Han pasado los 15 minutos, el lapso de tiempo que él me dio, y no quiero ir a la sala a encontrarme con Ricardo, no quiero verlo, pero también muero del miedo de lo que llegue a ser capaz de hacer, su transformación me tiene desconcertada, es una persona totalmente diferente. En eso tocan la puerta con suaves golpes, mis manos comienzan a tocar, debo hacerle frente a esto.
— Adelante — digo en voz baja, a la espera de que entre mi verdugo.
— Señora Ana el señor Ricardo la espera, que por favor no lo haga esperar —. No la miro, sigo mirando mi rostro al espejo.
— Dile que ya voy, terminó de arreglarme y salgo —. Mi voz sonaba débil.
— Bueno señora, sólo no tarde mucho —.
Dice Betty cerrando la puerta de la habitación.
Decido ir a ver qué quiere Ricardo,
salgo de la habitación y caminó a lo largo de un pasillo hasta llegar a la sala de estar ahí encuentro a la señora Betty y a mi adoradisimo esposo dándole indicaciones.
Con su mano me hace señas para que espere yo asiento con la cabeza y esperó a que termine de hablar con la señora del servicio. Observó las pinturas que cuelgan de las paredes, su intelecto es tan grande como su maldad.
— Ya puede retirarse —, escucho que Ricardo le dice a Betty. Sacándome de mis pensamientos, luego su mirada se dirige a mí. — Pensé que querías que fuera por ti — lo dice con un tono burlón.
Ruedo los ojos, el ego de este hombre me está enloqueciendo. — Ya estoy aquí, ¿Qué quieres? —. Escupo mis palabras.
Él se levanta y empieza a rodearme y a mirarme como cazador a su presa, ¿acaso este hombre está demente?, pensar que hace horas me decía que me amaba y ahora me mira como un juguete al que se le saca provecho y después lo desecha. Está más que claro que tiene algún problema.
— Mira mi querida Anita te voy a dar las indicaciones mientras tú estancia —, habla con tono serio.
— luego cuanto tiempo voy a permanecer aquí, ¡Ya pague tu maldita deuda!, ¿qué más quieres de mí? — digo con mi voz entrecortada, pues cada palabra que dice Ricardo es como un puñal que clavan en mi pecho y muero de dolor.
— Eso ya te lo dejé, claro, de aquí no saldrás ni hoy ni nunca me perteneces soy tu esposo métetelo en esa cabeza de una buena vez —. Lo dice mientras toca mi cabeza con su dedo en forma de regalo.
— Bueno, entonces a lo que vine, así no pierdo más mi tiempo acá contigo —. Cruzo mis brazos.
— Así está bien, aplicada. Primero: no vas a salir a ninguna parte, sólo sales conmigo cuando requiera de tu compañía —. Intentó hablar pero él sube su voz.
— Cállate que todavía no terminó — dice con enfado. — Segundo: todas las noches en esta casa, vienen mis amigos a jugar y a entretenerse un rato y tu deber es estar conmigo durante toda la noche y una que otra noche vas a entretener a mis amigos.
— Yo no soy tu puta — digo con rabia.
Pues si Ricardo piensa que voy a ser la puta de quien él diga está muy equivocado.
— A ver querida, no se si me estas entendiendo, si te digo saltes tu saltas, si digo corre tu corres y si digo que vas a entretener a mis amigos ¿Qué crees?... los entretiene. O acaso quieres que le pase algún accidente a tu mamita o papito eh.
No creo lo que estoy escuchando acaso me está amenazando con hacerle daño a mis padres >.
— Tercero: en tu clóset hay varios vestidos y zapatos para que escojas uno cada noche y en el tocado hay joyas para que luzcas cada noche. Todas las noches vas a ponerte uno diferente y si llegas a necesitar más ropa o zapatos se la pides a Betty y ella me informará a mi en su debido momento. Cuarto: en el día comes en tu cuarto y en las noches cenas conmigo y mis amigos. Quinto:
Si no comes, si intentas escapar y si no haces lo que te indicó, tanto tú como tus padres sufrirán las consecuencias. Espero que te haya quedado todo claro, ahora mueve esa cabeza hueca mostrando que si entendiste — lo dice con su porte de superioridad hacia mi. Yo asiento , no me queda más que aceptar mi destino.
Luego de sus condiciones, me dirijo hacia mi habitación está noche aprovecharía durmiendo, mañana será un largo día, escuchó a lo lejos. Entró al cuarto y me echo a llorar creo que no voy poder aguantar, Ricardo es un desgraciado no le basta con hacerme daño, haber participado en mi violacion si no que ahora amenaza con hacerle daño a mis padres y para rematar quiere que sea su puta.
Miró al techo, esa pintura blanca me sirve para recordar, los momentos con mis padres, con mi amiga… extrañaré todo eso, ¿cómo estarán?, deben estar pensando que yo estoy en mi luna de miel, pasándola de lo mejor, que falta me hacen. Si pudiera pedir solo un deseo pediría simplemente que el tiempo se devolviera, así no me casaría, no volvería a cometer ese error. ¿Por qué a mí?, no le hice nada, al contrario siempre quise brindarle amor que equivocada estuve, pensé que era recíproco el amor, muchas veces uno recibe las señales equivocadas y estas son las consecuencias. Por más que quiero dormir, los recuerdos de las palabras de él me atormentan. Ahora entiendo a las aves, quisiera ser libre y poder volar lejos al lado de mis padres. Al menos tengo la satisfacción de que ellos están felices por mi, lo que sí tengo claro es que no voy a dejar que él los lastime, sé que habrá una solución, mañana será un día mejor. Debo repetirme lo para creerlo, debo creer que todo estará bien.
Por el momento debo ser fuerte por ellos, por mí, Como quisiera que todo fuera diferente qué el hombre que del que me enamoré en verdad me ame en verdad me desee como yo a ella y no juegue conmigo de esta forma. Ricardo todo sería tan diferente si valoraras el amor que te entrego.