Capítulo 2

1897 Palabras
La cabeza me esta matando, el dolor que tengo es tan insoportable que a estas alturas de mi vida, ya debería ser inmune a las jaquecas por las borracheras que me mando. Ayer, como suele suceder cuando salgo con Sebastián y Samuel, nos descontrolamos tanto que no tengo idea de como es que llegue a casa. ¿Si estoy en mi hogar, cierto? Me digo mentalmente pero por algún motivo dudo de mi propia respuesta y pregunta. Así que, abro los ojos aunque los cierro de inmediato por la brillante luz que me golpea, para luego abrirlos de manera pausada e ir adaptándome de a poco. Una vez consigo mi meta, me doy cuentas de que no tengo puta idea de donde estoy. ¿Será un hotel? Analizó mi entorno y pareciera que si, a menos que la chica con la que me acosté anoche tenga la elegancia de un hotel y el dinero para tener esta clase de muebles, pero lo dudo. Ni yo la tengo con todo el dinero que poseo. Veo hacia mi costado y veo a una chica morena desnuda, dejando a mi vista un hermoso trasero haciendo que maravillosos y orgasmicos recuerdos de lo sucedido anoche me lleguen a la mente y que la bestia que tengo entre las piernas despierte de su descanso. Le estuve dando como bombo en fiesta hasta casi la madrugada y ella, como niña buena, aguanto todo lo que le hice, sin quejas. Cosa que me gusta demasiado, ya que puedo ser algo salvaje y desenfrenado la mayoría de las veces. Sonrió por mis pensamientos y sin pensarlo mucho más, comienzo a besar su espalda y a tocar su redondo trasero. Ella se queja y se gira dejándome ver la parte frontal de su cuerpo, claramente también desnudo. Y sus redondas y deliciosas tetas con las que me saludan y dan los buenos días. - ¿Otra ronda guapo? - dice con una sonrisa en el rostro y ojos cerrados. No hace falta que diga nada y la manera en que me devoró uno de sus pezones, le dan la respuesta que ella estaba esperando. No puedo negarme a este inicio del día, así que...aquí vamos con un deliciosos mañanero. ***** Termino de vestirme cuando veo como la chica se acerca a mi con sonrisa coqueta, l que devuelvo. - ¿Podré verte otra vez? - pregunta lo mismo que preguntan todas. No eliminó mi sonrisa del rostro, me giro y la abrazo a mi, dejo un delicioso y devorador beso en sus labios para luego alejarme. Sus ojos brillan con intensidad porque de seguro se cree diferente a todas las otras mujeres que han paso por mi cama y por supuesto, que por mi polla. Donde lo más probable es que este pensando que me tiene en sus manos pero no, no soy hombre de ninguna mujer, soy de todas. - Gracias por la magnífica noche y por supuesto, por la deliciosa mañana...- suelto dejando otro intenso beso en sus labios -...pero no, yo no repito querida - suelto y me alejo sin dejar de sonreír. - Algún día caerás por alguna mujer y me encantaría ver si seguirás manteniendo esa sonrisa - me dice y yo lanzo una carcajada por sus palabras, ya que solo me provocan una intensa risa. - Lo veo difícil querida, eso no sucederá nunca - le contesto tomando mis últimas cosas para salir de la habitación del hotel. Pero antes de abandonar por completo el lugar, ella habla. - Nunca digas nunca querido, por que el karma puede ser bien perro cuando se lo propone y ni tu, ni nadie, es exento de aquello - dice acercándose a mi, dejando un suave beso en mis labios para luego salir del lugar sin poder decir nada a cambio. Veo como se sube al ascensor y desaparece en el. Niego con la cabeza sin dejar de sonreír ante esta divertida escena. Salgo del hotel y me dirijo a tomar desayuno, necesito comer algo para estar presentable durante el dia, al menos un café bien cargado. Por supuesto, llego al cafe cerca de mi oficina y coqueteo con la cajera que me tiene caliente desde hace un par de semanas. No hemos pasado de furtivas miradas y palabras coquetas, cuando lo que deseo es empotrarla en el baño dejando su coñø humedecido por mi polla, el que está mas que deseoso de enterrarse en ella. A mi me gustan todas las mujeres, en colores, tallas y formas, considero que son todas hermosas pero si tienen ciertos atributos que me descontrolan, mucho mejor. Como ella, que tiene un trasero de infarto y el cual me gustaría azotar hasta dejar mi mano marcada. Joder, de sólo imaginarlo ya me puso duro. Tendré que llevar mi conquista con ella de manera más rápida, así que con la agilidad que me caracteriza le entrego mi tarjeta cuando me entrega el café que pedí. - Llámame cuando quieras - suelto guiñandole un ojo para luego salir de ahí con una radiante sonrisa. Se que llamara, solo espero que sea pronto por que me gustaría hacer realidad mi fantasía con su trasero. Me subo a mi coche y al momento de encenderlo me percató de la hora que es. Rápidamente me pongo en movimiento y me dirijo hacia la casa de Sebastián para fastidiarlo, como todos los días. Me encanta ser la piedra en el zapato de mis amigos, disfruto jodiendo sus días. Como ahora, que iré a estar presente en la entrevista de una de las nuevas mucamas de su casa, no lo hago por que me falten mujeres que calienten mi cama, solo lo hago para joderlo y nada más. Pero...si aparte de fastidiarlo me puedo llevar a la cama a una guapa mujer, simplemente es para mi, un ganar - ganar, aunque mi amargado amigo se moleste. Lo que no es difícil, ya que es un completo amargado desde hace un par de años. Entrar en su propiedad cuando las enormes rejas de su propiedad se abren para mi y lo primero que me percató es de una hermosa mujer que luce algo nerviosa y tímida caminando hacia la entrada de la mansión de Sebastián. Joder, pero que piernas. Ese vestido le favorece un montón. Pienso cuando la detalló a medida me voy acercando. Conduzco a una velocidad más que lenta y ella apenas percibe que no está sola, gira su rostro para verme fijamente, lo que provoca nervios poco comunes en mi y que mi respiración se cortr por un segundo. ¡Mierda! ¿Qué fue eso? Me recriminó por lo que acaba de suceder pero no le doy importancia alguna por que me repongo rápidamente. Avanzó un poco más rápido y estaciono, guardo las llaves de mi coche en el bolsillo, me colocó mis gafas y me acerco a la entrada de la mansión llegando junto con ella. Que casualidad. - Hola mi bella dama, un gusto conocerla. Soy Lucas y usted? - Le digo con galanteria pero ella antes de responder me ve de arriba abajo, no pasando desapercibido para mi, que le gusta lo que ve o eso quiero pensar, aunque su rostro no me de muchas respuestas y menos cuando hace una mueca que no logro entender a qué se debe o que significa. - Un gusto señor, soy Lorena - dice la condenada mujer con una voz que me erizo por completo. Estiró mi mano para finalizar el saludo, ella me ve dudosa por un segundo, hasta que toma la mía y una corriente eléctrica me recorre entero. Electricidad, que al parecer no sólo lo sentí yo, ya que ella al tocarme abre los ojos de par en par y se aleja de mi tacto apenas siente esa corriente recorrerla. Me acerco a ella casi por inercia pero antes de hacer cualquier cosa, llega Maria a interrumpirnos. - Querido Lucas, no sabia que vendría hoy - suelta pero yo no presto atención, ya que me quedo embobado y perdido por la mujer que tengo en frente. Tiene unas tetas de infarto, donde con gusto enterraria mi cara en ellas o me correría una paja rusa. Tiene muy hermosas y delicadas facciones, una estatura de 1.70 aprox, algo que llama mucho mi atención, es delgada y de tez clara, un detalle que me da igual excepto sus ojos, tiene unos ojos color avellana que me encantan y que me tienen entre fascinado y hechizado por ella, los que no deseo dejar de ver y por supuesto, un cabello largo para sostener cuando la tenga en cuatro y... - Joven Lucas...? - me habla Maria sacándome de mis pensamientos perversos, lo que provoca que la maldiga internamente. Veo a Maria y luego vuelvo mi mirada a la chica que me ve con unos ojos que dicen más de lo que sus palabras quieren decir. ¿Qué estará pensando? Por que puedo ver y hasta sentir como su mente en un tornado de cosas. - Hmm - respondo pero Maria solo sonríe divertida, ya me conoce y debe saber que estoy pensando. - Pasemos adentro. Lorena, el señor Santorini ya espera por ti en su despacho - le dice Maria dándole alguna indicaciones, la hermosa chica le sonríe suavemente para luego seguir sus instrucciones. La hermosa mujer ingresa y antes de desaparecer, se gira levemente y me da una mirada sobre su hombro, lo que yo aprovecho y le guiño un ojo. Ella frunce el ceño y se aleja, dejándome idiotizado. Yo como un idiota, me quedo en el mismo lugar recordando como la chica ingreso en la mansión dejándome ver su redondo y perfecto trasero pero cuando estoy a punto de seguirla para no seguir perder tremenda obra de arte recibo un golpe en la cabeza sacándome de mi ensoñación. Giro hacia mi costado izquierdo y veo que es Maria la que me golpeó. - ¿Por qué hiciste eso? - Le reclamo. - Para que dejes de verle el trasero a la pobre chica. Es bella, pero NO es para ti - me dice y yo sonrió divertido. - Mari hermosa, todas las mujeres son para mí - suelto risueño y ella me da otro golpe y otro más. - ¡Ni se te ocurra! Déjala en paz, no quiero perder más chicas por tu culpa y menos a ella, que de verdad necesita este empleo - me suelta y yo sonrió coqueto. - Mari, yo no tengo la culpa de que se enamoren de mi anaconda. Somos irresistibles - suelto sin pudor, ella me conoce y sabe como soy, no tengo por qué fingir ser otro tipo de persona. - Lucas, hablo en serio. Ve y busca el millón de chicas que hay en el mundo pero con ella no, te lo prohíbo - me dice señalándome con uno de sus dedos. Es como una mamá protectora. - Yo...- voy a decir algo pero ella me da otro golpe y una mirada amenazadora. - ¡Lucas, NO! - suelta y yo ruedo los ojos mientras levanto mis manos en son de paz. - Bien, esta bien. Como tu digas, la dejaré en paz - le digo y ella me ve por unos segundos, claramente no me cree y no debería. Pero termina asintiendo e ingresando en la casa dejándome solo. Por que si, la dejaré en paz...pero solo por ahora.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR