Capitulo 3

1980 Palabras
Nina Desde que mi jefe se había encerrado en la oficina con su padre, me puse a trabajar, o eso intenté, ya que no dejaba de pensar en lo que había pasado. Mierda, el señor Williams siempre ha sido un hombre muy discreto, pues él sabe realmente de quién soy hija y nunca le ha dicho nada a Noah. Espero que eso siga igual. Tiempo atrás Estoy sentada en mi cama con mi laptop en mis piernas, cansada porque no he podido encontrar trabajo. He mandado montones de currículums y nada; siempre es la misma excusa: "Lo lamento, pero necesitamos a alguien con experiencia". Dios, me esforcé tanto en mi carrera porque me encanta. Fui la mejor de mi clase, me gradué con honores y nada de eso sirve. Suspiro y tapo mi rostro, me tiro en la cama y de pronto escucho que se abre la puerta de mi recámara. De inmediato me levanto y veo a Maty con una sonrisa en su rostro. Él se acerca a mí y se sienta a mi lado. Yo solo suspiro. — ¿Esperabas a alguien más? — No, claro que no. Solo que, ay Maty, a ti no te voy a mentir, ya me cansé de buscar trabajo y no encuentro nada. Él sonríe y niega. — Sabes que si dijera que eres hija de... Ni siquiera lo dejo terminar. No, ni soñarlo. Jamás utilizaría el apellido de mi padre para mi beneficio. Quiero demostrar que puedo ser alguien importante sin su ayuda. — No, Maty, no lo voy a hacer. No voy a utilizar el nombre de mi padre para que alguien me dé trabajo cuando yo sola lo puedo conseguir. Él suspira y me abraza por los hombros. — Está bien. Si no quieres utilizar su nombre, puedes trabajar con nosotros en la empresa. Yo niego porque eso tampoco va a pasar. — No, y que cada tanto me esté recordando que no pude conseguir trabajo por mi propio esfuerzo, a pesar de que fui la mejor de mi generación. No, Maty, algo tengo que conseguir. — Nina, a veces no te entiendo. ¿Por qué rechazas todo lo que somos? ¿Por qué no te gusta tomar el dinero que papá te da, el coche nuevo que te acaba de regalar? ¿Por qué eres tan orgullosa? Yo sonrío y suspiro. — No es orgullo, Maty, solo pienso que si tomo todo lo que mi padre me ha dado, le estoy dando la razón cuando dice que las mujeres son para quedarnos en casa, que no podemos tener un puesto importante, que simplemente vamos a ser esposas y madres. Yo quiero ser algo más y quiero demostrarle que no necesito su dinero para poder lograrlo. Él me abraza y besa mi frente, se pone de pie y camina hacia la puerta de mi habitación. Antes de salir, voltea y me sonríe. — No te rindas. Sé que lo lograrás. Yo asiento y me vuelvo a recostar. Dios, espero que sea verdad. Cierro mis ojos y respiro, quiero relajarme un poco. Cuando estoy casi quedándome dormida, escucho que llega un correo a mi laptop. De inmediato me levanto, lo abro y, para mi sorpresa, es una cita para mañana a primera hora en una empresa de textiles muy reconocida. Sonrío y tapo mi boca para no gritar de felicidad, pero les respondo de inmediato que con gusto estaré ahí. No es el puesto que me gustaría, pero por algo se empieza. A la mañana siguiente me levanto muy temprano, más de lo que quisiera porque prácticamente no pude dormir en toda la noche. Me arreglo con mi mejor traje: una falda lápiz negra, un pequeño crop top blanco de encaje y mi blazer a juego con la falda. Mis zapatos de 12 centímetros, algo que me gustaba de mi carrera eran este tipo de trajes y los hermosos zapatos que tendría que usar. Seque mi cabello y lo dejo un poco rizado, me maquillo muy poco porque me gusta algo natural. Cuando salgo de mi habitación, ya todos están en el comedor porque tienen que ir a la empresa. Mi padre me mira de arriba abajo y sonríe con burla. — Vaya, parece que la señorita Brown ha encontrado un trabajo. Será que con ayuda de nuestro apellido era de esperarse. Yo suspiro porque no debo olvidar que es mi padre después de todo. Pero a esto me refiero cuando le digo a Maty que quiero hacer las cosas por mí y no por mi padre. — Pues tengo que decepcionarte, padre. Primero, porque solo es una entrevista y después porque no he utilizado tu nombre. La verdad es que si soy sincera, si pudiera quitarlo, créeme que lo haría. Mi padre se pone de pie, Maty sonríe y niega, y mi madre solo suspira. — Nina Brown, será mejor que cuides tus palabras porque vives en mi casa y, si no te has dado cuenta, sigues utilizando el dinero que te doy. — Pues espero que no por mucho tiempo. Me doy la vuelta y camino hacia la puerta. Estoy cansada de esto. Esta es una de las razones por las que odio el dinero de mi padre. Se cree el dios del universo cuando apenas es un simple mortal. Porque él no entiende que si no tuviera esa fortuna que hizo mi abuelo, él no sería nadie importante y no se comportaría como el patán que es. Solo dame paciencia, Dios, por favor. Salgo directo a la dirección que me mandaron por correo. Cuando llego, estaciono mi coche y bajo. Cuando veo el edificio, la verdad es que me quedo sorprendida, es una empresa bastante grande. Me dirijo hacia el lobby y una chica muy linda me ve y me sonríe. Yo devuelvo la sonrisa. — Buenos días. Me citaron a una entrevista de trabajo. Ella asiente y me da un gafete de visitante. — Claro, linda. En el último piso, ahí te atenderán. Yo asiento y doy las gracias, voy al elevador y subo. Cuando llego al último piso, salgo sin fijarme y golpeo el hombro de alguien. Yo volteo y me disculpo, y mi sonrisa se borra, pero la de él se expande. Porque lo conozco desde que soy pequeña. Solía ir con mi padre a casa, hace tiempo que ya no lo hace, pero él me ha reconocido aunque hayan pasado años. — Vaya, pero si estás preciosa. ¿Cómo has estado, pequeña Nina? Yo sonrío por cómo me habla. — Bien, señor Williams. Perdón por el golpe. Me da gusto verlo. — A mí también. Tenía tanto tiempo de no verte. ¿Y tu padre, cómo está? ¿Qué haces aquí? — Bueno, mi padre igual que siempre. Ya sabe cómo es él. — Sí, cómo olvidarlo. Pero tú sigues siendo la princesa de papá. — No creo, me convierto en el ogro para él. Él suelta una carcajada y yo sonrío, porque no miento, la relación con mi padre ha cambiado demasiado. — Vamos, linda, no puede ser tan malo. Sé que tu padre tiene su carácter, pero eres la luz de sus ojos. Pero aún no me has contestado, ¿qué haces aquí? — Ah, cierto, lo lamento. Vengo a una entrevista de trabajo. Él alza una ceja y sonríe. — ¿Vienes para la entrevista de secretaria, y la empresa de tu padre? ¿Por qué no trabajas con él? Yo suspiro y niego. — Prefiero trabajar con alguien más. Mi padre y yo juntos no es una buena idea. Él sonríe y suspira. — Muy bien, entonces el trabajo es tuyo. Yo abro los ojos como platos y niego. — No, no, por favor. Usted es el jefe, perdón, no lo sabía. Mejor busco en otro lugar, no me malentienda, no quiero hacerlo sentir mal, pero no me gustaría que me contraten por mi padre. Le agradezco el gesto. Él no me deja terminar de hablar, sonríe y me dice: — No, cariño, tranquila. Primero, yo no soy el jefe, es mi hijo. Y no lo hago por quién es tu padre, lo hago porque conozco tus logros desde pequeña. Sé que eres una persona responsable e inteligente, y sé que harás un excelente trabajo. Yo sonrío y asiento. — Gracias por sus palabras, pero me gustaría entrar a la entrevista y que su hijo decida. Señor Williams, por favor, guarde mi secreto, no quiero que nadie sepa quién es mi familia, por favor. Parezco una niña rogando, pero no me importa. El señor Williams me abraza y sonríe. — Está bien, Nina. No me interpondré en la decisión de mi hijo, pero estoy seguro de que te contratará. Yo asiento y beso su mejilla. Me acerco a la chica que está recibiendo los currículums y me pide que tome asiento, pues hay varias chicas delante de mí. Después de un rato, me llaman. Me pongo de pie y me dirijo hacia la oficina de presidencia. Cuando entro, él está con la cabeza agachada, firmando algunos papeles. Yo suspiro y me acerco a su escritorio. — Buenos días, mi nombre es Nina Brown. Él, sin voltear a ver, empieza a buscar entre todos los papeles que se encuentran en su escritorio. — Siéntese, por favor, señorita, y dígame por qué le interesa este trabajo. Yo me quedo en silencio. Él por fin levanta su rostro y, por Dios, el hombre es muy apuesto. Me ve y sonríe. — Estoy esperando su respuesta, señorita. Yo asiento y suspiro. — Si soy sincera, es porque necesito el trabajo. Él empieza a leer mi currículum y se sorprende. Su rostro lo demuestra. — Vaya, señorita Brown, parece que es una mujer muy preparada para un simple puesto de secretaria. ¿Por qué no aspirar a algo mejor si, por lo que veo, fue la mejor de su clase? Yo asiento y suspiro. — Realmente, creo que cuando te esfuerzas tanto en tus estudios, piensas que saldrás y conseguirás el mejor empleo. Pero desgraciadamente, no es así. He buscado por un buen tiempo un empleo, pero todos me dicen exactamente lo mismo: que necesito experiencia. Pero si no tengo empleo, no puedo tener experiencia. Él sonríe y asiente. — En eso tienes razón. Si no le dan la oportunidad, nunca conseguirá la experiencia que le piden. Me gusta su currículum. Pero, ¿quién me asegura que soportará mi ritmo de trabajo? Usted será mi secretaria, mi asistente personal. Digamos que estará disponible las 24 horas y los 7 días de la semana. ¿Cree que podrá con eso? — Estoy segura de que sí. Él se pone de pie y me extiende su mano. — Pues entonces, bienvenida a Textiles Williams y Asociados. Yo acepto su mano y sonrío. Casi creo que me pongo a brincar de gusto. No lo puedo creer. Conseguí el trabajo simplemente por mi buen currículum. Él me da algunas indicaciones y salgo de la oficina con una sonrisa en mi rostro. Me encuentro al señor Williams afuera y solo asiente. Actualidad Veo cómo se abre la puerta de la oficina de Noah y sale el señor Williams con una sonrisa en su rostro. Se despide de mí como siempre y detrás de él sale Noah, que se ve un poco molesto. Me acerco a él y le digo: —¿Aclaraste con tu padre la confusión de hace un rato? Él sonríe y niega. —Nina, no te preocupes tanto. A mi padre no le importa con quién me acueste. —Noah, yo no me acuesto contigo. —Lo sé. Y también sé perfectamente que él lo sabe. Ahora deja eso para después, tenemos una junta con los socios. Yo solo suspiro, agarro mi tablet y lo sigo hacia la sala de juntas. Creo que personalmente tendré que hablar con el señor Williams, esto no me está gustando.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR