Prólogo
Detesto las matemáticas, inclino mi silla y observó el techo, esto es muchísimo más interesante, ¿Quién inventaría una cosa tan odiosa?, zeno, tangente o era ¿Eugenio?.
—¡Esa mancha tiene forma de corazón! —exclamó sorprendida—, la humedad de mi techo tiene estilo.
—¡Kara! —grita mi tía, por su espantoso chillido pierdo el equilibrio de mi silla, cierro mis ojos lista para el impacto y llorar todo lo que sea necesario pero el golpe, ¿No llega?.
Abro mis ojos para ver que ocurre y Martin me mira, mi corazón empieza a palpitar como loco.
—¡Kara tienes baba!. —Se burla “Mi querido primo", nótese el sarcasmo.
Mi bello Martín sonríe.
—Déjala en paz, es muy pequeña para que entienda tus horribles bromas —contesta el amor de mi vida y siento como mi corazón se hace trizas, ¿Pequeña?, no, no….
Mi primo se acerco a mi oído y me susurra:
—¡Auch eso dolió!
Mi impulso de darle una paliza surge, ¡Maldito Esteban, tonto!
—¡¿Podrían retirarse ambos de mi cuarto?! —gruño entre dientes, necesito intimidad, mi corazón sangra y no necesito que le echen sal a mi herida.
—Pero…
—Se van y principalmente tú —digo señalando a mi tonto primo, mientras abro la puerta, Martin hace una sonrisa de disculpa y duele aín más, solo vete del cuarto o llorare, estoy usando mi orgullo destruido para soportarlo.
Mi primo me mira y antes de que hable lo empujo fuera de mi habitación.
—Si pregunta tu mamá por mi dile que me duele el estomago, ¡Gracias! —Cierro la puerta en su cara.
Me tiro a la cama frustrada, ¿Es por que tengo 15 años y el 18?, ¡Esto es tan injusto!.
Enojada me arrastro hasta el espejo, ¿No soy lo suficientemente linda?, luego de hacer muecas me doy cuenta que no es eso, soy demasiado bella para no ser linda, soy demasiadas tiernas mis mejillas, osea me amo.
Mi vista de pronto se vuelve un poco borrosa pero vuelve a la normalidad, ¡Ay que susto!, por un segundo creí que terminaría en el hospital. Sujeto mi pecho y me relajo.
Lo mejor será dormir, mi cabeza está un poco incómoda, no quiero moverme de nuevo, inclino mi cuerpo y me arrojo a la cama, cierro mis ojos, me conformo con dormir 15 minutos.
Bien hora de dormir… ¡No puedo dormir!, genial no puedo hacer algo que hace cualquier persona normal. ¿Qué quieres de mi mundo?.
—¡No, no, respira!, no tengo que perder el control. —Tengo que pensar positivamente, evitando recordar mi desamor, que Martin me rompió el corazón sin piedad, exceptuando eso creó que todo está yendo muy bien.
Solo piensa en una canción para dormir, na, nana, nanana, nana, na… Eso no es una canción sólo estoy tarareando en mi mente, ni siquiera sabía que sería posible eso.