Katherine En mis veintiún años de vida nunca comprendí tan bien el dicho "el hogar es donde está el corazón". Los últimos días me había convencido, casi a la fuerza, de que no necesitaba tener un hogar todavía, que bastaba con tener una cama donde pasarla bien. Mi problema era que seguía teniendo un solo hogar y una sola cama y Devora seguía siendo dueña de ambas. No podía ocultárselo a nadie, menos a mí misma. Al organizar una cita con Dilara descubrí que había retrocedido considerablemente en su plan de conquista luego de conocer a Devora. Ya no estaba dispuesta a hacerme entender que era demasiado joven para toda una vida junto a una persona ni tampoco se sentía en posición de juzgar nuestro amor. Desde mi punto de vista solo era cobardía. Ninguna chica se sentía capaz de competi

