Nehemías le susurra algo al oído al chico que llegó con su amigo él sonríe y niega con la cabeza,
—Un gusto conocerte Javier.
— Es Gabriel—lo corrige.
Nehemías se encoge de hombros y se pierde junto con su amigo en la multitud.
Gabriel me mira me conoce muy bien y sabe que estoy nerviosa.
—Vamos a bailar.
Asiento ambos vamos al medio de la pista empiezo a mover mi cuerpo mientras suena Fantasías de Rauw Alejandro y Farruko, siento que alguien me mira giro la cabeza a ambos lados pero no veo a nadie, Gabriel pega un poco más su cuerpo al mío, cuándo veo a la parte de abajo de la pista está Nehemías mirándome con un vaso en la mano hace un gesto de brindis y por alguna razón mi cuerpo se empieza a mover diferente no bailo para Gabriel bailo para que Nehemías me siga mirando paso mis manos por todo mi cuerpo, Nehemías me observa a través de las pequeñas luces de colores se lleva el vaso a los labios bebe y luego se pasa la lengua, baja su mano hasta su entrepierna, estoy viendo bien, por ese gesto creo que está exitado o tal vez el alcohol me está haciendo tener ilusiones.
—¿Diana qué sucede?—Me pregunta Gabriel detengo mi baile
—Nada ¿por qué la preguntá?— giró mi cuerpo para quedar frente a él
—Creo que has bebido mucho es mejor que nos vallamos—Besa mi frente.
Vuelvo a mirar hacia donde está Nehemías el sonríe de lado y me da la espalda
Volvemos a la mesa en donde están Carlos y Fátima me bebo tres vasos más de vodka para quedar inservible.
Gabriel me lleva a mí departamento la mente la tengo un poco nublada él me baja cargando.
—Te pasaste Diana, tomaste más de la cuenta.
—Fue... Fue...—Hipo—Solo un poquito, además sabes....—Hipo—que quiero...
Él me mira confundido—Que me lo hagas duró.
Veo que abre los ojos como platos, entramos a mi habitación y me acuesta en mi cama—Primero estás borracha, nunca me aprovecharía de eso, y segundo que es eso que te lo haga du...—Lo interrumpo y empiezo a besarlo.
Es un beso lleno de ganas, es un beso salvaje, pero el me corta sujetando mis hombros—Diana princesa mañana es otro día, ahora duerme.
Me quejó, agarró la sábana de mala gana y cierro los ojos.
A lo lejos escuchó el despertador me muevo de un lado a otro mierda que dolor de cabeza tan espantoso, cómo puedo apagó el despertador, cinco minutos más digo para mí misma, abro un poco los ojos y agradezco que por lo menos las cortinas esten puestas, me giró y miró el reloj, solo tengo veinte minutos para prepararme y estar a tiempo en la cafetería.
El teléfono suena —Hola... —Mi voz es ronca y seca.
—¡Resaca!...—La voz de Fátima hace que me duela aún más la cabeza.—Vamos Diana levántate hoy el jefe nos presentará al nuevo empleado.
Bostezó—¡Me duele la cabeza!, Tengo sueño y me arde la garganta.
—Te lo metiste hasta el fondo, sinvergüenza por eso es que te arde la garganta—Suelta una carcajada.
—¡Fátima!... No... Nada amiga, si te cuento que ni quiso besarme, no recuerdo mucho pero... ¡Hay ya! me voy a bañar, Nos vemos en un rato.
Vuelve a reír—Esta bien amiga nos vemos en la cafetería.
Me levanté con mi lado zombie, arrastrando los pies y maldiciendo todo, el teléfono volvió a sonar pero era un w******p de Gabriel.
“Buenos días Princesa espero estés bien, escríbeme en lo que puedas te amo G.”
Hice algo que nunca hacia lo deje en Visto,puse mi playlists favorita empezando con Imagínate de Sech, preferí bañarme con agua fría para quitarme un poco la flojera mientras el agua recorre mi cuerpo yo canto “Yo también siento que hicimo el amor no voy a negar se sintió cabron” subo un poco más el tono “Imaginate encima e' mi haciéndome lo que te diga”. Y por algún motivo y razón que desconozco se me vino a la mente Nehemías sacudí la cabeza tome mi shampoo favorito olor a chocolate me lave el cabello y cerré la llave.
Salí de la ducha y me coloque frente al espejo, seguro todo fue pura casualidad lo más seguro es que ya no lo vea más está ciudad es muy grande y la verdad tenerlo cerca de mí es como si el fuera el detonador y yo la bomba...
Busco en mi closet quiero ponerme algo cómodo así que tome una licra deportiva negra, mi sujetador favorito blanco de encaje un crop top blanco con un corazón en medio me puse las zapatillas deportivas más cómodas, por si no se han dado cuenta no me gusta usar bragas desde que tenía dieciséis deje de comprarme panties, digamos que me siento más liberada suena loco pero cada quien hace lo quiera. Claro hay momentos en lo que todo se me sale de las manos ustedes me entienden cuando te visita la enemiga de todo hombre y la pesadilla de toda mujer el periodo, la regla, la monstruación, la tarjeta roja o como ustedes la quieran llamar.
El cabello me lo peino y lo dejo suelto no me gusta amarrarme el cabello mojado siento que se maltrata, tomó mi bolso de lado y meto los auriculares, y el teléfono.
Miró al reloj aún es temprano, así que me preparo un pan con jamón y queso amarillo para poder tomarme una pastilla siento que la cabeza me va a explotar en cualquier momento.
Después de comer, cepille mis dientes y salí corriendo como una loca para no llegar tarde, caminé rápido ,no prácticamente trote.
Llegue a la cafetería y ya esta abierta, entre, Fátima estaba limpiando el piso, la cafetería era grande, el piso esta revestido con cerámica blanca y negra a juego, las mesas son de un color rojo, al igual que la barra, en las paredes hay unos cuantos carteles de algunos cantantes, al frente hay un televisor de unas 75" siempre las personas vienen aquí a ver la final de todas las competiciones de fútbol desde la UEFA Champions League hasta los mundiales, es un ambiente familiar y acogedor.
Fátima me hace un gesto con el dedo índice.
Me pegó en la frente con la palma de la mano—Mierda el tapaboca.
Ella asiente y saca uno de su bolso, la abrazo—Gracias siempre salvando mi pellejo.
Choca su cadera contra la mía —Para eso somos BFF.
Sonrió
Charlie es un tipo de unos 37 años es el dueño de la cafetería, alto, robusto, piel color canela, ojos negros cabello rapado.
—Hola Diana, tienes cara de no haber pasado buena noche.
Alzó el pulgar y me pongo el tapaboca.
La campana de la puerta suena —Hay está su nuevo compañero.
Me giró para ver quién es y ¡tam!, ¡tam! ¡tam!—Suenan los tambores de entrada.
Nehemías lleva un suéter de capucha n***o un Jogger gris, camina hacia nosotros con las manos metidas en los bolsillos y lo veo en cámara lenta, “está bien quién coño está conspirando en contra de mí Casualidad de mierda”.
Se para justo enfrente de mí—Hola...
Hola a todos espero estén bien bueno está historia a penas comienza, vamos comentá y dime tu opinión qué piensas de Diana. Te va gustando su forma de ser.
Recuerda Votar