Samantha
Vamos en su auto, pero ninguno habla, yo solo estoy muerta de miedo, como es posible que haya hecho eso.
Aunque es solo una noche, con ese dinero puedo ayudar a mi padre para que saque la empresa a flote. Pienso
Es solo una noche de sexo, nadie se ha muerto por eso, además es dinero que puedo usar para ayudar a papá y nunca más volver el club, puedo dedicarme a mi carrera solamente.
Todo por nuestro futuro bienestar, una noche y no vuelvo a saber de él. Solo una que va a doler, pero puedo soportarlo.
Estoy metida en mis pensamientos cuando abren la puerta del auto, me bajo y llegamos a un hotel de esta ciudad, se ve muy elegante.
Al menos no fue un gordo feo, pienso.
Me toma de la mano y se dirige a una habitación, uno de sus guardaespaldas entra la revisa y sale asintiendo con la cabeza.
Entramos y ellos se quedan afuera.
Puedo observar que tiene un tubo, qué maldita obsesión para que le baile en privado. Pienso
-Te quiero desnuda y en ese tubo.
Escucho que me dice.
Hablo con él, no quiero quitarme el antifaz y que vea mi rostro, él me dice que solo quiere follarme y eso está bien para mí.
Una noche y mi futuro cambia, pienso
Veo como se termina de quitar su ropa y no puedo evitar observarlo un poco, tiene un m*****o gordo y largo. Me va a doler. Pienso
Me quito la ropa y empiezo a bailar, hago como si él no estuviera para no desconcentrarme y caer.
Escucho que me llama, me pide que me arrodille, me meto su m*****o en mi boca y no sabe mal, tampoco sé cómo hacerlo, él lo nota y me guía, toma mi coleta en su mano y se empuja en mí, algunas veces siento arcadas, pero él se detiene, y vuelve a empezar.
Siento un líquido espeso en mi boca y no sé qué hacer, él me mira y me pide tragar, lo hago sin pensarlo porque me voy a vomitar.
Se levanta y me sube al sofá, me abre las piernas y empieza a lamer mi centro, es una nueva sensación, me gusta, no hago ni digo nada, solo me dejo.
Empiezo a jadear un poco y él empieza a introducir dos dedos en mí, me duele un poco, pero no digo nada.
- Estás muy estrecha rubia. Escucho que me dice
Se arrodilla en el sofá y se introduce en mí de una sola estocada, muerdo mi labio por el dolor, siento como se resbala una lágrima por mi rostro.
El señor se detiene y yo lo miro
- ¡Eres virgen!!!
Asiento con mi cabeza, no sé cómo responderle.
- Esto sí que es una sorpresa rubia, ¿por qué no me dijiste?, hubiera sido menos rudo - veo como empieza a limpiar la sangre que tiene en su m*****o.
- ¡No preguntaste! - le digo sin mirarlo a la cara.
- Pero una situación así, se comenta. Toma mi rostro y me besa.
Empieza a besarme y masajear mis senos, aprieta mi trasero, y empieza a excitarme, deja besos por mi abdomen y vuelve a bajar a mi centro, jadeo por la sensación, siento que mi cuerpo se llena de calambres y tengo que liberarme.
- Eso es tener un orgasmo, rubia.
Se introduce en mí y arde mucho, él siente mi malestar y empieza a jugar con mi botón, me relajo un poco, él se introduce más y más, empiezo a jadear, duele, pero me gusta, es algo nuevo, una sensación diferente.
Aprieto su espalda y creo que le voy a dejar marcas, esa acción hace que él aumente el ritmo jadeo sin saber por qué, mi respiración es pesada. Él me besa y me pide que me corra.
Siento como vuelven a aparecer los calambres y a querer liberarse.
Siento como su líquido sale de mí.
Me pone sobre mis rodillas y mis manos y vuelve a introducirse. Hala de mi cabello y habla en mi oído.
- Pequeña rubia de antifaz, esta noche no la vas a olvidar.
Hace que vuelva a correrme. Estoy cansada, me duele mi centro. Pero él no se detiene, cada vez parece que tiene más y más ganas.
Me hala hasta el tubo y yo me pego a él, él se introduce por detrás y empieza a follarme, me habla al oído sobre lo sexy que me veo en el tubo mientras me levanta una pierna, me folla duro mientras hala mi cabello hacia atrás.
No sé cuantas veces me ha hecho correr, ni cuantas veces se ha corrido en mí, solo sé que estoy cansada, me duele mi parte baja, hemos follado por toda la habitación, en el baño, living, cocina, menos en la cama, allí no me ha llevado y donde más me ha follado y muy fuerte ha sido en el tubo.
Terminamos rendidos y nos acostamos en la cama, él monta su pierna en mí, siento como mis parpados se cierran, pero no puedo dormirme, tengo que irme de aquí.
Espero a que se duerma y me levanto de su lado, busco mi ropa y me la pongo, voy al baño y utilizo una bata para salir, no puedo andar en la calle con ropa interior.
Cuando salgo sus guardaespaldas me miran, yo asiento con la cabeza y paso por en medio de ellos. Me dirijo rápido a la salida del hotel, todo mi cuerpo duele, pero necesito irme de aquí, tomo un taxi y le doy la dirección del club.
Llego al club, me dirijo a la oficina de Carlos, necesito que me pague, que piense que todo es igual, pero ¡no voy a volver!
Tomo mi pago de sus manos, hay más dinero del que siempre me da.
- Pagaron diez mil por tu presentación anoche y te dejaron propina. Hasta en la noche cariño
Me entrega otro sobre, asiento con la cabeza y agradezco, voy rumbo a mi camerino a tomar un baño, puedo observar el portafolio. Me visto como llegue al club, me llevo el portafolio y dejo la lencería y el antifaz en el cesto de ropa sucia. Cierro y dejo la llave puesta, no tiene caso llevarla si no voy a volver
Subo al auto viejo, llego al deshuesadero y le ofrezco mi teléfono que uso para mi trabajo como parte de pago, él asiente y le doy el resto del dinero.
Decido viajar a otro pueblo con el nombre de Violet y después tomo el autobús a mi ciudad, tomo un taxi y llegó a casa.
Tengo que pensar muy bien como voy a darle el dinero a papá para la empresa, si se lo entrego directamente va a empezar a cuestionarme.