel conmigo.
Sin esperarlo él tomo mi mano dándole un leve apretón, transmitiendo algo de calma en mí.
—Tranquila ¿Sí? - me miró de una forma que no supe decifrar, solo puedo decir que me asustó un poco, extraño.
Asentí y volví mi mirada a la ventanilla del auto.
El automóvil doblo en un lugar donde habían árboles fondrosos, mi miedo aumento, tornando mi respiración dificultosa. Toda mi vida paso por mis ojos, ningún momento bueno cabe destacar.
—¿Dónde estamos? ¿Quiero bajarme? Déjame bajar Catriel - hable tan rápido que ni yo misma me entendí. Catriel apretó mi mano tratando de tranquilizarme cosa que no me estaba haciendo nada.
—Calmate, no te haré daño, Olivia cálmate - respire profundo buscando calma —Mirame, te juro que no te lastimare confía en mí.
Catriel se estacionó y salió del auto, para abrirme la puerta y ofrecerme su mano como si fuera un caballero. Lo mire un segundo y me decidí por salir.
Mire el lugar asombrada y maravillada, desde aquí se podía ver toda la ciudad, el cielo se veía hermoso y las estrellas brillaban como si nos dieran la bienvenida.
—¿Te gusta? - pregunto soltandome.
—Es hermoso - susurré con una sonrisa de oreja a oreja, todo mi miedo se había ido de sopetón al ver tan increíble lugar.
Catriel camino hasta su auto y abrió la cajuela sacando un canasto, lo observé atenta en cada movimiento que hacía.
Cruzo por mí lado y luego abrió el canasto sacando una manta y colocándola en el suelo, siguió sacando cosas como, cerveza, soda, entre más cosas para comer. Todo estaba puesto en forma de picnic la diferencia era que estaba de noche y no de día.
—¿Te quedarás ahí parada? - alzó un ceja con arrogancia.
Caminé hacia él me tumbe a su lado, no mencionó nada sobre el drama que arme y se lo agradecí en silencio.
Empezamos a comer y hablar temas sin importancia, la verdad no preguntamos nada sobre uno del otro, hasta ahora.
Poco a poco fuí dejando la timidez a un lado y me fui soltando con él.
—La verdad debes de sentirte afortunada, no soy de hacer está cursilería con nadie, ni de pedir disculpa - dijo con su arrogancia habitual, creo que ya me estoy acostumbrado a eso.
—Si claro, eso se lo debes de decir a todas - bebí un poco de mi soda ya que no quería tomar nada de alcohol, aunque él me insistió a que lo hiciera yo me negué rotundamente.
—No, a las demás ni siquiera tengo que decirles nada, ellas mismas se me ofrecen - dio un trago a su cerveza —Ademas no es que tú seas mí tipo, no eres del tipo de chica con la cual me acostaría.
¿Escucharon eso? Fue mi corazón rompiéndose. Me había dolido mucho lo que dijo e hice creer que no me importaron sus crudas palabras.
—En eso concuerdo contigo. Tú tampoco eres el tipo de chico con el cual estaría - agregue una musca de asco al terminar de decir aquello. No se de dónde diablos había sacado tanta firmeza para decir aquello.
Todo se quedó en silencio por un momento y me fijo en Catriel que me veía ¿Molesto? No supe como decifrarlo, pero algo me decía que le había dolido mis palabras y en ese pequeño instante me sentí bien. Al fin le había respondido a alguien algo que me había herido, la verdad se siente bien. Vuelvo y lo repito este lugar me está cambiando y creo que para bien.
El aparta su mirada de mí y se queda por un largo tiempo en silencio.
No digo nada, no hago nada, la verdad no dije nada malo solo le devolvi lo que me había dicho, allá él si se enoja, lo mejor de todo es que no le di a demostrar que me importo lo que dijo.
—¿Por qué no soy el tipo de chico con quién estarías? - cuestiono dejándome sorprendida, pensé que iba a dejar el tema por sentado, lo más raro fue ver su sonrisa, una forzada.
—Porque los chicos malos, mujeriegos y arrogantes no son lo mío - dije encongiendome de hombros, era verdad todo eso, pero creo que eso cambio al verlo a él.
—Entonces eres a la que le gusta ese mierderio de flores, citas, canciones de amor y palabras cursis - río. Volví a encogerme de hombros.
—Entonces si las citas son "mierderio" - hice comillas —¿Por qué estamos en una?
Me miró incrédulo y empezó a reír como si yo le hubiera hecho un chiste.
—¿Perdón? ¿Cita? - río nuevamente —¿Quién coño te dijo que esto era una cita? - la vergüenza llegó a mi calentandome completamente el rostro.
¡Estúpida! ¿Por que tenías que abrir tú bocota?
—Toda está mierda es solo una disculpa por el como me comporte la otra vez - dijo señalandonos a ambos —No te creas tanto como para venir a decir que esto era una "cita".
Se levantó de su lugar y me miró como si él fuera superior a mí y yo solo un bicho raro, una mirada a la cual estaba acostumbrada.
—Ya me cansé, nos vamos.
La tensión en el auto se podía cortar, me sentía mal muy mal, no dije nada malo como para que me trate así, solo pensé que era una. Y eso es lo que hago siempre pensar, pensar cosas que no son, cosas donde nos la hay, y cosas donde no van a pasar.
Mí vista estaba borrosa por las acumuladas lagrimas que querían derramarse por mis mejillas, las estaba aguantando con todas mis fuerzas no quería que él me viese llorar, me distraje clavando mis uñas en mi palma, quería calmar todo esto con dolor, pero no lo estaba logrando.
Cuando se estacionó frente a mí casa baje casi corriendo entrado. Subí a mi habitación y cerré la puerta con seguro, me desparrame por está soltando todo lo que había contenido.
—Soy una estúpida, soy una estúpida, soy una maldita estúpida - me jalaba el cabello con rabia, estaba empezando a respirar con dificultad y mí pecho se empezó a contraer.
Si no me calmó ahora pasaría lo mismo de siempre y no lo quiero.
Poco a poco fui calmandome, me acosté en el piso y me deje llevar por la oscuridad.
“Deseaba tanto que está oscuridad fuese eterna”