capitulo 3

1178 Palabras
Samantha Llego a casa alrededor de la media noche, entro despacio para que papá no me escuche, llego a mi habitación, tomo un baño y duermo. Al día siguiente duermo hasta tarde, cuando escucho que papá toca la puerta. - Mi amor, debes de comer algo. - Papá, déjame otro ratico, solo un ratico más - le digo volteándome hacia el otro lado de la cama. -Cariño, solo come algo. - Está bien, papá. Me levanto casi dormida por la insistencia de papá para que coma algo. Vuelvo a mi habitación y tomo un baño rápido, quiero salir y tomar el sol en la piscina. Me pongo un bañador y decido relajarme un rato, tengo que revisar algunas cosas de la universidad. Estoy en la tumbona y no sé en qué momento me he quedado dormida, cuando empiezo a sentir frío. Me despierto y son casi las ocho de la noche, subo a mi habitación, tomo un baño rápido para ponerme a estudiar y acostarme a dormir. Papá no sé encuentra en la casa, se fue a la oficina de su empresa donde solo Él trabaja, siempre busca la manera de sacar la empresa a flote, eso hace que me duela un poco el corazón, él siempre está trabajando. Los siguientes días pasan igual, universidad y después a la casa a estudiar. Con el señor Carlos hemos acordado comunicarnos los miércoles en la noche, por si pasa algo en el club, él pueda informarme. Así que como cada miércoles hoy enciendo el teléfono del "trabajo" por si sucedió algo esta semana, muy a las ocho suena el teléfono. - Hola Violet, ¿cómo va tu semana? -Señor Carlos, muy bien gracias por preguntar. - Qué bueno cariño, ¡me alegra! Este viernes te necesito en el club, tenemos a un importante invitado. - ¿Cuánto es la paga, señor? - Igual querida, solo dos shows como siempre, ¿qué dices? - Está bien señor Carlos, allá nos vemos. Cuelgo la llamada y me programo para ir el viernes al club, no me gusta ir en semana, pero es la misma paga de siempre, eso quiere decir que las otras chicas también van a estar, cuando el señor Carlos me ofrece más dinero no la aceptó porque me da desconfianza. La semana pasa volando y llega el viernes, tengo que mentirle de nuevo a papá para poder ir al club, cuando me dice que este fin de semana tiene que viajar por su trabajo en la pequeña empresa. Yo le digo que lo amo y me despido de él, porque su vuelo sale hoy a la media noche, aprovecho para quedarme en un hostal para trabajar mañana y así no tener que viajar dos horas para ir otra vez al día siguiente y le digo a papá que me quedaré a dormir con mi compañera de la universidad. Nos despedimos en la puerta y me dirijo a la parada de autobús, otra vez la rutina del auto viejo, pero esta vez es por dos días. Llego al club y todo está normal, llego a la puerta y saludo al guarda Steven, aunque esta vez lo llamo por su nombre. Llego a mi camerino cuando tocan a mi puerta, coloco mi antifaz por miedo a que alguien me reconozca. - Hola Violet, que bueno verte. - Señor Carlos. Lo saludo - Querida, hoy las luces van a estar apagadas, solamente habrá una luz que apunte hacia ti, es por pedido del cliente importante, ¿tienes alguna objeción? - No, señor, solo avísame cuando me toque salir y allí estaré - Ok querida, termina de alistarte El señor Carlos se va y empiezo a cambiarme, hoy utilizaré lencería blanca, sin tul y solo los tacones de aguja transparente, aplico colonia y crema con brillantes en mi cuerpo. Escucho el timbre de mi llamado, cuando salgo al escenario se siente vacío, como si solo yo estuviera en él, aparece una luz que solo apunta hacia mí y me ciega un poco, logro disimular agachando un poco la cabeza y me dirijo al tubo. Bailo como siempre lo hago, pero no escucho nada, me parece un poco extraña esta situación. Hay alguien aquí, puedo sentir que me miran, pero es como si solo estuviera una persona y yo. Termino mi show y me dirijo a mi camerino, para esperar el siguiente timbre. Escucho la misma música que las otras chicas utilizan, así qué continuo como si nada. Decido quitar mis zapatos para no tropezar, y llegar descalza a mi camerino. Estoy por quitarme el antifaz cuando abren la puerta, me lo amarro de nuevo muy rápidamente. - Señor, usted no puede estar aquí, le digo yendo hacia la puerta para abrirla - Sí que puedo, Violet Ese nombre en su boca hace que mis bellos se ericen un poco. Abro la puerta y puedo ver a dos hombres parados allí. Así que como mi inteligencia me lo permite decido preguntarle qué quiere. -¿Qué quiere señor? - Esa es una muy buena pregunta rubia, después de todo eres inteligente. Ruedo los ojos y me cruzo de brazos esperando que me diga que quiere para poder que se vaya de mi camerino. Puedo sentir su mirada sobre mí, y me siento como si estuviera desnuda. - ¿Cuánto dinero para que te acuestes conmigo? Otro idiota pienso y me rio a carcajadas -Señor, usted no puede permitirse pagarlo. Le digo, ya que no tengo la intención de hacerlo, nunca me he acostado con nadie y no lo voy a hacer con un desconocido y menos por dinero. - Solo di cualquier número, rubia. Decido ser osada y decir un número muy alto solo para ver su cara de decepción. - Está bien, que tal unos doscientos mil. Digo como si la cifra no fuera nada, pero me tiemblan un poco las piernas al pensar que pueda decirme que sí tiene el dinero. Lo veo sonreír de lado, qué hombre tan grande y sexy pienso. - Te ofrezco cuatrocientos mil, si pasas la noche entera conmigo. Creo que mis ojos se van a salir de mi rostro. - Señor, creo que usted no es un buen negociante, la idea es hacer que la otra parte disminuya su precio y no duplicarlo. -¿Quién te dijo que no tengo dinero para regalarte? - hace una pausa - ¡si quisiera! Me quedo callada cuando él hace un gesto a sus hombres y se acercan con un portafolio en sus manos, lo dejan sobre la mesa y lo abre para mí, hay mucho dinero adentro, no creo que pueda contarlo. - Una noche entera, recuerda. Me toma de la mano y me arrastra a la salida, no he salido aún de mi trance, acabo de aceptar acostarme con un hombre por dinero. -¿Señor - lo llamo - y si no quiero ir con usted? - Diste un precio, rubia, yo lo pague. ¡Eres mía por una noche! Fue lo último que escuche cuando me sube a su auto y cierran la puerta.
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