JESSY
Es alrededor del quinto orgasmo que me doy cuenta de que estoy viviendo en el cielo. En el séptimo cielo. En el cielo con Siete.
Vera estaba equivocada. El hombre si sabe cómo manejar una v****a. Porque toca la mía como un violín todas las noches. No puedo creer la frecuencia con la que sus dedos estan dentro de mí. Y en algunas ocasiones su lengua. Paso los siguientes días permanentemente satisfecha sexualmente, pero clamando por más, mas. Nunca había conocido un placer tan derretidor de extremidades y eufórico. Y el hombre ni siquiera me ha metido la polla. No hasta que grite mi consentimiento y el esté satisfecho de que estoy completamente “lista”
El viernes por la mañana, me despierto aproximadamente media hora antes de la alarma. No es típico para mí, pero tampoco lo era comp
