Karol
Sentía como alguien me perseguía no sabía quien ni que, solo corría, en pocas palabras, sabía que quien estuviera detrás de mi me iba a matar.
- No escaparas- era su vos, ni quería ver atrás, ni quería decepcionarme, pero lo hice.
Aaron me perseguía en su forma lobuna, quería matarme, ni sabía ni porque pero tenía miedo, sentí un peso arriba de mi, era el, sentí como mordía mi cuello y lo destrozaba, me estaba matando horrible mente lento.
Me levante agitada, una capa de sudor inundaba mi cuerpo, los busqué con la mirada, lo encontré acostado en la orilla de la otra cama, me acosté a su lado, ahora estábamos cara a cara, la luz de la luna entraba por la recámara y podía ver perfectamente sus facciones, porque era perfecto, en un movimiento indebido puse mi mano en su mejilla, su piel era tan suave, pase mi dedo por su nariz, pase mi dedo por sus cejas, pase mi dedo por su mandíbula hasta llegar a sus labios, eran tan carnosos y hermosos, pase mi dedo por la comisura de ellos.
Bésalo
Esa palabras inundó mis pensamientos, sonreí negándome a mi misma:
Bésalo
Mi dedo viajo por sus suaves labios, sin darme cuenta me acercaba, ahora nuestras narices rosaban.
Bésalo
Mis labios rozaban con los suyos, en cuanto iba a besarlos por una mueca apareció en su cara, me separé y cerré mis ojos intentando parecer dormida.
- Lo que se hace por amor- escuche como susurraba, sentí su mano rodeando mi cintura, se acercó a mi abrazándome.
- Se que estás dormida, pero te lo dire, así no me sentiré tan mal- empedaba a susurrar cerca de mi.
- E estado haciendo un plan con papá, la manda ahora está débil y necesitamos su ayuda, cuando te rechace tú manda ya no nos quería ayudar, papá supo que yo era tu huella y me obliga hacer esto- pasó un mechón de mi cabello atrás.
- Me obligó a dejar a Alice para estar contigo y detener el que puedas morir, no quería dejar a mi prometida Karol y espero que lo entiendas, entonces mi papá y yo hicimos un plan, si detenía tu sufrimiento ella se quedarían por lo cual si lo hacía y nos ayudarían a matar a esos ojos rojos me quedaría con Alice, papá acepto, no le importo si te llegaba a lastimar o si te llegaba a hacer daño de nuevo, solo le importo el que no allá ojos rojos en nuestro territorio- como decirle que lo sabía, como decirle que lo ayudaría sin que me importase si me matase, como decirle que detrás de todo eso lo amaba, como decirle que quería morir y él ayudaba a cumplir esa meta.
- El no es como yo, a él solo le importa su manda u territorio, nunca acepto sus tratos pero en verdad amo a Alice, se que ni te conozco y aún así de te mataré, se que te lastimo tanto, lo lamento, lamento si en algún futuro te ilusione, o si en algún futuro toda tu r**a me acabe odiando, Karol tu muerte para mi ahora va ser un pesar pero no hay nadie más en el mundo que ame más que a Alice, te prometo que me tomare el tiempo de saber que no as hecho y te llevare a cada rincón que no as conocido, te daré a probar la comida más exquisita y te are amar hasta tu ultimo defecto, lo lamento Karol- me hizo recargar mi cabeza en su pecho, un nudo en la garganta me pesaba, empedo a tararear y acariciar mi cuerpo al punto que caí en los brazos de Morfeo.
-
- Karol la manda ya está en posición, quiere que de la orden- Mi Omega me indicaba, asentí y ella corrió con las otras, irían a perseguir el olor a vampiro junto a los demás, yo le quedaría aquí por si volvían.
Mi olfato recibió el olor a muerte, empecé a seguirlo con sigilo, deje de caminar al escuchar una rama caer, busque el causante del sonido, y lo encontré entre los árboles, sus ojos eran rojos fuertes, no sentía amenaza alguna lo contrario sentía tranquilidad.
- Qué haces aquí- pregunte firmemente.
- Matar, que no es obvio- su tono irónico causó que soltara una risita.
- Qué haces aquí en verdad- salió de árbol hasta quedar en frente de mi.
- Los lobos, venimos a matar a la manda Black, pero tú no eres uno de ellos o me equivoco- asentí.
- No soy un pantera, podría saber porque quieres matar a la manda- rio.
- No te lo an contado- negué.
- Ellos, en especial su Alfa, mataron al amor de mi vida, a mi media naranja, seguro que te dijeron que nosotros sólo veníamos por humanos- era cierto.
- Sabes el porqué de la muerte de tu doncella- se acercó más a mi.
- Ella caminaba por este pastizal, le advertí que no se acercará que corría peligro, no le expliqué que eran territorio lobuno, pero no me hizo caso ya que había oído un bebé llorando, ella fue por él, en segundos su cabeza había sido arrancada por un lobo, y yo lo vi todo, no podía acércame o ayudarla, ellos se quedaron con el bebé y lo criaron como suyo, ahora que el bebé creció que más de venganza que matarlo- fruncí el ceño, quien era el bebé.
- Cómo estás seguro de que el bebé sigue con ellos- me miró con confusión.
- Pero si conocen muy bien el bebé, diría yo, digo no olvidarías la persona que decide matarte sin conocerte, o más específicamente que tu huella te rompa el corazón- mi respiración paró unos segundos, mi cabeza daba vueltas, Aaron no era hijo de Reagan, Reagan había engañando a todo el mundo.
- Pero porque matarías a Aaron si ni siquiera es familia de Reagan- pregunte.
- Porque lo ama igual que a una, para el Aaron es su hijo, el no lo sabe, fue criado con la idea de que su papá es Reagan y que su mamá es Rosaline, fue criado con la historia de que mi esposa lo había robado una noche de las manos de ellos y que si no llegaban a tiempo ella lo mordería y lo mataría, pero mi esposa nunca fue así, era la mujer más bondadosa que jamás siga visto en mi larga vida, creció pensando en que nosotros éramos los malos, pero es todo lo contrario- le explicó, era mucha información para solo unos minutos.
- Eres el malo en una historia mal contada- el asintió, escuchamos ruidos.
- Véte dire que me distraje- el me vio con compasión y me agradeció antes de irse.